ELECCIONES: EL PAPA FRANCISCO Y LA POLÍTICA
Pedro Pierre. Julio 11, 2023Ecuador
En
este tiempo de elecciones, es bueno para los cristianos recordar unas
orientaciones del papa Francisco que nos ayuda a regresar a las fuentes de
nuestra fe, es decir, el testimonio de Jesús y la práctica de las primeras
Comunidades cristianas. Su primera carta encíclica de 2013, “La alegría del
Evangelio” tiene, por un parte, fuertes condenas a sistema neoliberal que nos
organiza y, por otra, hace llamados a los cristianos a sustituirlo. Podemos
recordar ‘los 4 NO’ del papa: “¡No a una economía de exclusión!” porque “la
economía mata y Dios dijo ‘No matarás’”; “¡No a la idolatría del dinero!”
porque se trata de “la dictadura de la economía”; “¡No a un dinero que domina
en lugar de servir!”, porque se trata de un “rechazo de la ética y el rechazo a Dios”; “¡No a la
inequidad que genera violencia!”, porque la violencia de los ricos y de un
sistema injusto está al origen de la violencia de los pobres. Luego el papa
retoma una frase del papa Benedicto 16: “la Iglesia ni
puede ni debe quedar al margen en la lucha por la justicia” e insta a todos los cristianos, pero también a los sacerdotes, a
preocuparse por la construcción de un mundo mejor.
Otra
de las intervenciones del papa Francisco que llama la atención es su ‘Mensaje
por la paz’ del 1 de enero de 2019, donde nos habla de la importancia del
compromiso político. El tema era: “La
buena política al servicio de la paz”. El papa afirma que “la política es un
vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre,
pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la
comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión,
marginación e incluso de destrucción”. Creo que en Ecuador hemos llegado a
esta “opresión, marginación e incluso de destrucción”.
¿Qué remedios nos propone el papa
Francisco? Primero nos habla de la importancia de la política y
de la necesidad de implicarnos en ella: “Dice Jesús: «Quien quiera ser el primero,
que sea el último de todos y el servidor de todos». Como subrayaba el Papa san
Pablo VI, «tomar en serio la política
en sus diversos niveles -local, regional, nacional y mundial- es afirmar el
deber de cada persona, de toda persona, de conocer cuál es el contenido y el
valor de la opción que se le presenta y según la cual se busca realizar
colectivamente el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad». En
efecto, la función y la responsabilidad política constituyen un desafío
permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de
proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones
para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto
fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede
convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad.”
La política, según el papa, es “el
compromiso por el bien común… Es un programa con el que pueden estar de acuerdo
todos los políticos, de cualquier procedencia cultural o religiosa, que deseen trabajar juntos por el bien de la familia
humana, practicando aquellas virtudes humanas que son la base de una buena
acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la
honestidad, la fidelidad… A este respecto, merece la pena recordar las ‘bienaventuranzas
del político’: Bienaventurado el
político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de
su papel. Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad. Bienaventurado
el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés. Bienaventurado
el político que permanece fielmente coherente. Bienaventurado el político que
realiza la unidad. Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a
cabo un cambio radical. Bienaventurado el político que sabe escuchar. Bienaventurado
el político que no tiene miedo.”
Después
de enumera los vicios de la mala política, el papa habla también de “la buena
política (que) promueve la participación de los jóvenes y la confianza en el
otro. Cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los
intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados
por la desconfianza, porque se ven condenados a quedar al margen de la
sociedad, sin la posibilidad de participar en un proyecto para el futuro… Cada uno puede aportar su propia piedra para
la construcción de la casa común. La auténtica vida política, fundada en el
derecho y en un diálogo leal entre los protagonistas, se renueva con la
convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en
sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales,
intelectuales, culturales y espirituales.”
Termina el papa su mensaje con la
invitación a “recurrir siempre al espíritu
del Magníficat que María canta en nombre de todos los hombres: «El
Todopoderoso hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes».”
Sobre este compromiso político de
la fe, también podemos recordar el mensaje del papa en Bolivia, en 2015, cuando
se encontró con las Organizaciones populares: “Hablamos de la necesidad de un
cambio, un cambio de estructuras, para que la vida sea digna… La política está
fundamentalmente en manos de los pueblos… Las «3-T»: Tierra, Techo y Trabajo
para todos son un proyecto-puente de los pueblos. ¡Rebélense contra la tiranía
del dinero! ¡Sean solidarios! ¡Revitalicen la democracia! ¡Sean austeros!
¡Huyan de la corrupción!”. El papa retoma esta misma temática en 2016, cuando califica
al sistema capitalista de “terrorista” … que debe ser “cambiado”.
Las palabras del papa son un
desafío para los cristianos y para ‘los hombres y mujeres de buena voluntad’.
¡Sepamos, en estas elecciones, escuchar esta voz del papa y aportar nuestro
granito de arena para un Ecuador mejor!