martes, 22 de octubre de 2019

[vcodina] 7 claves teológicas para el sínodo de la Amazonía (II)



7 claves teológicas para el sínodo de la Amazonía (II)

4 octubre 2019 · por Victor Codina · en América Latina, Ecología, Iglesia

Víctor Codina. [Esta publicación es la segunda parte del artículo “7 claves teológicas para el Sínodo de la Amazonía”. Para leer la primera, aquí].
5. Aportes de la Amazonía al mundo y a la Iglesia.
Es injusto considerar la Amazonía solamente como un conjunto de pueblos pobres que necesitan defensa y protección. Son pueblos diferentes, otros, con grandes riquezas humanas, culturales y espirituales, con una sabiduría milenaria y ancestral, anterior al cristianismo.
Como el indio Juan Diego que en pleno invierno ofrece rosas al obispo Juan de Zumárraga, la Amazonía ofrece a los obispos reunidos en sínodo y a la iglesia universal la riqueza de sus flores: la belleza de su naturaleza exuberante y de sus ríos, la propuesta del “buen vivir” y de la búsqueda de “la tierra sin males”, es decir, una vida en armonía con la naturaleza, con la comunidad y con Dios, una espiritualidad integral, el sentido de celebración y de fiesta, una tradicional sabiduría en el cuidado de la tierra, la salud y los remedios, un concepto de desarrollo y de progreso muy diferente del concepto moderno de progreso tecnocrático que acumula bienes en manos de pocos y destruye la naturaleza.
En un momento de crisis ecológica y humanitaria del planeta, la Amazonía nos ofrece alternativas, no para que reneguemos de los avances positivos del progreso moderno, sino para que aprendamos de ellos el sentirnos parte de la naturaleza, donde todo está conectado y merece respeto y así evitemos el caos de un posible desastre ecológico futuro planetario. No podemos hipotecar el futuro de las nuevas generaciones con nuestro desastroso concepto destructor del  llamado progreso moderno.
Esta valoración positiva de los pueblos amazónicos no debe conducirnos a la ingenuidad idealista del mito del “bon sauvage”, ni cerrar los ojos a las deficiencias y errores que afectan toda cultura humana, ni negar la necesidad de la gracia y la salvación de Cristo. Necesitamos siempre discernir, pero es indudable que antes de que llegasen los misioneros a la Amazonía, ya había llegado el Espíritu del Señor.
6. La eucaristía hace la Iglesia.
Solo después de haber hablado de la necesidad de defender la Amazonía de las amenazas que la destruyen, tiene lugar hablar de la eucaristía. Sin justicia no hay eucaristía, no es la cena del Señor (1 Cor 11.). Antes de ofrecer la ofrenda hay que reconciliarse con los hermanos (Mt 5,23-24). Por esto no deja de ser sospechoso que algunos sectores quieran reducir el sínodo de la Amazonía al tema de ministerios de hombres casados.
La afirmación de Henri de Lubac que resume la tradición patrística “la eucaristía hace la Iglesia, la Iglesia hace la eucaristía”, que Juan Pablo II recoge en Ecclesia de eucharistia, muestra la centralidad de la eucaristía en la vida cristiana, ya que, como dice el Vaticano II, la eucaristía es fuente y cumbre de toda vida cristiana (SC 10; PO 5).
Es necesario profundizar la importancia eclesial y vital de la eucaristía. Sin eucaristía la Iglesia languidece y muere.
La vida en abundancia que Jesús nos ofrece (Jn 10,10) no es solo el pan material con el que alimenta al pueblo hambriento que entusiasmado le quiere nombrar rey, sino el pan de vida de su cuerpo y sangre entregados por la vida del mundo (Jn 6).
La eucaristía posee una dimensión personal, comunitaria, eclesial y social, pero también cósmica, pues en ella la creación, pan y vino, se transfiguran y hacen presente al Señor resucitado y anticipan la escatología de los nuevos cielos y la nueva tierra del Reino.
Por todo ello no se puede privar durante años enteros a las comunidades sin eucaristía por falta de ministros y las grandes distancias, con el riesgo de que las comunidades devengan comunidades evangélicas de la Palabra o simplemente desparezcan.
De ahí la urgencia de dotar a las comunidades de ministros ordenados para la evangelización, el servicio y la celebración de los sacramentos, sobre todo la eucaristía.
La consulta a los pueblos amazónicos es clara: piden la ordenación de aquellas personas que la comunidad juzgue aptas para el ministerio, sean célibes o casadas, no solo ancianos. Son las comunidades las que deben elegir y proponer a sus ministros.
El celibato es un gran don y carisma que el Espíritu concede a algunos cristianos. Y es comprensible que la Iglesia latina lo exija a los candidatos al ministerio presbiteral por sus grandes beneficios. Pero no se puede anteponer una ley eclesiástica como es la del celibato obligatorio para el ministerio presbiteral en la Iglesia latina por encima del derecho divino a la eucaristía. Esto sería hacer de la ley del celibato una ideología, como lo pudo ser la circuncisión para los cristianos venidos de la gentilidad.
Hemos de recordar que el celibato no se exigía en la Iglesia primitiva y no fue obligatorio en la Iglesia latina hasta el siglo XIII. Tampoco es obligatorio en las Iglesias católicas orientales.
En todo caso siempre es posible la dispensa canónica de una ley eclesiástica en casos concretos, como aconteció cuando tanto Pío XII como Benedicto XVI ordenaron respectivamente a pastores luteranos y anglicanos casados que deseaban entrar en la Iglesia católica.
También habría que debatir el diaconado de las mujeres, como se pide en la consulta, que daría a la Iglesia un nuevo rostro femenino y reconocería litúrgicamente el servicio que ya ellas realizan en sus comunidades. Más allá de las diferentes opiniones teológicas sobre si hubo o no diaconado femenino sacramental en el pasado, el Papa tiene poder suficiente para poder instaurarlo por motivos pastorales.
También habría que discernir si no es posible adecuar la  materia y forma de los sacramentos, manteniendo se esencia (salva eorum substantia) al contexto amazónico, donde ni el pan de trigo ni el vino de uva son frutos de su tierra, donde seguramente la inmersión en el río es más expresiva que el bautismo por mera infusión de agua…
Finalmente, una sugerencia. En la liturgia eucarística hay dos epíclesis o invocaciones al Espíritu. En la primera se pide al Espíritu que el pan y el vino se conviertan sacramentalmente en el Cuerpo y la Sangre del Señor resucitado. En la segunda epíclesis se invoca al Espíritu para que la comunidad se convierta en el cuerpo eclesial del Señor.
¿No se podría pensar en una tercera epíclesis que, escuchando el clamor de los últimos, pidiese al Espíritu que en toda la creación, desde la eucaristía de la selva amazónica hasta el altar del mundo, se vaya realizando cada día más la plenitud del universo, la vida plena, los nuevos cielos y la nueva tierra, el foco desbordante del amor y vida de Dios al cosmos, el Cristo cósmico, la divinización de la humanidad y la bodas santas, la unificación de la creación con el Creador (LS 236)?
7. El Espíritu del Señor actúa desde los últimos.
Esta última clave seguramente es la más importante para comprender con profundidad las anteriores claves.
Hay que partir del hecho de que el Pueblo de Dios cree que quien lo conduce es el Espíritu del Señor que llena el universo (GS 11) y que toda la Iglesia, especialmente los pastores y teólogos, han de auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu, las múltiples voces de nuestro tiempo (GS 44), para comprender los planes de Dios y de este modo la Verdad revelada pueda ser mejor percibida (GS 44).
Se trata de la teología de los signos de los tiempos, formulada por Juan XXIII en Pacem in terris y que el Vaticano II profundizó en Gaudium et spes. El Señor está presente, actúa y se manifiesta en la historia y geografía humana a través de acontecimientos y deseos profundos de la humanidad. La historia humana no es homogénea sino que hay momentos estelares, tiempos de gracia, kairós, que llaman a una conversión y cambio profundo hacia el Reino de Dios. Son lugares teológicos privilegiados, es decir momentos especiales para captar, profundizar y actualizar la única revelación de Jesucristo.
Pero a lo anterior se añade que este Espíritu que dirige la historia ordinariamente actúa desde abajo, desde los últimos (eschatoi) para que aparezca con más claridad; que no es la sabiduría o el poder humano quienes dirigen la historia hacia el Reino, sino el Espíritu, el que aleteaba desde el comienzo en el caos originario de la creación (Gn 1,2), el que suscitaba jueces y profetas en momentos de crisis del Pueblo de Israel, iluminaba a la madre de los macabeos en pleno martirio de sus hijos la fe en la resurrección (2 Mc 7,22-23), el que hace que mujeres estériles conciban hijos (Gn 11,30; 25,21;29,31;Lc 1,7.27) y una virgen engendre a Jesús (Lc 1, 35), el que derrama sus dones sobre el Mesías (Is 11,1-9), guía la vida y obra de Jesús y le resucita de entre los muertos. El Espíritu Creador y vivificante actúa desde abajo, desde los últimos para el bien de todos. Los pobres ocupan un lugar privilegiado en el Pueblo de Dios (EG 197-201).
Este Espíritu presente en el de profundis de la historia, que se manifiesta a través de los últimos, pobres, marginados y descartados, es el que ahora clama a través de los pueblos amazónicos, pidiendo justicia en su tierra, libertad para vivir su identidad y su cultura, para que se respete su territorio, la Madre tierra. Al grito de los pobres se une el grito de la tierra, es el Espíritu del Señor el clama a través de ellos.
Ya a través de estos últimos, descartados y amenazados, el Señor quiere hacernos escuchar su voz para que abandonemos caminos de muerte y nos convirtamos a una ecología integral y para que la Iglesia inicie nuevos caminos, sea una Iglesia de rostro amazónico, abierta a una reforma de sus comunidades, ministerios, liturgia, teología india, evangelización y misión. Y a través de la Amazonía, la salvación y la reforma se extienda a toda la Iglesia y a todo el planeta.
Los recientes y trágicos incendios forestales de la Amazonía han puesto de manifiesto la fragilidad de la región, la tragedia de sus habitantes y el riesgo para todo el planeta. El sínodo de la Amazonía reviste hoy una providencial actualidad. Pidamos al Señor que su Espíritu transforme los corazones y renueve la faz de la tierra.
Veni, Creator, Spiritus…!

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jueves, 3 de octubre de 2019

[vcodina] 7 claves teológicas para el sínodo de la Amazonía (I)

7 claves teológicas para el sínodo de la Amazonía (I)





Víctor Codina. Se trata de un sínodo singular, importante y conflictivo. Singular, porque aborda una tema universal -la ecología integral- desde un lugar geográfico muy concreto. Importante por la temática que resume el magisterio de Francisco (Evangelii gaudium, Laudato, si, Episcopalis communio) y constituye como el punto álgido de su pontificado. Conflictivo porque es crítico ante organismos financieros, económicos y políticos que explotan y destruyen la Amazonía, y crítico también frente al poder del clericalismo eclesial.
Esto ya se ha puesto de manifiesto por reacciones contrarias al sínodo y al Instrumentum laboris (Documento base de discusión de los obispos), de parte de organismos políticos y eclesiales. Se comprende que el sínodo sea conflictivo, se comprende que se pretenda acallarlo, que muchos medios lo quieran reducir al tema del celibato eclesiástico que siempre produce morbo. Tampoco es casual que aumenten en estos meses acusaciones de abusos sexuales del clero como para que la Iglesia antes de denunciar a otros, se limpie ella misma de toda inmundicia. Se acusa al Instrumentum laboris de herético, panteísta, apostasía, insensatez, que niega la salvación de Jesús, que quiere que la sociedad vuelva a la época las cavernas, a los arcos y las flechas.
Para iluminar esta compleja situación, ofrecemos siete claves teológicas fundamentales, que se auto-implican y solapan mutuamente.
1. La vida es el tema central de sínodo.
El título del sínodo, “Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, puede generar una cierta perplejidad ante la pluralidad de temas implicados. El tema central es la vida, ”la vida del territorio amazónico y de sus pueblos, la vida de la Iglesia, la vida del planeta”. (Instrumentum laboris– IL- 8). Y la vida es un tema profundamente bíblico: Dios Padre es el creador de la vida, Jesús ha venido para darnos vida en plenitud (Jn 10,10), el Espíritu Santo es vivificador, Señor y dador de vida.
El tema de sínodo forma parte integrante de la misión eclesial de todos los tiempos; prolongar la misión de Jesús que pasó por mundo haciendo el bien y liberando de toda amenaza de muerte (Hch 10,38), que anuncia un Reino de vida, que envía a sus discípulos a dar vida y liberar del mal, que entrega amorosamente su vida para que nosotros tengamos vida, nos libera del pecado y de la muerte, Él es la resurrección y la vida (Jn 11,25) y tiene las llaves del reino de la muerte (Apoc 1,18).
Esta vida es algo integral: incluye la vida del planeta, la vida humana material, cultural y espiritual de los pueblos amazónicos, la vida plena de las comunidades eclesiales amazónicas; es la vida humana comenzando por lo más elemental y material (bios) y es la vida plena, salvífica, divina que nos comunica el Espíritu del Señor resucitado (zoe) (IL 11). Corresponde a la Iglesia anunciar y defender la vida y denunciar y luchar contra todas las amenazas de muerte.
Tan unilateral y sesgado es reducir el sínodo al cambio climático como concentrarlo únicamente en la ordenación de varones indígenas casados, mientras se silencia la dimensión ecológica integral.
2. Metodología del ver y escuchar.
La metodología del sínodo no es la de Lumen Gentium desde la Trinidad (LG 1-4,), sino la de Gaudium et Spes que parte de la realidad (GS 1-10), ambos documentos del Concilio Vaticano II. Es la metodología que tiene su origen en los movimientos europeos de la Juventud Obrera Católica (JOC) y que América Latina asumió desde Medellín a Aparecida (excepto en Santo Domingo): ver, juzgar y actuar. Francisco también nos advierte que la realidad es más importante que la idea (EG 231-233).
Pero la novedad del sínodo consiste en que al ver se añade el escuchar, superando así el riesgo de caer en la frialdad de una observación sociológica, objetiva y distante. Escuchar implica pasar de ser mero agente a ser receptor y paciente, dejarse impactar por la realidad humana, por el clamor del pueblo, como Yahvé ante el clamor del pueblo explotado en Egipto que sube hasta Dios (Ex 3,7-10), como Jesús al que se le conmueven las entrañas ante el sufrimiento del pueblo que vive como ovejas sin pastor (Mc 6,34). Escuchar es el talante necesario para un juzgar y actuar compasivo ante el dolor ajeno.
Esta actitud de escucha forma parte intrínseca de la sinodalidad de la Iglesia, es decir, de una Iglesia en camino conjunto que dialoga y escucha a todos, que sabe que el Espíritu del Señor ha sido derramado sobre toda la humanidad y que el Pueblo de Dios lo ha recibido por los sacramentos de iniciación y que le confiere el sentido profundo de la fe (LG 12). Esta doctrina tradicional ha sido profundizada por Francisco en Episcopalis communio (2018) precisamente para que los sínodos episcopales sean un momento de escucha y discernimiento del pueblo de Dios. Y Francisco en Puerto Maldonado (Perú) prefirió escuchar a los indígenas antes que dirigirles su palabra.
Añadamos que en el caso de la Amazonía no solo se trata de escuchar al pueblo sino de escuchar un pueblo pobre que forma parte de aquellos privilegiados bíblicos a quienes han sido revelados los misterios del Reino de Dios (Lc 10,21-22).
Este deseo de escuchar se ha concretado en una amplia consulta de la REPAM (Red Eclesial Panamazónica) a los pueblos amazónicos para conocer sus inquietudes, problemas y esperanzas: 65 mil personas participaron en procesos de consulta, preparación y escucha, junto con 90% de los Obispos y Vicarios apostólicos amazónicos.
3. Actitud profética ante la vida amenazada.
La lectura de los aportes de las comunidades indígenas revela un constante clamor: destrucción extractivista del territorio amazónico por empresas petroleras y mineras, madereras, megaproyectos hidráulicos, concesiones forestales, monocultivos, agrotóxicos, carreteras y ferrovías, que destruyen el territorio, caza y pesca predatoria, que expulsan a los indígenas a las ciudades y riberas, contaminan la tierra y el agua, destruyen la biodiversidad, producen enfermedades a niños y jóvenes, generan problemas sociales asociados como alcoholismo, violencia contra la mujer, trabajo sexual, tráfico de personas, criminalización y asesinato de líderes defensores del territorio. La vida está amenazada por estructuras de muerte, fruto del paradigma tecnocrático y del afán de lucro de grupos financieros, económicos y políticos.
No es que solamente se sientan amenazados en su territorio sino también en su identidad humana, cultural y espiritual, pues la tierra no es un lugar o un objeto, sino un sujeto, la Madre tierra, a la que las multinacionales cortan las venas y ella se desangra. Nunca el pueblo amazónico había estado tan amenazado como ahora.
Ante esta grave situación la Iglesia no puede callar y ha de denunciar proféticamente estas injusticias que afectan a la Amazonía y a todo el planeta. Su silencio sería cómplice de muerte, sería pecado de omisión.
El sínodo exige una conversión ecológica como Francisco ya reclamada en la Laudato sí (LS 216-221).
Sin embargo, el sínodo no es agresivo y debería verse de forma positiva, como un llamado al diálogo y a la conversión ecológica de todas las partes implicadas, como una ayuda a superar dificultades y buscar un nuevo orden mundial, a cuidar el planeta Tierra, a unir a todos cuantos desean preservar nuestra casa común, asumir con esperanza un futuro mejor, una ecología integral.
4. Eclesiología de la Iglesia local: Una Iglesia amazónica.
La Iglesia que nace en Jerusalén es a la vez una iglesia local y universal. Más tarde la Iglesia universal se va configurando como comunión de las Iglesias locales bajo la presidencia en la caridad del obispo de Roma. Las Iglesias locales no son una parte de la Iglesia universal, sino una porción de la Iglesia universal, en las cuales y a base de las cuales se constituye la Iglesia una y única Iglesia católica (LG 23). El Vaticano II reconoce el valor de las Iglesias locales, con su identidad cultural e histórica propia, su diversidad litúrgica y canónica que enriquecen a la Iglesia universal (LG 23, SC 37-40; 65, AG 22). La Iglesia es un Pueblo de Dios con muchos rostros (EG 115,121).
El sínodo ha de escuchar la voz de las comunidades cristianas amazónicas que en la amplia encuesta realizada expresan un doble aspecto. Por una parte, agradecen los 500 años de evangelización de la Iglesia misionera que ha fundado y formado las diversas comunidades cristianas a lo largo de siglos, con gran sacrificio y generosidad de sacerdotes, religiosas y religiosos misioneros. Y pide que ellos les sigan ayudando con centros de formación y defendiendo contras las actuales agresiones de las multinacionales.
Pero al mismo tiempo lamentan que todavía perviva un sentido colonial y vertical de la misión, poco inculturada y dialogal, con una pastoral más de visita que de presencia estable. Se pide que los misioneros conozcan la lengua y cultura de pueblo y que tengan una visión positiva sobre las capacidades de los indígenas para liderar sus comunidades eclesiales en las diversas formas de misión y de ministerios, ya que ellos y ellas son quienes mejor conocen a su gente y saben cómo acompañarlos y dirigirlos. Una Iglesia local madura ha de poseer sus propios ministros autóctonos.
De ahí la necesidad y legitimidad de hablar de una Iglesia con rostro amazónico, una Iglesia que responda a las necesidades e inquietudes de los pueblos amazónicos, buscando la mejor manera de defender su vida y de anunciar el evangelio de salvación de forma inculturada, en diálogo con su cultura, espiritualidad e identidad histórica, una identidad que va más allá de las diferentes fronteras políticas y geográficas de los pueblos. Una Iglesia con rostro amazónico es una Iglesia samaritana, profética, nazarena, misionera, defensora de la vida en todas sus dimensiones, que busca hoy nuevos caminos de evangelización y de inserción pastoral (Instrumentum laboris 107-114). El sínodo tendrá que concretar estos nuevos caminos. Uno de ellos podría ser la constitución la Conferencia Episcopal Amazónica que reagrupe todas las jurisdicciones eclesiásticas con pueblos amazónicos, dando figura canónica jurídica a lo que ya ha iniciado la REPAM de forma pastoral.
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[Debido a su extensión, el artículo se publicará en dos partes].

viernes, 6 de septiembre de 2019

“FELICITO AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y SEPA QUE LA IGLESIA REZA TODOS LOS DOMINGOS POR USTED”, MONS. ROGELIO

“FELICITO AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y SEPA QUE LA IGLESIA REZA TODOS LOS DOMINGOS POR USTED”, MONS. ROGELIO


Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 1 de septiembre 2019. El Arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera López, felicitó al Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, al celebrarse su primer informe de Gobierno.
“Quiero aprovechar este primero de septiembre, para unirme a los festejos del día del informe del Presidente de la República, que sigue gozando con una amplia aprobación de los ciudadanos”.
“Yo considero que esta aprobación de los ciudadanos es una grave responsabilidad para todos. Primero para quien gobierna, para el Presidente, porque tiene que responder y atender a tantos anhelos y esperanzas del pueblo”.
“La gente necesita, necesita bienestar, necesita trabajo, superar la pobreza pero también asumen o asumimos esta tarea los ciudadanos, los que con mucho entusiasmo celebran al Presidente de la República deberían de ser los primeros en respetar el país en colaborar con el bien de todos”.
Mons. Rogelio, invitó a todos los ciudadanos a comprometernos a construir un mejor país.
“Este mes de la patria no debemos de tener excusa para no colaborar, México seguirá adelante con la tarea que debe completar cada uno, el presidente,todos los gobernantes, los grupos policiacos, el ejército, los ciudadanos”.
“México necesita de todos, necesita que no hagamos daño a nadie, necesita que nos portemos bien, que trabajemos intensamente, que estudiemos con entusiasmo y quienes tienen un cargo de responsabilidad que lo hagan siempre respetando las normas éticas que debe tener todo gobernante”.
“Así pues desde Monterrey felicito al Presidente de la República y sepa que la Iglesia Católica todos los domingos reza por él, que a todos nos conviene que México camine bien”.
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lunes, 2 de septiembre de 2019

[vaticannews] Papa: vivir en el medio ambiente escuchando la sabiduría ancestral



Papa: vivir en el medio ambiente escuchando la sabiduría ancestral



Este domingo 1° de septiembre se celebra la V Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, establecida por el Papa Francisco el 10 de agosto de 2015. Jornada que tiene, además, un carácter ecuménico puesto que se celebra junto a la Iglesia Ortodoxa
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
En su Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación 2019 el Santo Padre nos recuerda que “todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar”. Y sin embargo, prosigue, “trágicamente, la respuesta humana a ese regalo ha sido marcada por el pecado, por la barrera en su propia autonomía, por la codicia de poseer y explotar”. Sí porque el Papa pone de manifiesto “los egoísmos e intereses” han hecho de la creación – que debería ser un lugar de encuentro e intercambio – “un teatro de rivalidad y enfrentamientos”. A lo que añade:
“ Así, el mismo ambiente ha sido puesto en peligro, algo bueno a los ojos de Dios se ha convertido en algo explotable en manos humanas ”
Francisco recuerda la importancia de la próxima Cumbre de las Naciones Unidas para la Acción Climática, durante la cual los gobiernos tendrán la tarea de mostrar la voluntad política de acelerar drásticamente las medidas para alcanzar lo antes posible cero emisiones netas de gases de efecto invernadero y contener el aumento medio de la temperatura global en 1,5°C frente a los niveles preindustriales, siguiendo los objetivos del Acuerdo de París. Además destaca que el próximo mes de octubre, la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos estará dedicada a la Amazonia, “cuya integridad está gravemente amenazada”.  De ahí que invite a aprovechar estas oportunidades “¡para responder al grito de los pobres y de la tierra!”.
Al concluir, el Papa escribe que “cada fiel cristiano, cada miembro de la familia humana puede contribuir a tejer, como un hilo sutil, pero único e indispensable, la red de la vida que abraza a todos”. E invita a que nos sintamos “involucrados y responsables” en el cuidado de la creación, haciéndolo “con la oración y el compromiso”. Porque si así lo haremos, Dios, “amigo de la vida”  nos dará la “valentía” necesaria “para trabajar por el bien sin esperar que sean otros los que comiencen, ni que sea demasiado tarde”.

Síntesis del Mensaje

El Papa recuerda que “la degradación ha aumentado en las últimas décadas”, que la contaminación es constante, la explotación agrícola sigue siendo intensiva, y que la práctica de arrasar los bosques continúa elevando las temperaturas globales a niveles alarmantes. Todo esto sumado al “aumento en la intensidad y frecuencia de fenómenos climáticos extremos y la desertificación del suelo están poniendo a dura prueba a los más vulnerables entre nosotros”. 
“ Hemos creado una emergencia climática que amenaza seriamente la naturaleza y la vida, incluida la nuestra ”

Momento de arrepentirse y convertirse

También afirma que prácticamente hemos olvidado que somos criaturas a imagen de Dios, llamadas a vivir como hermanos y hermanas en la misma casa común. 
“ No fuimos creados para ser individuos que mangonean; fuimos pensados y deseados en el centro de una red de vida compuesta por millones de especies unidas amorosamente por nuestro Creador ”
Y tras afirmar que es hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, siendo hermanos entre nosotros y custodios de la creación, Francisco nos dice que “es el momento de arrepentirse y convertirse, de volver a las raíces”, sabiendo que “somos las criaturas predilectas de Dios, quien en su bondad nos llama a amar la vida y vivirla en comunión, conectados con la creación”.

Conectados con la creación como San Francisco de Asís

Por esta razón el Papa  insta a los fieles a que se dediquen en este tiempo a la oración, teniendo en cuenta la iniciativa nacida en el ámbito ecuménico como “Tiempo de la creación”, que él mismo explica como “un período de oración y acción más intensas en beneficio de la casa común” que inicia el 1° de septiembre, fecha de esta Jornada Mundial, y finaliza el 4 de octubre, “en memoria de san Francisco de Asís”. Francisco invita a que nos sintamos también “en profunda armonía con los hombres y mujeres de buena voluntad, llamados juntos a promover, en el contexto de la crisis ecológica que afecta a todos, la protección de la red de la vida de la que formamos parte”.
“ No olvidemos escuchar a los pueblos indígenas, cuya sabiduría ancestral puede enseñarnos a vivir mejor la relación con el medio ambiente ”

Tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida

Asimismo nos dice que este es el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales. Sí, porque “nos estamos apoderando demasiado de la creación”. Por eso sugiere elegir cambiar, “adoptar estilos de vida más sencillos y respetuosos”, sin olvidar “escuchar a los pueblos indígenas, cuya sabiduría ancestral puede enseñarnos a vivir mejor la relación con el medio ambiente”.
“ Digamos no a la avaricia del consumo y a los reclamos de omnipotencia, caminos de muerte ”

Tiempo para emprender acciones proféticas

En este tiempo el Santo Padre también sugiere emprender acciones proféticas, tal como lo hacen muchos jóvenes que elevan su voz en todo el mundo, pidiendo decisiones valientes. Y lo hacen porque “están decepcionados por tantas promesas incumplidas, por compromisos asumidos y descuidados por intereses y conveniencias partidistas”.
“ No cedamos ante la lógica perversa de las ganancias fáciles, ¡pensemos en el futuro de todos! ”

Sensibilizar a los líderes políticos y civiles

Francisco piensa además en los gobiernos que se reunirán en los próximos meses para renovar compromisos decisivos que orienten el planeta a la vida, en lugar de conducirlo a la muerte. “Digamos no a la avaricia del consumo – escribe – y a los reclamos de omnipotencia, caminos de muerte; avancemos por sendas con visión de futuro, hechas de renuncias responsables hoy para garantizar perspectivas de vida mañana. No cedamos ante la lógica perversa de las ganancias fáciles, ¡pensemos en el futuro de todos!”.
“ ¡Aprovechemos estas oportunidades para responder al grito de los pobres y de la tierra! ”

Hacia la Cumbre para la Acción Climática y el Sínodo

En este sentido, el Pontífice destaca que la próxima Cumbre de las Naciones Unidas para la Acción Climática es de particular importancia, durante la cual los gobiernos tendrán la tarea de mostrar la voluntad política de acelerar drásticamente las medidas para alcanzar lo antes posible cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Mientras en cuanto al próximo mes de octubre, la asamblea especial del Sínodo de los Obispos estará dedicada a la Amazonia, cuya integridad está gravemente amenazada. De donde se desprende la inteligencia “¡de aprovechar estas oportunidades para responder al grito de los pobres y de la tierra!”.

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viernes, 30 de agosto de 2019

[ppierre] “CAMBIARON MI CANCIÓN” (28 de ago. de 2019)

“CAMBIARON MI CANCIÓN”
Pedro Pierre

28 de ago. de 2019 
Saludos y Artículo de esta semana


Es el título de una canción que acabo de escuchar: No la conocía ni su cantante… Es una protesta por el maltrato que se está dando a la naturaleza, a los animales, a las personas: un crimen de lesa naturaleza, una inhumanidad en el trato de los bosques, los ríos, el aire…. los pobres. Volvía a protestar porque en las redes sociales habían ‘clonado’ su canción: sobre la música habían puesto otras palabras que poco tenían que ver con el texto original. ¡Cuánta gente mala para ‘cambiarle su canción’!

¿No será también lo que nos pasa a nosotras y nosotros? A veces se nos malinterpreta porque no gusta lo que decimos y nos hacen decir lo que no hemos expresado. Se nos cataloga de equivocados porque no se quiere escuchar temas que hacen pensar, que cuestionan una manera de vivir, que denuncian actitudes injustas… ‘Nos cambian la canción’, para que sea más apetecible y favorable a intereses materiales, políticos y financieros.

Ahora las falsas noticias se han hecho un inmenso negocio. Hay innumerables empresas que se han especializado en ofrecer sus servicios para lanzar mentiras, hechos inexistentes, reflexiones erróneas, informaciones inventadas, meditaciones religiosas de mala fe… Leemos este conjunto de engaños que llegan gratuitamente y muy bien presentados a nuestros celulares; muchas veces los creemos porque saben lo que nos gusta y no nos gusta, porque justifican nuestros vicios y maldades… Nos cambian la verdad haciéndonos creer en la belleza y bondad de la mentira y la maldad. ‘Nos cambiaron la canción’…

Eso pasa a las parejas: se prometen amor eterno haciendo corazones enlazados por flechazos amorosos. Lo certifican tanto ante la autoridad civil como en el altar: “Te amaré por siempre en las buenas y en las malas: hoy más que ayer y menos que mañana”. Pasan los años: los egoísmos, las infidelidades y el machismo relegan estas promesas en un sueño que se vuelve pesadilla. Son las mujeres que se quejan que ‘se les cambió la canción’.

Cada vez más jóvenes están asustados por la destrucción inmisericorde de la naturaleza, los suelos, el agua, las especies vegetales y animales, la Amazonía y la convivencia humana. La propaganda les presenta una vida paradisíaca cuando la realidad muy diferente, en particular por la falta de empleo y la marginación. A ellos también se les ‘cambió la canción’.

Así nos manipulan haciéndonos creer falsedades, haciéndonos caer en actitudes que son dañinas… Los entendidos dicen que de esta manera se eligió a Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil. Estas manipulaciones de masas se dan en les redes sociales gracias a su ampliación por los grandes medios de comunicación escrita y televisiva.

‘Cambiaron mi canción’ se puede decir también del actual gobierno que se eligió para continuar la Revolución Ciudadana corrigiendo sus errores, y nos encontramos gobernados por partidos y gentes de derecha y extrema derecha que habían perdido las elecciones.

¿No estará pasando lo mismo con Jesucristo? Vino para hacer realidad el Reino de Dios, o sea, la fraternidad universal y la justicia en nombre de Dios. Envió a sus seguidores para continuar esta misión. Hoy los ministros de nuestras iglesias, en su inmensa mayoría, se pasan todo el tiempo celebrando misas y sacramentos con gentes que poco o nada tienen que ver con el Reino de Dios. Al papa Francisco que nos ayuda a volver a Jesús y al Reino, lo están calumniando de hereje y anticristo… A Jesucristo también, ‘le cambiaron la canción’…

Y nosotras y nosotros, ¿hemos escuchado nuestra canción interior que en definitivo es nuestro sueño de vida, amor y felicidad? ¿Hemos dejado expresar la fuerza y la grandeza que nos habitan? ¿Nos hemos sentido identificados con compromisos que engrandecen la vida, embellecen el amor, cuidan de nuestra casa común, comulgan con el misterio profundo del universo…? Todo un sistema pernicioso tiene otros intereses: hacer a los ricos más ricos a costa de los pobres más pobres. Nos empobrecen el corazón, nos engañan la mente, y ganan millones de millones en sus robos, saqueos y corrupción. Muy lejos está nuestra canción de los 20 años, nuestros sueños de años juveniles, nuestros ideales jóvenes…

Entonces: A volver a la música primera y a las palabras originales, para que no se nos esfume la vida y pase el tiempo perdiéndolo. Juntemos sueños imposibles, grandes ideales, verdades eternas, para que muchos se puedan hacer realidad, lejos de una existencia tibia y sin sabor. Abriéndonos a todas las espiritualidades, en particular indígenas y negras, y escuchando el grito-canción de la Tierra y de todos los que sufren, construyamos la fraternidad sin frontera.

Fraternalmente.
Pedro Pierre.