martes, 31 de agosto de 2010

MENSAJE AL PUEBLO DE DIOS SOBRE LAS CEBs - CNBB

MENSAJE AL PUEBLO DE DIOS SOBRE LAS
COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE
48ª Asamblea General de la CNBB, Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil
Brasilia, 4 a 13 de mayo de 2010

Introducción

"Las Comunidades Eclesiales de Base", decíamos en 1982, constituyen "en nuestro país, una realidad que expresa uno de los trazos más dinámicos de la vida de la Iglesia (…)" (Comunidades Eclesiales de Base na Igreja do Brasil, CNBB, doc. 25,1). Después de la Conferencia de Aparecida (2007) y del 12º Intereclesial (Porto Velho, 2009), queremos ofrecer a todos nuestros hermanos y hermanas un mensaje breve de ánimo, para la caminada de nuestras CEBs.

Queremos reafirmar que ellas continúan siendo una "señal de la vitalidad de la Iglesia" (RM 51). Los discípulos y las discípulas de Cristo en ellas se reúnen para una atenta escucha de la Palabra de Dios, para la búsqueda de relaciones más fraternas, para celebrar los misterios cristianos en su vida y para asumir el compromiso de transformación de la sociedad. Además de ello, como afirma Medellín, las comunidades de base son "el primer y fundamental núcleo eclesial (…), célula inicial de la estructura eclesial y foco de evangelización y, actualmente, factor primordial de la promoción humana (…)" (Medellín 15).

Por ello, "Como pastores, atentos a la vida de la Iglesia en nuestra sociedad, queremos mirarlas con cariño, escucharlas e intentar descubrir a través de su vida, tan íntimamente vinculada a la historia del pueblo en el cual están insertas, el camino que se abre ante ellas hacia el futuro". (CNBB 25,5).

Los desafíos para las CEBs hoy: la sociabilidad básica en el clima cultural contemporáneo

Con los grandes cambios que se están operando en todo el mundo y en nuestro país, las CEBs enfrentan nuevos desafíos: en una sociedad globalizada y urbanizada, ¿cómo vivir en comunidad? Nacidas en un contexto en gran parte rural, ¿van a ser capaces de adaptarse a los centros urbanos que tienen un ritmo de vida diferente y son caracterizados por una realidad plural? En este contexto, hay otro desafío: ¿cómo trasmitir a las nuevas generaciones las experiencias y valores de las generaciones anteriores, incluso la fe y la manera de vivirla? Solo una Iglesia con diferentes formas de vivir la misma Fe va a ser capaz de mantener un diálogo relevante con la sociedad contemporánea.

El siglo XX fue, sin duda, el siglo de la globalización. Sus consecuencias para la vida cotidiana son tantas que hoy se dice que el mundo no vive solamente una época de cambios, sino "un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural" (DAp 44). De hecho, "la ciencia y la técnica, cuando son puestas exclusivamente al servicio del mercado (…) crean una nueva visión de la realidad". (DAp 45); pero ello no significa un paso rumbo al desarrollo integral propuesto por la encíclica Populorum progressio y reafirmado por el papa Benedicto XVI en Caritas in Veritate, porque la lógica del mercado destruye la estructura de sociabilidad básica que se expresa en las relaciones de tipo comunitario. A medida que él avanza, aleja las relaciones de cooperación y solidaridad e introduce relaciones de competencia en las cuales el más fuerte es quien tiene ventaja.

De esta forma, es preciso valorar las experiencias de sociabilidad básica: las relaciones fundadas en la gratuidad, que se expresan en la dinámica de ofrecer-recibir-retribuir. El cultivo de la reciprocidad tiene como espacio primero aquel en donde el vecindario territorial es importante para la vida cotidiana, como en áreas rurales, barrios de periferia y villas miseria. Es la solidaridad entre vecinos -mejor diciendo, entre vecinas- lo que garantiza el cuidado con las/los niñas/os, personas de la ‘tercera edad’ y enfermos, por ejemplo. No por casualidad, estos espacios periféricos favorecen el desarrollo de asociaciones de vecinos y movimientos que reivindican mejoras del equipo urbano, también el desarrollo de las propias Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). Son las relaciones de reciprocidad que, promoviendo la solidaridad que es la fuerza de los pobres y pequeños, permite que se diga que "gente sencilla, haciendo cosas pequeñas, en lugares poco importantes, consigue cambios extraordinarios".

El recorrido histórico de las CEBs en Brasil

La experiencia de las CEBs no surgió de una planificación previa. Sino de un impulso renovador, como un soplo del Espíritu, ya presente en la Iglesia en Brasil. Ese impulso renovador se manifiesta de forma creciente en los años ‘50 y ’60 del siglo XX. En verdad, los tiempos se tornaron maduros para una nueva conciencia histórica y eclesial: primero, por la emergencia de un nuevo sujeto social en la sociedad brasilera, el sujeto popular, que anhelaba participación; segundo, por la emergencia de un nuevo sujeto eclesial, portador de una nueva conciencia en la Iglesia. Éste, anhelaba participar activa y co-responsablemente de la vida y de la misión de la Iglesia. Ese sujeto provoca nuevas descubiertas y conversiones pastorales (CNBB 25,7).

En ellas se revigoraban o restauraban las relaciones de reciprocidad, favoreciendo la reconstrucción de las estructuras de la vida cotidiana, del mundo de la vida, en un contexto social adverso. La interacción entre la CEB en cuanto organismo eclesial y la comunidad local de vecinos es una de las grandes contribuciones de la Iglesia a la conquista de los derechos de ciudadanía en nuestro país. Al acoger pastoralmente a la población rural o migrante en capillas y salones improvisados en los cuales ellas se sintiesen "en casa", la Iglesia les ofreció una posibilidad de organizarse autónomamente, cuando las empresas y los poderes públicos solamente veían en ella el potencial de mano de obra a ser empleada en el proceso de industrialización.

La experiencia de los inter-eclesiales

Los Encuentros Inter-eclesiales de las CEBs son patrimonio teológico y pastoral de la Iglesia en Brasil. Desde la realización de primero, en 1975 (Vitoria - ES), reúnen diversas diócesis para intercambio de experiencias y reflexión teológica y pastoral acerca de la caminada de las CEBs. Hemos vivido doce encuentros nacionales, diversos encuentros de preparación en varias instancias (parroquias, diócesis, regionales) y, desde la realización del 8º Inter-eclesial realizado en Santa Maria - RS (1992), son efectuados seminarios de de preparación y profundización en los temas del encuentro.

Expresión visible de eclesialidad de las CEBs, los Encuentros Intereclesiales reúnen obispos, religiosos y religiosas, presbíteros, asesores y asesoras, animadores y animadoras de comunidades, así como invitados especiales de otras iglesias cristianas y tradiciones religiosas. En ellos se expresa la comunión entre los fieles y sus pastores.

Espiritualidad y vivencia eucarística

El Concilio Vaticano II, eminentemente pastoral, provocó un gran impacto en la Iglesia. Sus grandes ideas llaves, trajeron la fundamentación teológica de la intuición, ya sentida en la práctica, de que la renovación pastoral debe hacerse a partir de la renovación de la vida comunitaria y la comunidad, debe ser transformarse en instrumento de evangelización. (CNBB 25,11)

La exigencia del Vaticano II es de carácter estrictamente teológica, de orden trinitario. La esencia íntima de Dios no es la soledad, mas la comunión de tres divinas Personas. La comunión -koinonia, communio - construye la realidad y la categoría fundamental que penetra a todos los seres y que expresa mejor la presencia de Dios-Trinidad en el mundo. Es la comunión que hace a la Iglesia ser "comunidad de fieles"". Por esta razón el Vaticano II hacer derivar la unión del Pueblo de Dios de la Unidad existente entre las tres divinas Personas (LG-4)

La Trinidad nos sitúa desde el inicio, en el corazón del misterio de la comunión. El Papa Juan Pablo II, hablando a los obispos en Puebla, el 28 de enero de 1979, proclamó: "Nuestro Dios en su misterio más íntimo no es soledad, sino una familia… y la esencia de la familia es el amor". La comunión y la comunidad, deben estar presentes en todas las manifestaciones humanas y en todas las concretizaciones eclesiales.

Por esta razón, la Eucaristía, está en el centro de la vida de nuestras comunidades de base. Es el sacramento que expresa comunión y participación de todos y de todas, como una gran familia alrededor de la Mesa del Padre. Hay comunidades que reciben la comunión eucarística gracias a la presencia del Santísimo en el lugar o por el servicio de un ministro extraordinario de la sagrada comunión. Como nuestras CEBs, en su mayoría, "no tienen oportunidad de participar de la Eucaristía dominical", por falta de ministros ordenados, "ellas pueden alimentar su ya admirable espíritu misionero participando de la ‘celebración dominical de la Palabra’, que forma parte del misterio pascual en el amor que reúne (cf. 1 Jn 3, 14), en la Palabra acogida (cf. Jn5, 24-25) y en la oración comunitaria (cf. Mt 18,20)" (DAp 253).

La realidad de las CEBs se expresa en la liturgia y también en la diaconía y en la profecía. La diaconía educa, cura las heridas, multiplica y distribuye el pan y convoca a la solidaridad y a la comunión. La profecía anuncia el designio de Dios y denuncia los abusos, la mentira, la injusticia, la explotación y exige conversión. Por esto, sufre persecución, difamación, muerte.

Tenemos dos personas, testigos recientes de ese doble ministerio de los discípulos y discípulas de Jesucristo: la Médica Zilda Arns y la hermana Dorothy Stang. Hace mucho tiempo conocidas por nuestras comunidades pobres de todo Brasil, ellas inspiraron la acción de las CEBs. Ellas entregaron la vida y nos dejaron su testimonio de fe y amor a los pobres, débiles, desamparados y discriminados.

Esta espiritualidad también posibilitó la producción de una rica manifestación artística en nuestras comunidades - músicas, poesías, pinturas, símbolos, -- típicos de la práctica religiosa y cultural de nuestro pueblo, y que también son instrumentos de evangelización y misión.

Vivencia y Anuncio de la Palabra de Dios y el Testimonio de fe

"La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14). La acogida de la Palabra de Dios y la vivencia comunitaria de la fe, son indisociables en las CEBs. La Biblia forma parte de día a día de la comunidad, está presente en los grupos y pastorales, en las liturgias y en la formación, en la oración y en las acciones que buscan superar las desigualdades e injusticias de la sociedad brasileira.

Son espacios privilegiados de lectura bíblica en las CEBs los círculos bíblicos y grupos de reflexión. En ellos el pueblo se constituye como sujeto eclesial, asume su lugar en la comunidad y en la sociedad. El protagonismo de los laicos en las CEBs es expresión viva de una iglesia que se renueva animada por el Espíritu Santo, es también una señal de que el discipulado están surgiendo nuevos discípulos, ministerios y servicios.

"El ministerio de la Palabra exige el ministerio de la catequesis a todos, porque ‘fortalece la conversión inicial y permite que los discípulos misioneros puedan perseverar en la vida cristiana y en la misión en medio del mundo que los desafía’" (DGAE 64; DAp 278c) La misma vida en comunidad ya es una forma de catequesis. Ella predispone para profundizar en la fe y la vida cristiana por medio del ministerio de la catequesis y también por el testimonio fraterno de sus miembros.

Solidaridad y servicio

Alimentados por la Palabra de Dios y por la vivencia de la comunión, las CEBs promueven solidaridad y servicio. Reuniendo personas humildes, las CEBs ayudan a la Iglesia a estar más comprometida con la vida y el sufrimiento de los pobres, como hizo Jesús. Ellas manifiestan más claramente, que "el servicio de los pobres es medida privilegiada, aunque no exclusiva, del seguimiento de Cristo" (DP 1145).

Más aun, el surgimiento de las CEBs, junto con el compromiso con los más necesitados, ayudó a la Iglesia a "descubrir el potencial evangelizador de los pobres", en primer lugar, porque interpelan a la Iglesia, llamándola a la conversión, segundo, porque "realizan en su vida los valores evangélicos de la solidaridad, servicio, sencillez y disponibilidad para acoger el don de Dios (DP 1147). Las vocaciones sacerdotales y religiosas despertadas por las CEBs son señales de vitalidad espiritual, comunión eclesial y un nuevo estímulo de consagración a Dios.

La formación de los discípulos misioneros

En su experiencia ya madurada, las CEBs quieren ser Iglesia según el deseo del Vaticano II: una Iglesia toda ministerial al servicio del Reino de Dios. La formación del discípulo misionero comienza dentro de ellas, por la experiencia de un encuentro feliz y alegre con la persona de Jesús, su vida y su destino. Como Jesús convocó discípulos y discípulas para estar con él y con el aprender el amor al Padre, la fidelidad al Espíritu y el compromiso para la transformación del mundo, en un mundo de hermanos y hermanas.

Por su capacidad de cuidar de la formación de propia comunidad y de mirar con compasión, la realidad, las CEBs pueden y deben ser cada vez más escuelas que ayudan a "formar cristianos comprometidos con su fe, discípulos y misioneros del Señor, con el testimonio y la entrega generosa, hasta derramar la sangre, de muchos de sus miembros". (DAp 178)

Participación en los movimientos sociales, de ciudadanía, de defensa del medio ambiente en vistas de la construcción del Reino de Dios

En lo referente a la relación de las CEBs con la dimensión socio-política de la evangelización, el Sínodo sobre La Justicia en el Mundo (en 1971), ya había afirmado que "la acción por la justicia y la participación en la transformación del mundo nos aparecen claramente como una dimensión constitutiva de la predicación del Evangelio, esto es, de la misión de la Iglesia por la redención del género humano y la liberación de toda situación de opresión" (Introducción) En consecuencia, la Iglesia de Brasil exhorta a las CEBs y demás comunidades eclesiales a mantenerse fieles a la propia fe, en el contenido, y los métodos, en la búsqueda de la plena liberación, superando la tentación "de reducir la misión de la Iglesia a las dimensiones de un proyecto puramente temporal". (CNBB 25, 64ss, cf. EN32).

En relación a la aproximación de las CEBs, con los movimientos populares en la lucha por la justicia, el documento 25 de la CNBB afirmaba que ellas "no pueden arrogase el monopolio del Reino de Dios". En verdad, la CEB debe tomar conciencia de que, "como Iglesia, es un signo e instrumento del Reino, y aquella pequeña porción del pueblo de Dios donde la Palabra de Dios es acogida y celebrada en los sacramentos… sobre todo en la Eucaristía". (70ss). Las CEBs buscan, si, la "colaboración fraterna con personas y grupos que luchan por los mismo valores (73)

Las CEBs han despertado en muchos de sus miembros la espiritualidad del cuidado para con la vida de los seres humanos, de todas las formas de vida y la vida del Planeta Tierra. La espiritualidad del cuidado, ha motivado el surgimiento de gestos y actitudes éticas de respeto, de veneración de ternura, de cooperación solidaria, de compañerismo, que promuevan la inclusión de todos y de todo en el misterio de la vida.

Las CEBs promueven la participación activa de sus miembros en grupos de economía solidaria popular, rescatando el sentido original de la economía como la actividad destinada a garantizar la base material de la vida personal, familiar, social y espiritual. Contribuye así, para que el trabajo humano, además de ser lugar de edificación de la dignidad humana y promoción de la justicia social, sea también responsable por la promoción del Desarrollo sostenible.

Espíritu de apertura ecuménica y de diálogo inter-religioso.

Una de las dimensiones de la espiritualidad cultivada por las CEBs es la del diálogo. Ecuménico e interreligioso, que comienza por la apertura al mundo de otro, promoviendo la unidad en la diversidad y buscando las semejanzas en la diferencia. Esta espiritualidad dialogal, ha sido asumida por las CEBs como una misión de fraternidad cristiana, en una actitud de profundo respeto a las demás manifestaciones religiosas, en búsqueda de la comunión universal. Esta espiritualidad nace de un deseo expresado por Jesús: "Que todos sean Uno". (Jn 17, 21

Formación de una red de comunidades

Los miembros de las CEBs son discípulos de Cristo y ayudan a formar otras comunidades. En medio de las grandes extensiones geográficas y poblacionales, la comunidad eclesial de base requiere que las relaciones sean de fraternidad, compartir la vida, los bienes y la propia experiencia de fe. Ella debe provocar un encuentro permanente con la Palabra de Dios y celebrar la liturgia, en alegría y en fiesta, la salvación que Jesús nos trajo.

La experiencia de fe y de participación hace madurar a la comunidad eclesial de base, y le confiere características propias, llevándola a una relación fraterna de igualdad con las demás comunidades pertenecientes a la misma parroquia. En esta dinámica, la matriz parroquial gana mayor relevancia pastoral en la medida en que pasa a ejercer la función articuladora de las comunidades.

Exhortamos a que la parroquia busque transformarse en "Red de comunidades y grupos, capaces de articularse consiguiendo que sus miembros se sientan realmente discípulos misioneros de Jesucristo en comunión" (DAp 172), teniendo por modelo las primeras comunidades cristianas presentadas en los Hechos de os Apóstoles (Hech 2 y 4). Así, la parroquia será más viva, junto con sus comunidades, coordinadas por laicos y laicas, por diáconos permanentes, animados por religiosos y religiosas, y que tengan en Consejo Pastoral Parroquial, presidido por el párroco, su principal articulador pastoral.

Conclusión

En comunión con otras células vivas de la Iglesia, comunidades de discípulos y discípulas generadas por el encuentro con Jesucristo, Palabra hecha carne (Cf. Jn 1,14), como son los movimientos, las nuevas comunidades, las pequeñas comunidades, que integran la red de comunidades que la parroquia esta llamada a ser, reafirmamos aquí lo que está escrito en el documento 25 de la CMBB: Al concluir estas reflexiones, deseamos agradecer a Dios por el don que las CEBs son para la vida de la Iglesia en Brasil, por la unión existente entre nuestros hermanos y sus pastores, y por la esperanza de que este nuevo modo de ser Iglesia se va volviendo siempre mas fermento de renovación en nuestra sociedad". (94)


Pegado de http://caminomisionero.blogspot.com/2010/05/por-cnbb-publicado-por-adital-brasilia.html

sábado, 28 de agosto de 2010

ANTE LA MASACRE DE SETENTA Y DOS MIGRANTES EN EL RANCHO SAN FERNANDO, TAMAULIPAS.

México, D.F. a 26 de agosto de 2010

¡ Cielos y tierra oigan! Escuchen la queja de Dios

¡ Pobres de aquellos que, teniendo una casa,

compraron el barrio poco a poco!

¡ Pobres de aquellos los acaparadores que juntan campo con campo !

¿ Así que Ustedes se van apropiar de todo

y no dejarán nada a los demás ? echándolos al destierro

ANTE LA MASACRE DE SETENTA Y DOS MIGRANTES EN EL RANCHO SAN FERNANDO, TAMAULIPAS.

Con dolor y con rabia profundos contemplamos, aún incrédulos, el abominable fruto de la globalización de la injusticia, que echando de su tierra, de los tiernos brazos de sus familias, de la amiga fraternidad, de su cultura, de su pan y su alegría a millones de seres humanos, cuyo único delito es querer alcanzar "el norte" en busca del sustento para los seres que aman, setenta y dos hermanas y hermanos migrantes han sido víctimas de un abominable crimen imputable, en primerísimo lugar, al Estado mexicano y a las supuestas autoridades responsables de nuestra seguridad.

En ese éxodo forzado al que se ven arrojados y que les obliga a cruzar el valle de sombras y de muerte que se ha convertido el territorio mexicano, decenas de hermanas y hermanos nuestros han encontrado la extorsión , el secuestro, la mutilación y la muerte y han dejado en la orfandad a decenas de familias.

Pese a que desde hace varios años hemos denunciado de manera sistemática, documentada y concreta las innumerables violaciones que sufren estas hermanas y hermanos a manos de los diversos cuerpos policíacos -municipales, estatales y federales-, así como por las autoridades de migración y el ejército mexicano; el gobierno federal ha dicho que no hay información "verídica y comprobable", se ha burlado de las víctimas, ha perseguido y amenazado a las y los defensores de derechos humanos de los migrantes y siempre trata de minimizar y ocultar estos hechos con un simple: "es un hecho aislado, estamos investigando".

Doloroso fruto de esa pasividad y abierta complicidad del gobierno en los tres niveles de poder, es la brutal masacre de estas setenta y dos hermanas y hermanos de nacionalidades Salvadoreña, Hondureña, Ecuatoriana y Brasileña.

En esta hora de dolor expresamos nuestra solidaridad con las familias de las personas asesinadas, les compartimos la palabra de nuestro Padre Bueno quién, amoroso, nos habla diciendo: "En el desierto acampará el Derecho; en el jardín descansará la Justicia. La obra de la Justicia será la Paz y los Frutos de la Justicia serán tranquilidad y seguridad para siempre".

Llamamos a todas las Organizaciones nacionales e internacionales que trabajan a favor de los Derechos de los Migrantes a redoblar los esfuerzos de denuncia y defensa de nuestros Hermanos Migrantes.

A los diferentes niveles de gobierno, si tienen oídos para oír oigan el clamor de este Pueblo que, en Éxodo permanente, camina en pos del Huerto de la Justicia tantas veces prometida y tantas veces burlada.

Exigimos el pronto castigo a todas y todos los culpables que, por acción o por omisión, participaron en este crimen.

Exigimos la presencia de un relator de la Organización de las Naciones Unidas para las y los migrantes, que vigile de manera cercana las acciones del Estado mexicano y deslinde su responsabilidad ante estos hechos.

Atentamente,

Monseñor Samuel Ruíz García

Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas Chiapas, México

Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con América Latina y el Caribe Monseñor Oscar Arnulfo Romero

Fray Raúl Vera López, OP

Obispo de Saltillo

Blanca I Martínez Bustos,

CDH Fray Juan de Larios

Belén, Casa del Migrante

Diócesis de Saltillo

Acción Ciudadana de Construcción Nacional

Colectivo Alas

Católicas por el Derecho a Decidir

Observatorio Eclesial

Mures para el Dialogo

Secretariado Social Mexicano

Comité Monseñor Oscar Arnulfo Romero

Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos

Coordinadora Regional del Sur

Centro de Estudios Ecuménicos

Centro Nacional de Comunicación Social

Ilse Mayer Hermanas de San José de León

Consuelo Pulido G. Hermanas de San José León

Daniel Rodríguez Gutiérrez Comité Eureka

Carmen Gallegos Comunidades Eclesiales de Base Derechos Humanos

Judith Vázquez Arreola Acción Acciona A.C.

Socorro Martínez M. Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, Todo en Comunidad A.C.

Maribel Luna Martínez Católicas por el Derecho a Decidir

Lucia Maldonado Castañeda Centro de Reflexión y Acciòn Laboral

Julián Cruzalta Comunidad Magdala

Ludmila Jarquín Jarquín

Ambrosio René Oliva Delgado

Otto Lenz

María Elena Cárdenas Terrones

Jorge Camacho Cruz

Gabriela Juárez Palacios

María Guadalupe J. Martínez

Erik Barragán Burgueño

Rosa María Oviedo

Elsa Conde

Lokin Castañeda Badillo

Guadalupe Velasco

Leticia Renteria

Citlalin Ulloa Pizarro UNAM

Mariana Gómez Álvarez Icaza

José Guadalupe Sánchez Suarez

Alma Rosa Botello Uribe

María del Carmen Mendoza Bobadilla

Leticia Gutiérrez

Norberto Pérez

Martín Hernández

Maricarmen Montes

Dalia Ruiz

Hildelisa Preciado

Alfonso Anaya

Otro modo de ser Iglesia

Otro modo de ser Iglesia
2010-07-30

Quien haya leído mi último artículo –Dónde está la verdadera crisis de la Iglesia – puede haber quedado desesperanzado. Analizaba ahí la estructura de poder de la Iglesia, centralizada, piramidal, absolutista y monárquica. Este tipo de poder no favorece el ideal evangélico de igualdad, de fraternidad ni la participación de los fieles. Mas bien cierra las puertas a la participación y al amor. Es que tal tipo de poder, por su naturaleza, necesita ser fuerte y frío. Este modelo de Iglesia-poder se presenta como «la» Iglesia, la Iglesia sin más, y -peor todavía- como querida por Cristo, cuando, como he mostrado, surgió históricamente y es solamente su instancia de animación y dirección, siendo menos del 0,1% de todos los fieles. Por lo tanto, no es toda la Iglesia sino solamente una mínima parte de ella.

Pero la Iglesia-comunidad como fenómeno religioso y movimiento de Jesús es mucho más que la institución. Aquella encuentra otras formas de organización, mucho más próximas al sueño de su Fundador y de sus primeros seguidores. Sabiamente, los obispos brasileros en su reunión anual, celebrada en Brasilia del 4 al13 de enero del presente año, confesaron: «sólo una Iglesia con diferentes modos de vivir la misma fe será capaz de dialogar significativamente con la sociedad contemporánea». Con esto destruyeron la pretensión de una única manera de ser: la de la Tradición del poder. Sin negarla, hay muchas otras maneras: la de la Iglesia de la liberación, la de los carismáticos, la de los religiosos y religiosas, la de la acción católica, hasta la del Opus Dei, la de Comunión y Liberación y la de la Nueva Canción, para nombrar sólo las más conocidas.

Pero hay una forma toda especial y muy promisoria, nacida en los años 50 del siglo pasado en Brasil y que ha adquirido relevancia mundial, pues ha sido asimilada en muchos países: las Comunidades Eclesiales de Bases (CEBs). Los obispos les dedicaron un animador «Mensaje al Pueblo de Dios sobre las CEBs». Curiosamente, ellas surgieron en el momento en que brotó en Brasil una nueva conciencia histórica. En la sociedad: el sujeto popular ansiando más participación política, y en la Iglesia: el sujeto eclesial, ansiando también más participación y corresponsabilidad eclesial. Las CEBs constituyen otro modo de ser Iglesia, cuyo sujeto principal, aunque no exclusivo, son los pobres. Su estilo es comunitario, participativo e insertado en la cultura local. Los servicios son rotativos y la elección, democrática. Articulan continuamente fe y vida, son activas en el campo religioso, creando nuevos servicios y ritos, y activas en el campo social o político, en los sindicatos, en los movimientos sociales como en el MST (Movimiento de los Trabajadores sin Tierra) o en los partidos populares.

No sabemos exactamente cuántas son, pero se calcula unas cien mil comunidades de base en Brasil, involucrando a varios millones de cristianos. Los obispos constatan su alto valor innovador y antisistémico. El mercado eliminó las relaciones de cooperación y solidaridad mientras que en las CEBs se viven relaciones fundadas en la gratuidad, en la lógica del ofrecer-recibir-retribuir. Ellas han asumido la causa ecológica, por eso, se entienden también como CEBs = comunidades ecológicas de base. Han desarrollado una fuerte espiritualidad del cuidado de la vida y de la Madre Tierra. El resultado de todo ellos ha sido más respeto, veneración y cooperación con todo lo que existe y vive.

Las CEBs muestran cómo la memoria sagrada de Jesús puede recibir otra configuración social, centrada en la comunión, en el amor fraterno y en la alegría de testimoniar la victoria de la vida contra las opresiones. Ese es el significado existencial de la resurrección de Jesús como insurrección contra el tipo de mundo vigente.

Humildemente, los obispos declaran que ellas ayudan a la Iglesia a estar más comprometida con la vida y con el sufrimiento de los pobres. Más aún, interpelan a toda la Iglesia llamándola a la conversión, al compromiso para la transformación del mundo en un mundo de hermanos y hermanas.

Este modo de ser Iglesia puede servir de modelo para la inserción en la cultura contemporánea, urbana y globalizada. Si fuese asumido como inspiración para el proyecto del Papa Benedicto XVI de «reconquistar» Europa, seguramente tendría algún éxito. Podrían verse comunidades de cristianos, intelectuales, obreros, mujeres, jóvenes, viviendo su fe en articulación con los desafíos de sus situaciones existenciales. No pretenderían tener el monopolio de la verdad y del camino cierto, pero se asociarían a todos los que buscan seriamente un nuevo lenguaje religioso y un nuevo horizonte de esperanza para la humanidad.

Leonardo Boff

Insertado desde <http://servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=391>


Compartimos preocupación las Comunidades Eclesiales de Base San Cristóbal de Las Casas.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas a 09 de agosto del 2010.
BOLETIN No, CEBs-01

Al GOBIERNO MUNICIPAL
GOBIERNO DEL ESTADO
GOBIERNO FEDERAL
SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE Y VIVENDA
ORGANIZACIONES AMBIENTALISTAS
SECRETARIA DE DESARROLLO URBANO Y OBRAS PÚBLICAS
SOCIEDAD CIVIL NACIONAL INTERNACIONAL
MEDIOS DE COMUNICACIÒN NACIONAL INTERNACIONAL
ORGANIZACIONES SOCIALES NACIONALES INTERNACIONALES
DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS NACIONAL INTERNACIONAL
JUNTAS DE BUEN GOBIERNO DEL (EZLN)
PUEBLO CREYENTE DE LA DIOCESIS DE SAN CRISTÒBAL DE LAS CASAS
COMUNIDADES ECLECIALES DE BASE NACIONAL

Nosotros y nosotras las Comunidades Eclesiales de Base de las siete parroquias que conforman la zona centro de San Cristóbal de Las Casas. Por este medio queremos denunciar la situación tan triste y dolorosa por lo que esta sucediendo en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas por el deterioro y devastación de los cerros por la extracción y explotación indiscriminada de material pétreo (bancos de arena y grava), el otorgamiento de permisos de cambio de uso de suelo para la construcción de fraccionamientos en zona de humedales, así como el que se esta construyendo en la zona de la primavera donde actualmente se encuentra la clínica de la mujer.

Así también el intento de construir el complejo comercial la SORIANA en zonas deportivas sin tomar en cuenta el impacto ambiental que esto pueda ocasionar, no se esta tomando en cuenta la previa consulta y consentimiento de los ciudadanos y vemos que las autoridades están actuando de manera arbitraria al no tomar en cuenta las leyes y normas que regulan la protección del medio ambiente, pasando por alto sus obligaciones de proteger, cuidar y defender estos espacios considerados y decretados como zonas de recreación y conservación ecológica.

Estas actitudes de las autoridades obedecen a los intereses económicos de empresas
Que con el discurso de generar "empleo y desarrollo" están imponiéndose a costa del deterioro ambiental, favoreciendo así el procesó de los tratados de libre comercio generadores de mas pobreza, miseria, explotación y la privatización de nuestro cursos naturales.

Por esta razón hemos reflexionado y analizado profundamente que si las autoridades siguen actuando en la lógica del deterioro ambiental, esto traerá consecuencia grave en nuestro futuro. Como Comunidades Eclesiales de Base el día domingo 8 de agosto del presente año decidimos realizar Actividades de reforestación y reelección de basura en la zona de humedales de navajuelos y zona de bombeo de Maria auxiliadora, donde participamos al rededor de 550 personas de diferentes barrios y colonias de la zona sur de la cuidad de San Cristóbal de Las Casas.

Hacemos también un llamado a toda la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, comunidades y sociedad en general a sumarse en la promoción y defensa de nuestros recursos naturales en nuestros territorios de los diferentes puntos de nuestro estado y nuestro país, así como construir entre todos un frente común para evitar el avance de los proyectos transnacionales al ampara de los gobiernos que pretenden despojarnos de nuestros recursos naturales, como por ejemplo los proyectos eco turísticos en el ejido San Sebastián Bachajòn, agua clara, agua azul y también la construcción de súper carretera San Cristóbal- Comitán y palenque donde este proyecto a causado conflictos, división, muerte, amenazas, encarcelamiento y como es el caso de Mitziton por defender su territorio.

Por lo anterior. Exigimos lo siguiente:

1.- Que las autoridades municipales y estatales den un informe sobre los términos en que se están otorgado los permisos de cambio de uso de suelo para construir fraccionamientos en zona de humedales en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas..

2.- La suspensión de la explotación irracional de los bancos de arena en la zona conocida como "salsipedes"

3.- Cancelación inmediata del proyecto comercial denominado la SORIANA en el lugar que ocupa el área deportiva.

4.- Cancelación de los permisos de cambio de uso de suelo para la construcción de fraccionamientos en zona de conservación ecológica.


ATENTAMENTE:

Las Comunidades Eclesiales de Base y Barrios y Colonia de la Zona Sur de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.



http://www.otrosmundoschiapas.org/index.php/soberania/73-soberania/782-no-al-megacentro-soriana-en-san-cristobal-de-las-casas.html

Fortaleciendo y Tejiendo Nuestras Redes

“Fortaleciendo y Tejiendo Nuestras Redes”
Red de Teólogas y Pastoras – Brasil, São Paulo, 28 a 30 de Julio de 2010
Pastoral de Mujeres y Justicia de Género del CLAI
Centro Otília Chaves – Faculdade de Teologia / UMESP
______________________________________________________

El Encuentro “Fortaleciendo y Tejiendo Nuestras Redes” fue fruto del deseo de la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) de realizar un análisis de la realidad y de las nuevas teologías, y de dar continuidad a las articulaciones de teólogas y pastoras que actúan en la Iglesia y en la sociedad, recuperando la memoria histórica y reflexionando aspectos empoderadores sobre aspectos bíblico-teológicos relevantes al tercer milenio en el contexto continental.

El trabajo en conjunto entre la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género del CLAI y el Centro Otília Chaves – Faculdade de Teologia / UMESP, viabilizó la realización de este encuentro, que contó con la participación de aproximadamente 40 teólogas y pastoras de las regiones de CLAI Brasil, Andina y Río de la Plata.

La solidaridad entre otras instituciones amplió las posibilidades con el apoyo de la Iniciativa Misionera Regional en América Latina de la División de Mujeres de la Junta General de Ministerios Globales (JGMG), de la Reformierte Landeskirche Aargau, de la Mission 21 Evangelisches Missionswerk Basel, de la Comunidad Teológica Evangélica de Chile y del Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina y el Caribe (CIEMAL).

La historia de las redes entre teólogas y pastoras latinoamericanas y caribeñas continúa, y en este presente tiempo levantamos juntas nuestras voces y declaramos que:

1. Reconocemos la existencia de la violencia de género que se expresa de forma exponencial en crecientes prácticas de femicidios, trata/tráfico y explotación sexual de mujeres, niñas y niños, bien como en la ‘feminización’ de la pobreza. Llamamos a todos los segmentos de la Iglesia y de la sociedad a tomar consciencia, repudiar y denunciar esta realidad, combatiendo las profundas dimensiones de procesos de omisión y connivencia que son parte de nuestra herencia cultural colonizada. Nos comprometemos a promover y concretizar el cambio de paradigmas, la educación de derechos y la incidencia en políticas públicas y eclesiales para erradicación de todas las formas de la violencia de género.

2. Reconocemos que las mujeres tienen una significativa producción intelectual en distintas áreas epistemológicas, también en el campo de la teología, hermenéutica y del fenómeno religioso, sin embargo, denunciamos la existencia de un proceso de invisibilización y silenciamiento de ese trabajo no apenas por hombres, sino también por mujeres, en la academia y en instituciones eclesiásticas. Delante de esto, llamamos al reconocimiento, a la valorización, a la promoción y a la divulgación de ese saber, y nos comprometemos a hacer visible esa producción en el nivel pastoral, académico y social.

3. Reconocemos que la opresión sobre las mujeres está generando una sociedad enferma. Desde la más tierna infancia hay una constante disminución de su autoestima con la banalización del cuerpo. La coerción para un desarrollo precoz de la sexualidad comienza con la falta de consciencia de la propia familia y permite la aceleración de las influencias externas. Es necesario una concientización a partir de la familia, escuela e Iglesia, para la interrupción y mudanzas de este proceso, garantizando el respeto y la valorización de la mujer y promoviendo el concepto
bíblico de salud integral que engloba y cruza todas las relaciones.

4. Reconocemos que la concentración de hombres en el ejercicio de poder e instancias de decisión, incluso en la Iglesia, es un indicador de la desigualdad institucional de género. Llamamos a las instituciones a revisar la política que excluye y a crear mecanismos de inclusión de las mujeres en las instancias de decisión y poner en práctica modelos de poder compartidos, democráticos y transparentes.

5. Reconocemos que la reflexión teológica liberadora a partir de hermenéuticas bíblicas feministas desvelan las relaciones de poder y dominación simbolizadas en los papeles sociales tradicionales de género culturalmente designados a las mujeres y hombres en los textos bíblicos. Delante de esto, proponemos hermenéuticas bíblicas en la perspectiva de la categoría relacional de género, que deslegitima y ‘desnaturaliza’ la violencia contra las mujeres presente en la tradición teológica cristiana cuando se impone de forma patriarcal, androcéntrica y universalizante.

6. Reconocemos que es necesario rehacer la historiografía, y nos comprometemos a hacer memoria, recordando a las muchas mujeres que osaron y tuvieron papel decisivo en la construcción de una nueva visión de Iglesia y sociedad.

7. Reconocemos que la degradación del medio ambiente asume proporciones asustadoras y acelera los riesgos de desastres ambientales. Llamamos a las familias, escuelas e Iglesias a tomar actitudes cotidianas y acciones concretas en el rescate de valores y en el compromiso con la Creación y con el Reino de Dios.

8. Reconocemos que la comunicación también reproduce modelos sociales patriarcales y abusivos, convirtiendo a los sujetos de acción en objetos. Convocamos a tomar consciencia y cuidado con el lenguaje para la promoción de la inclusión y justicia de género. La nueva forma de comunicación incluye mujeres y hombres, y es capaz de mudar las relaciones de la sociedad, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos.

En esperanza solidaria por justicia y vida, reafirmamos nuestra vocación teológica y pastoral.
“Las cosas antiguas ya pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Co 5, 17)
“(…) así también andemos en novedad de vida.” (Ro 6, 4)
_____________________________________________________________________

miércoles, 25 de agosto de 2010

Un círculo vicioso mortal

Un círculo vicioso mortal
2009-08-07


Estamos todos sentados encima de paradigmas civilizacionales y económicos fallidos. Es lo que nos revela la actual crisis global con sus varias ramificaciones. A corto y a medio plazo no hay nada que se presente como consistente. Somos pasajeros de un avión en vuelo ciego. Lo que se ofrece es hacer correcciones y controles a la Keynes, que en el fondo son cambios en el sistema, pero no cambios del sistema. Pero es el sistema lo que resulta realmente insostenible, incapaz de ofrecer un horizonte prometedor para la humanidad. Por eso, se demanda otro sistema y otro paradigma de habitar este pequeño, viejo, devastado y superpoblado planeta. Es urgente porque el tiempo del reloj corre en contra nuestra y tenemos poca sabiduría y escaso sentido de cooperación.

Por causa de los intereses de los poderosos, que no hacen lo necesario para evitar lo fatal, las soluciones que están siendo puestas en marcha en el mundo van en la línea de «más de lo mismo». Esto es absolutamente irracional, pues ha sido ese «mismo» lo que nos ha llevado a la crisis, que puede evolucionar hacia una tragedia completa.

Estamos, pues, enredados en un círculo vicioso letal. Les guste o no a los economistas -los «salvadores» del mundo-, tenemos a la vista dos puntos muertos: uno humanitario y otro ecológico. El primero es de naturaleza ética: la conciencia planetaria, surgida como consecuencia de la globalización, suscita la pregunta: ¿cuánta inhumanidad y crueldad aguanta el espíritu humano cuando verifica que el 20% de las personas consume el 80% de toda la riqueza de la Tierra, condenando al resto a la cruz de la desesperación, acorralada por los límites de la supervivencia? ¿Aceptará el veredicto de muerte sobre ella... o se resistirá, se indignará y finalmente se rebelará por instinto de supervivencia? El ideal capitalista de crecimiento ilimitado en un planeta limitado ya no se puede seguir proponiendo o sólo bajo una gran violencia.

El segundo es el límite ecológico. El capitalismo creó la cultura del consumo y del desperdicio, cuyo prototipo es la sociedad norteamericana. Generalizar esta cultura —ya se han hecho los cálculos― necesitaría dos o más Tierras semejantes a la nuestra, lo que hace el proyecto irrealizable. Por otra parte, hemos llevado al límite los recursos y servicios de la Tierra y los sobrepasamos en un 40%. Todas las energías alternativas a la fósil, manteniendo el consumo actual, cubrirían solamente el 30% de la demanda global. Como se ve, dentro del mismo modelo, somos un sapo que se va cociendo lentamente sin posibilidad de salirse de la olla.

Hay tres propuestas creativas: la economía solidaria, que no se guía por el objetivo capitalista de maximización del lucro ni por su apropiación individual; el cambio de monedas regionales, y la tercera es la de la biocivilización y la Tierra de la Buena Esperanza, del economista polaco que dirige un centro de investigación sobre Brasil en Paris: Ignacy Sachs. Esta propuesta da un lugar central a la vida y a la naturaleza, considerando a Brasil el lugar donde se anticipa. Las tres son posibles, pero todavía no han acumulado fuerza suficiente para ser hegemónicas.

Ellas tal vez podrían salvarnos. ¿Pero tendremos tiempo hábil? Bien decía Gramsci: «lo viejo no acaba de morir y a lo nuevo le cuesta nacer». No se desmonta una cultura de un día para otro. Quien está acostumbrado a comer filete de lomo, difícilmente se resignará a comer huevo.

Mi sentimiento del mundo dice que vamos al encuentro de una formidable crisis generalizada que nos llevará al límite de la supervivencia. Cuando el agua nos llegue a la nariz, haremos todo para salvarnos. Posiblemente seremos todos socialistas, no por ideología sino por necesidad: los escasos recursos naturales serán repartidos ecuánimemente entre los humanos y los demás vivientes de la comunidad de vida.

San Agustín sabiamente enseñó que hay dos factores que producen en nosotros grandes transformaciones: el sufrimiento y el amor. Debemos aprender ya ahora a amar y a sufrir por esta única Casa Común a fin de que pueda ser una gran Arca de Noé que albergue a todos. Entonces la Tierra de la Buena Esperanza sí será señal de un Jardín del Edén que todavía está por venir.

Leonardo Boff
http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=340

sábado, 7 de agosto de 2010

Lectura Popular de la Biblia | DVC-7, 2010

DIOS VIVE EN LA CIUDAD
Construyendo una red de comunidades
Boletín-7, Septiembre de 2010
Lectura popular de la Biblia


1. La reforma de Martín Lutero

La reforma iniciada por Martín Lutero, que tomaba a la Sagrada Escritura como única autoridad en materia de fe, influyó en que muchos cristianos fueran dejando de lado su lectura, quedando reducida esta al uso litúrgico y al estudio de personas especializadas.

2. Dei Verbum

El Concilio Vaticano II con la Constitución “Dei Verbum” sobre la Divina Revelación dio un fuerte impulso a la lectura de la Biblia, más allá del uso litúrgico y del uso de los especialistas.

La constitución dogmática Dei Verbum en el capítulo 4 en el número 21 nos dice que las Sagradas Escrituras junto con el Cuerpo del Señor son el pan de vida y juntamente con la Sagrada Tradición, se le considera como la regla suprema de la fe. Es necesario, por consiguiente, que toda la predicación eclesiástica, como la misma religión cristiana, se nutra de la Sagrada Escritura, y se rija por ella.

3. Proceso bíblico popular

Motivados por el Concilio que deseaba poner la Biblia en manos del pueblo, se inició un movimiento bíblico en diferentes países. Luego, a la lectura de la Biblia con el pueblo se integró la opción por los “pobres” en la que tanto insistieron tanto el Concilio, como Medellín y Puebla.

4. Método Ver-Juzgar-Actuar

El pueblo sencillo comenzó a leer la Biblia desde su propia vida, pero en una forma un tanto desorganizada. Por eso algunos especialistas que quisieron ayudar al pueblo a leer la Biblia aplicaron el método VER-JUZGAR-ACTUAR a la lectura de la Biblia y este método se aplicó sobre todo en la lectura que hacen las Comunidades Eclesiales de base. Una lectura que parte de la vida en orden a caminar en la fe de acuerdo a lo que Dios quiere.

5. Algunos textos bíblicos

La lectura de la biblia con el pueblo privilegia algunos textos entre los que cabe mencionar:

Se va tomando conciencia de ser “pueblo de Dios” liberado de la esclavitud de Egipto y llamado a una tierra buena (Ex 3, 6-9; 20, 2)

La forma comunitaria en que vivían los primeros que creyeron en la Resurrección de Jesús (Hechos 2, 43-47 y 4, 34-37)

La lectura que hace Jesús en la sinagoga de Nazaret en la que aparece con claridad su misión (Lucas 4, 16-21).

La misión de la Iglesia, cuando Jesús resucitado envía a sus discípulos en la narración de Juan 20, 21-23.

El libro de los Hechos presenta el nacimiento de la Iglesia bajo el impulso del Espíritu Santo.

Jesús tiene una preferencial misericordia por los pequeños y desamparados.

6. Espiritualidad en el seguimiento de Jesucristo

Descubrimos entonces que la lectura popular de la Biblia va creando una nueva espiritualidad en el seguimiento de Jesucristo, para vivir más de acuerdo con sus enseñanzas y ejemplos.

Una espiritualidad que busca construir la Iglesia como comunidad que escucha la Palabra, hace oración y vive para el amor y la solidaridad. Una espiritualidad que continúa construyendo el reino de Dios. Una espiritualidad en donde el Espíritu construye una Iglesia ministerial.

7. La Lectio divina

Para llevar a la práctica la lectura popular de la biblia nos puede ser muy útil seguir el método de la Lectio divina: Lectura, meditación, oración, contemplación.

Antes de hacer la lectura hemos de encomendarnos a Dios y platicar un poco de nuestra vida personal y social de modo que hagamos una lectura creyente y actualizada.

La lectura consiste en leer atenta y detenidamente el texto, (de preferencia varias veces); aquí tratamos de responder a la pregunta ¿Qué dice el texto?

La meditación sería relacionar lo que el texto nos dice a nosotros; responde a la pregunta ¿Qué nos dice el texto?

La oración consiste en responder a Dios que nos ha hablado por medio del texto; responde a la pregunta ¿Qué respuesta damos a Dios que nos ha hablado?

Y finalmente la contemplación consiste en formular un compromiso para llevar a cabo lo que Dios nos pide. Responde a la pregunta ¿A qué nos comprometemos?


Intentemos hacer la lectura comunitaria de la Palabra de Dios. Mucho ánimo.

Pbro. Cosme Carlos