miércoles, 18 de enero de 2023

"Buscan un nuevo Papa que eche para atrás la reforma de Francisco" - Card. Baltazar Porras

 

"Buscan un nuevo Papa que eche para atrás la reforma de Francisco"


Los cardenales "Pell, Müller y otros se creen los poseedores de la verdad, por encima del bien y del mal, sin aceptar ninguna argumentación en contra de lo que ellos piensan", señala el recién designado nuevo arzobispo de Caracas

"Cuesta mucho a los grupos de poder del primer mundo verse dirigidos por alguien que no representa lo de ellos y, por eso, hay que descalificar su origen, sus capacidades como maestro de la fe, con un bagage intelectual y espiritual de fuste, que quiere ser visto como inferior a los tradicionales lugares de pensamiento y acción de la Iglesia"

"El papa Francisco, con ánimo misericordioso, no le cierra las puertas a sus críticos, al contrario, me consta que los llama o entrevista con ellos, en forma privada"

"La recia espiritualidad jesuitica del papa Bergoglio es el mejor escudo y el testimonio martirial que nos da Francisco, sin amarguras y con la alegría y la esperanza que da la gracia de estado"

17.01.2023 José Lorenzo

Baltazar Porras conoce a Jorge Mario Bergoglio desde el Sínodo de América, en 1997. La amistad compartida entre ambos con el cardenal Pironio les ha unido y el tiempo ha conseguido trabar una amistad que se fue acrecentado por las tareas comunes en el CELAM, en el ejercicio de las presidencias episcopales de sus respectivos países y en los trabajos, debates y reflexiones de la Conferencia de Aparecida en 2007.

Una colaboración que se ha estrechado aún más desde la elección del cardenal argentino como sucesor de Pedro, como acaba de demostrar la elección, conocida esta misma mañana, del hasta ahora arzobispo de Mérida como arzobispo de Caracas, donde le tocará lidiar con Nicolás Maduro.

Tan sólo unas horas antes, el cardenal Porras concedía una entrevista a Religión Digital en la que salía en defensa del Papa ante los ataques e insidias que Francisco ha venido recibiendo en los últimos días. Para el purpurado venezolano, son "fariseos con piel de cordero" que lo que buscan es "un nuevo Papa que eche para atrás la reforma" que ha emprendido Francisco.

Cardenal Baltazar Porras

El comienzo del año nuevo ha traído también nuevos escándalos al Vaticano, con libros y memorandos que critican sin tapujos la figura del papa Francisco y su pontificado. No son pocos los que asisten perplejos a esta situación. ¿Qué está pasando?

Una de las características del cambio de época es la desconfianza y descalificación de todas las instituciones y de quienes están al frente de ellas. El pontificado del papa Francisco ha revolucionado la percepción de la sociedad en general sobre su actuación. En el mundo no confesional, su figura es bien valorada hasta el punto de aparecer en el primer lugar en varios de los sondeos de opinión.

En los grupos que podemos calificar más conservadores de la economía, las propuestas del Papa tocan sus intereses y buscan argumentos para descalificarlo. Igualmente, los poderosos lobbies que quieren imponer un cambio de mentalidad y de leyes que favorezcan los asuntos relativos al matrimonio, la familia, el sexo, etc. tienden a ridiculizarlo.

Intraeclesialmente, el pueblo llano y vastos sectores de los agentes pastorales, principalmente en el tercer mundo, se sienten representados por el Papa. Pero en los grupos católicos de derechas, poderosos en medios y dinero, lo descalifican por no ser “perito” en materia económica, ecológica…, lo que oculta la razón ideológica e intereses particulares. En la esfera vaticana, no solo de los miembros de la Curia, sino también de los llamados vaticanistas que responden a diversos grupos de presión, buscan crear confusión y se aprovechan de las discrepancias en las reformas propuestas, pues sienten que los privilegios adquiridos o los controles afectan el “siempre se ha hecho así”.

Cardenal Baltazar Porras

¿Ha leído el libro de Georg Gänswein? ¿Qué le parece?

Anunciar la publicación de este libro en medio de las exequias, denota una falta, primero de urbanidad; segundo, de incumplimiento de la función secretarial, que como su mismo nombre indica, está obligado a la discreción y al secreto; tercero, en otro contexto, las diferencias que se señalan entre los dos Papas, pueden tener una lectura correcta, es lógico que se tengan diferencias, lo cual no indica necesariamente un enfrentamiento; en cuarto lugar, una hay falta absoluta del discernimiento más elemental, pues se es servidor de la Iglesia y no de una persona en particular. E indica infidelidad, pues algunas expresiones se pueden catalogar como contrarias al actual Pontífice.

¿Y el memorando del difunto cardenal Pell? ¿Qué cree que buscaba publicando esos escritos bajo seudónimo?

El memorandum del cardenal Pell, como el libro del cardenal Müller, para no citar otros, indican que ellos se creen poseedores de la verdad, por encima del bien y del mal, sin aceptar ninguna argumentación en contra de lo que ellos piensan. Es un mal ejemplo y en este caso, escribir bajo seudónimo, no tiene otra finalidad sino dejar mal a la persona sobre la que se habla. Descanse en paz.

"Gracias a Dios que el papa Francisco vive con tranquilidad de conciencia y con espíritu samaritano en actitud, como el padre del hijo pródigo"

Algunos hablan de una especie de complot contra el papa Francisco para conseguir su renuncia lo antes posible. ¿Es plausible la hipótesis?

Es lo que unos pocos desean, pues piensan que Benedicto no debió dar ese ejemplo… No tiene otra intención sino buscar un nuevo papa que eche para atrás la reforma, que no busca sino ser fiel al Vaticano II y a las exigencias del mundo de hoy

¿A quién benefician estos ataques al Papa?

No benefician más que a los que ven en la religión católica un obstáculo para imponer sus criterios, buscando una Iglesia complaciente. Es, además, un escándalo 'pusilorum', debilitar la fe de la gente sencilla que ve en quienes lo propician a personas ajenas al verdadero Jesús. Son fariseos con piel de cordero. Gracias a Dios que el papa Francisco vive con tranquilidad de conciencia y con espíritu samaritano en actitud, como el padre del hijo pródigo.

Cardenal Porras

¿Cree que Francisco se está quedando cada vez más solo en el Vaticano? ¿Arrecian los críticos, pero menudean los apoyos?

Esa es la percepción que quieren imponer. Las poderosas redes cuentan con enormes recursos, pero puede más la debilidad y fragilidad de la que Jesús, niño, adolescente y adulto, nos dio ejemplo hasta la cruz, pero camino a la resurrección. Como los discípulos de Emaús, sintamos el calor de la cercanía del Señor y volvamos a Jerusalén, a anunciar que en el sucesor de Pedro está la mano amorosa del Señor.

¿Cómo creen que afectan todas estas críticas, ataques y traiciones al ánimo del Papa?

La recia espiritualidad jesuítica del papa Bergoglio es el mejor escudo y el testimonio martirial que nos da Francisco, sin amarguras y con la alegría y la esperanza que da la gracia de estado.

El papa Francisco, con ánimo misericordioso, no le cierra las puertas a sus críticos, al contrario, me consta que los llama o entrevista con ellos, en forma privada. Tiene como norma no usar "la autoridad", pues sería caer en lo de siempre, en el 'como soy el que mando, se hace lo que yo digo'. Él prefiere el camino del diálogo, del encuentro, para entender que se trata de un bien superior y no de un altercado personal.

"El papa Francisco tiene como norma no usar 'la autoridad, pues sería caer en lo de siempre, en el 'como soy el que mando, se hace lo que yo digo'. Él prefiere el camino del diálogo, del encuentro"

En sus escritos, el cardenal Pell arremete contra el Sínodo sobre la Sinodalidad, al que califica de “pesadilla tóxica”. ¿Es posible que esa importante asamblea se convierta en el nuevo caballo de batalla contra su gran impulsor, el papa Bergoglio?

Quien no haya asimilado la eclesiología del Concilio Vaticano II en Lumen gentium y Gaudium et spes, principalmente, no está en capacidad de entender la evolución de la comunión y participación, del caminar juntos, en el que el trigo crece junto a la cizaña, pero no se debe arrancar, sino formar y madurar la auténtica espiritualidad, que pasa por el discernimiento, lento, que busca en los signos de los tiempos dar razón de los signos de Dios, del evangelio de Jesús.

Cardenal Porras

Se habla de un posible cisma… ¿Es tan grave?

La paciencia y la constancia todo lo pueden, nos dicen los grandes místicos. Acompañar, dialogar, madurar criterios, corregir y, con humildad, volver al redil es tarea de todo creyente en cualquier tiempo y más en el nuestro, en el que la brújula de lo trascendente se pretende oscurecer. La autoridad propone, no impone, para que la fe crezca en la esperanza de lo que no se ve, pero con el norte puesto en el seguimiento del Señor Jesús.

"La presión sobre los cardenales, la descalificación que se hace de buena parte de ellos, va en esa línea" de precónclave

¿Cree que se está actuando en clave de precónclave, tratando de aglutinar posiciones para llegar con las posturas más claras y que no suceda lo que pasó en 2013?

Hay varias publicaciones que van en ese sentido. Y reparten gratuitamente su pensamiento para ganar la opinión de muchos. La presión sobre los cardenales, la descalificación que se hace de buena parte de ellos, va en esa línea. Hay que pedir para que se haga sentir la acción del Espíritu Santo, como se manifestó, tanto en la renuncia de Benedicto como en la escogencia de un papa salido del fin del mundo.

Cuesta mucho a los grupos de poder del primer mundo verse dirigidos por alguien que no representa lo de ellos y, por eso, hay que descalificar su origen, sus capacidades como maestro de la fe, con un bagage intelectual y espiritual de fuste, que quiere ser visto como inferior a los tradicionales lugares de pensamiento y acción de la Iglesia. Desconocer la riqueza de vida cristiana de los pueblos que representan el presente y el futuro de la Iglesia choca con la mengua del cristianismo en los países donde creció nuestra fe, de la que somos deudores, con la savia nueva que trasmiten alegría, creatividad y apertura a todos.

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lunes, 16 de enero de 2023

Benedicto XVI, un Papa de la vieja cristiandad, con su pompa y su poder político-religioso - LBoff

 

Benedicto XVI, un Papa de la vieja cristiandad, con su pompa y su poder político-religioso


 Leonardo Boff

Cada vez que muere un Papa, toda la comunidad eclesial y mundial se conmueve, porque ve en él al confirmador de la fe cristiana y al principio de unidad entre las diversas Iglesias locales. Se pueden hacer muchas interpretaciones de la vida y los actos de un PontíficeHaré uno de Brasil (de América Latina), ciertamente parcial e incompleto.

Es importante señalar que sólo el 23,18% de los católicos viven en Europa, el 62% en América Latina y el resto en África y Asia. La Iglesia católica es una Iglesia del Segundo y Tercer Mundo. Los futuros Papas procederán probablemente de estas Iglesias, llenas de vitalidad y con nuevos estilos de encarnar el mensaje cristiano en las culturas no occidentales.


"La Iglesia católica es una Iglesia del Segundo y Tercer Mundo. Los futuros Papas procederán probablemente de estas Iglesias, llenas de vitalidad y con nuevos estilo"

En referencia a Benedicto XVI, hay que distinguir entre el teólogo Joseph Ratzinger y el Pontífice Benedicto XVI.

El teólogo Joseph Alois Ratzinger es un típico intelectual y teólogo centroeuropeo, brillante y erudito. No es un creador, sino un excelente expositor de la teología oficial, como quedó claro en sus diversos diálogos públicos con ateos y agnósticos.

"A Ratzinger le bastaba con el pequeño grupo altamente espiritual que ocupa el lugar de todos. Resulta que dentro de este grupo de puros y santos había pedófilos y personas implicadas en escándalos financieros, lo que desmoralizó su concepción de la Representación"

No introdujo nuevos puntos de vista, sino que dio un lenguaje diferente a los ya tradicionales, especialmente los basados en San Agustín y San Buenaventura. Quizá algo nuevo sea su propuesta de la Iglesia como un grupo pequeño, muy fiel y santo, como "representación" de la totalidad. El número de fieles no le importaba; le bastaba con el pequeño grupo altamente espiritual que ocupa el lugar de todos. Resulta que dentro de este grupo de puros y santos había pedófilos y personas implicadas en escándalos financieros, lo que desmoralizó su concepción de la Representación.


Otra postura singular, objeto de interminables controversias conmigo pero que ganó resonancia en la Iglesia, fue la interpretación de que la "Iglesia católica es la única Iglesia de Cristo". Las discusiones conciliares y el espíritu ecuménico cambiaron el "es" por el "subsiste". Así se abrió un camino para que la Iglesia de Cristo también "subsistiera" en otras Iglesias. Ratzinger siempre afirmó que este cambio no era más que otro sinónimo de "es", lo que una cuidadosa investigación de las actas teológicas del Concilio no confirmó. Pero siguió apoyando su tesis. También afirmó que las demás Iglesias no son Iglesias, sino que sólo tienen elementos eclesiales.

Incluso afirmó varias veces que esta postura mía se había hecho común entre los teólogos y que ello provocaba nuevas críticas del Papa. Sin embargo, estaba aislado, porque había causado una gran decepción a las demás iglesias cristianas, como la luterana, la baptista, la presbiteriana y otras, al cerrar las puertas al diálogo ecuménico.

"Como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se mostró extremadamente duro e implacable. En América Latina se censuró al fundador de la Teología de la Liberación, el peruano Gustavo Gutiérrez, a la teóloga Ivone Gebara y al autor de estas líneas"

Entendía la Iglesia como una especie de castillo fortificado contra los errores de la modernidad, situando la ortodoxia de la fe, siempre ligada a la verdad (su tonus firmus), como referencia principal. A pesar de su carácter personal sobrio y cortés, se mostró como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, extremadamente duro e implacable.


Cerca de un centenar de los teólogos más destacados fueron condenados bien con la pérdida de su cátedra, bien con la prohibición de enseñar y escribir teología o, como en mi caso, con el "silencio obsequioso". En América Latina se censuró al fundador de la Teología de la Liberación, el peruano Gustavo Gutiérrez, a la teóloga Ivone Gebara y al autor de estas líneas. Otros en EE.UU., como Charles Curran y R. Haight, se vieron afectados. Incluso un teólogo indio, el padre Anthony de Mello, ya fallecido, vio prohibidos sus libros, al igual que otro indio, Belasurya.

"Cerca de un centenar de los teólogos más destacados fueron condenados bien con la pérdida de su cátedra, bien con la prohibición de enseñar y escribir teología o, como en mi caso, con el 'silencio obsequioso'"

Los teólogos latinoamericanos, decepcionados, nunca han entendido por qué se prohibió la colección de 53 volúmenes "Teología y Liberación", en la que participaban decenas de teólogos (se publicaron unos 25 volúmenes). Era la primera vez que se producía, fuera de Europa, una obra teológica de envergadura con resonancia mundial. Pero pronto se abortó. El teólogo Joseph Ratzinger se mostró enemigo de los amigos de los pobres. Esto pasará a la historia de la teología.

Muchos teólogos afirman que estaba obsesionado con el marxismo, a pesar de que hacía ruido en la Unión Soviética. Publicó un documento sobre la teología de la liberación, Libertatis nuntius (1984), lleno de advertencias pero sin condenas explícitas. Otro documento posterior, Libertatis conscientia (1986) hace hincapié en sus elementos positivos, pero con demasiadas restricciones.

Podemos decir que nunca comprendió la centralidad de esta teología: la "opción de los pobres contra la pobreza y por la liberación". Convirtió a los pobres en protagonistas de su liberación y no en meros receptores de la caridad y el paternalismo. Esta era la visión tradicional y la del Papa Benedicto XVI. Sospechaba que había marxismo en este protagonismo del poder histórico de los pobres.

Como Pontífice, Benedicto XVI inauguró la "Vuelta a la Gran Disciplina", con una clara tendencia restauradora y conservadora, hasta el punto de reintroducir la Misa en latín y de espaldas al pueblo. Causó estupor general en la propia Iglesia cuando en el año 2000 publicó el documento "Dominus Jesus", en el que reafirmaba la vieja doctrina medieval, superada por el Concilio Vaticano II, según la cual "fuera de la Iglesia católica no hay salvación". Los no cristianos corrían grave peligro. Una vez más negó el calificativo de "Iglesia" a las demás Iglesias, lo que provocó la irritación general, que sólo eran comunidades eclesiales, y con todo su ingenio se peleó con los musulmanes, los evangélicos, las mujeres y el grupo fundamentalista contra el Vaticano II.

"Causó estupor general en la propia Iglesia cuando en el año 2000 publicó el documento "Dominus Jesus", en el que reafirmaba la vieja doctrina medieval, superada por el Concilio Vaticano II…

A pesar de sus limitaciones, pero por sus virtudes personales y por la humildad de haber renunciado, debido a los límites de sus fuerzas, al oficio papal, seguramente será contado entre los bienaventurados"

Su forma de dirigir la Iglesia no era carismática como la de Juan Pablo II. Se guiaba más por la ortodoxia y el celo vigilante por las verdades de fe que por la apertura al mundo y la ternura hacia el pueblo cristiano como el Papa Francisco.

Era un representante legítimo de la vieja cristiandad europea, con su pompa y su poder político-religioso. Rara vez se mostró abierta a otras culturas como las antiguas de América Latina, África y Asia. Nunca se deshizo de cierta arrogancia de ser el mejor y en nombre de ella colonizó el mundo entero, tendencia que aún no ha superado del todo.

A pesar de sus limitaciones, pero por sus virtudes personales y por la humildad de haber renunciado, debido a los límites de sus fuerzas, al oficio papal, seguramente será contado entre los bienaventurados.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

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sábado, 14 de enero de 2023

"Ratzinger fue un representante del antiguo cristianismo medieval" - Boff

 

Leonardo Boff:
"Ratzinger fue un representante del antiguo cristianismo medieval"
"Su sueño era el de una reevangelización de Europa bajo la guía de la Iglesia Católica. Un proyecto irrisorio e impracticable, teniendo que arrasar con todas las conquistas de la modernidad. Pero Ratzinger fue un representante del antiguo cristianismo medieval".
"Con la censura y persecución de tantos teólogos, desde Gustavo Gutiérrez hasta Jon Sobrino, Ratzinger no ha dado buen ejemplo: no ha escuchado el clamor de los pobres, ha condenado a sus amigos y aliados y ha malinterpretado la Ley"
"Era una persona afable y delicada, pero sin el carisma de su antecesor. Sin embargo, por sus virtudes personales y por los sufrimientos que padeció, estoy seguro de que será acogido entre los bienaventurados".

09.01.2023
Claudia Fanti

(Il manifesto).- Era el 7 de septiembre de 1984 y Leonardo Boff se sentaba como acusado ante el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, en lo que a todos los efectos parecía un juicio moderno por herejía. Bajo acusación estaba su libro Iglesia: carisma y poder, del que el ex Santo Oficio había destacado aspectos "como para poner en peligro la sana doctrina de la fe".

Pero en la mira del Vaticano no había un solo libro: había más bien esa Teología de la Liberación (TdL), que, nacida de la realidad de los pobres (interpretada con la ayuda de las ciencias sociales y el análisis marxista de la historia) y dirigida a su liberación, había alarmado inmediatamente a los centros más sensibles del poder político y religioso.

Sin resentimiento.
Hubiera sido, garantizó Ratzinger, una "conversación entre hermanos" -con los ojos del mundo puestos en Roma no hacía falta evocar imágenes inquisitoriales-, pero el desenlace ya estaba escrito. Al año siguiente, Boff sería castigado con un obsequioso silencio. Y en 1992, ante la amenaza de nuevas medidas disciplinarias, habría abandonado la Orden de los franciscanos y renunciado al sacerdocio, mientras continuaba incansablemente su actividad como teólogo de la liberación. Hoy, ante la muerte de su perseguidor, dice no sentir ningún resentimiento, destacando sólo la necesidad de una "lectura objetiva" del pensamiento y la acción de Ratzinger.

Grandes palabras de elogio se han dedicado a Benedicto XVI. Usted que, junto con muchos otros, pagó personalmente la persecución del Vaticano, ¿cómo reacciona ante los comentarios realizados en los últimos días?

Es normal hablar bien de los muertos, sobre todo si se trata de un Papa. Sin embargo, la teología, al no poder sustraerse a una lectura objetiva y crítica, debe tener el coraje de mostrar también las sombras de Benedicto XVI. Era un teólogo progresista y respetado cuando enseñaba en Alemania. Pero luego se dejó contaminar por el virus conservador de la milenaria institución eclesiástica, al punto de abrazar, en algunos aspectos, posiciones reaccionarias y fundamentalistas.

Basta pensar en la declaración Dominus Iesus del 2000, en la que relanzaba la vieja tesis medieval, superada por el Concilio Vaticano II, según la cual "fuera de la Iglesia no hay salvación": Cristo es el único camino de salvación y la Iglesia es la única vía de salvación. Nadie caminará por el camino a menos que primero pague el peaje. En cuanto a las Iglesias no católicas, no serían "Iglesias en sentido propio", sino sólo "comunidades separadas". Una puerta se cerró de golpe en la cara del ecumenismo. Su sueño era el de una reevangelización de Europa bajo la guía de la Iglesia Católica. Un proyecto irrisorio e impracticable, teniendo que arrasar con todas las conquistas de la modernidad. Pero Ratzinger fue un representante del antiguo cristianismo medieval.

Estaba claro que no quería saber de una teología elaborada a partir de las periferias. Para los pobres fue un escándalo, para nosotros los teólogos, apoyados por cientos de obispos, una humillación

Luego estaba la condenación de la Teología de la Liberación...
Para nosotros, teólogos latinoamericanos, fue una gran herida que hubiera prohibido a decenas de teólogos de todo el continente producir una serie de 53 volúmenes, titulada Teología de la Liberación, como ayuda para estudiantes, comunidades de base y operadores de pastoral comprometidos en la perspectiva de los pobres. Estaba claro que no quería saber de una teología elaborada a partir de las periferias. Para los pobres fue un escándalo, para nosotros los teólogos, apoyados por cientos de obispos, una humillación.

Ratzinger ha publicado dos Instrucciones sobre la Teología de la Liberación. La primera fue muy dura, en 1984. La segunda, dos años después, con tonos más suaves, escrito bajo la presión de los cardenales brasileños Arns y Lorscheider. Y fue precisamente en 1984 cuando usted pasó por el juicio ante la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El proceso terminó con la imposición de un "silencio obsequioso", eufemismo de la prohibición de hablar, de enseñar, de realizar cualquier actividad teológica. Pero no siento resentimiento cuando recuerdo aquellos días turbulentos: el hecho de haber asumido la causa de los pobres, los amados del Jesús histórico, me hizo sentir seguro. Además, ese juicio, cubierto por los medios de comunicación de todo el mundo, había ofrecido una enorme oportunidad para dar a conocer la TdL. Todos entendieron que estaba en juego no sólo una teología, sino la posición de la Iglesia frente al drama de los pobres y oprimidos.

Con la censura y persecución de tantos teólogos, desde Gustavo Gutiérrez hasta Jon Sobrino, Ratzinger no ha dado buen ejemplo: no ha escuchado el clamor de los pobres, ha condenado a sus amigos y aliados y ha malinterpretado la Ley. ¡Ay de los que no se pongan del lado de los pobres, porque ellos serán los que nos juzguen!

¿Qué llevó a este malentendido?
La falta de apoyo de Ratzinger al TdL ha hecho vacilar a muchos cristianos. Tanto más cuanto que a los teólogos de la línea de la liberación se les prohibió ofrecer asesoramiento pastoral a los obispos e incluso acompañar a las comunidades de base. Se les ha negado la alegría del trabajo pastoral y de la enseñanza de la teología. Ratzinger ha sido un factor de división dentro de nuestra Iglesia latinoamericana.

Carente de capacidad de gobernar, ha sembrado en la Iglesia más miedo que alegría, más control que libertad.

¿Cómo evalúa su pontificado?
Benedicto XI dio continuidad al invierno eclesial iniciado por Juan Pablo II con el abandono de las reformas del Concilio. Con el "retorno a la gran disciplina" que promovió, incluso acentuó esta tendencia. Basta pensar en la reintroducción de la misa latina. Concibió a la Iglesia como un castillo fortificado contra los errores de la modernidad, desde el relativismo al marxismo o la pérdida de la memoria de Dios en la sociedad. Colocó la Verdad en el centro, con su defensa de la ortodoxia. Carente de capacidad de gobernar, ha sembrado en la Iglesia más miedo que alegría, más control que libertad. Era una persona afable y delicada, pero sin el carisma de su antecesor. Sin embargo, por sus virtudes personales y por los sufrimientos que padeció, estoy seguro de que será acogido entre los bienaventurados.

¿Cómo interpretó su renuncia?
Se había dado cuenta de los escándalos sexuales y financieros en la Iglesia, pero sintió que le faltaba la fuerza para cambiar la situación. Necesitábamos otro Papa más en el pulso. No se trataba de problemas de salud, sino del hecho de que se sentía psicológica, mental y espiritualmente desamparado.