Construyendo una red de comunidades
Boletín-2, Abril de 2010
ceb.mty@gmail.com
VER
Nos decía el Plan Diocesano 2006-2010 que la Asamblea Eclesial Diocesana de 2005 “se convirtió en una verdadera fiesta de comunión y participación, en la que todos pudieron expresarse” (N° 15) Pero también nos enunciaba los principales problemas:
En Monterrey los problemas sociales más fuertes son los bajos salarios y el desempleo, poca participación ciudadana, crisis de valores, educación deficiente, influencia negativa de la televisión e internet, la desintegración familiar (Cf. PPO 2010, # 31).
Además nos damos cuenta que mientras que continuamos con una democracia muy débil y una fuerte separación entre fe y realidad, crece la desarticulación social y la violencia e inseguridad.
Los principales problemas eclesiales en Monterrey son la poca “comunión y participación” (NPP3), poco compromiso con los problemas sociales de nuestra comunidad (NPP1), escasa proyección pastoral hacia los alejados y marginados (NPP10), falta un mayor reconocimiento a los laicos (NPP14).
Por otra parte, las CEBs en Monterrey tiene el común denominador de su desconocimiento. Por tanto, poco se vive la fe desde las pequeñas comunidades eclesiales en la mayoría de las parroquias, y poco se da la reflexión bíblica y teológica que tiene que ver con la realidad que vivimos actualmente.
Sin embargo, impulsados por la Misión Continental (AP 362), en algunas parroquias se han empezado procesos de misión permanente en donde el modelo eclesial de Pequeñas Comunidades o CEBs son tomados en cuenta.
JUZGAR
Creemos en una Iglesia que, como su Señor (Lc 4, 18-21), es abogada de la justicia, defensora y casa de los pobres (AP 395, 524; Lc 10, 25-37; Mt 25, 31-46); una Iglesia en donde todos los discípulos misioneros participan del discernimiento, planificación y ejecución de la pastoral (AP 371) y asumen un estilo de vida sobrio para ir al encuentro de los hermanos que viven en la indigencia (AP 540).
Creemos que la Parroquia debe ir más allá del templo y debiera ser una red articulada de pequeñas comunidades, en donde se llega a todas las familias, para vivir la formación, la caridad, la fraternidad y salir del anonimato (Jn, 17, 21; AP 172, 204, 265, 304, 504, 548).
ACTUAR
El equipo diocesano animador de las CEBs nos hemos propuesto el siguiente objetivo pastoral (2008-2010):
Sensibilizar a la comunidad diocesana sobre las CEBs como una alternativa de las misiones parroquiales para establecer comunidades eclesiales de base en donde se reflexione la realidad a la luz de la Palabra de Dios;
y desde los alejados y marginados, como sujetos y protagonistas, contribuir en la construcción de una Iglesia sencilla, semilla del Reino, y de una sociedad justa y solidaria de acuerdo a los valores del Reino.
PROGRAMAS
1. Informar y sensibilizar a la comunidad diocesana sobre las CEB
2. Análisis Permanente de la Realidad
3. Fortalecer la Formación
4. Fortalecer y articular el Equipo Diocesano de CEB
5. Promover las CEB como fruto de las Misiones Parroquiales
6. Difundir los proyectos diocesanos de DDHH, P. Laboral, Participación Ciudadana, Economía Solidaria.
7. Promover el acercamiento con Mujeres, Indígenas, Jóvenes, Desempleados y Migrantes.
8. Promover la Salud Popular y el Medio Ambiente
9. Promover la Justicia y la Paz
10. Generar ingresos para llevar a cabo el Plan Diocesano de CEB.
AVISO:
• Dentro del programa 5, se proponen talleres a parroquias, en Mayo y Septiembre, sobre sensibilización, iniciación o fortalecimiento de CEBs.
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1 comentario:
Unidos, desde nuestra fe construyamos la paz
Como cada año, hoy 18 de Enero, inicia el Octavario por la unidad de los cristianos. El Padre Watson, un protestante convertido al catolicismo, fundó el "Octavario por la Unión de los Cristianos".
Consiste en dedicar cada año ocho días de oraciones y estudio a favor de la unión de los cristianos, del 18 al 25 de enero. Es una actividad de carácter ecuménico.
Por ecumenismo se entiende un esfuerzo para restablecer la unidad de todos los cristianos. Participan en él los que invocan al Dios Uno y Trino y confiesan que Jesús es el Señor y Salvador.
Este movimiento comenzó oficialmente con el Congreso Misionero de Edimburgo (Escocia) en 1910. Surgió en un ambiente protestante y en un contexto misionero.
Por su parte la Iglesia católica ha impulsado un esfuerzo en la misma dirección: el Papa Juan XXIII, fundó el "Secretariado para la Unión de los Cristianos".
En momentos de violencia e inseguridad pública se hace necesario un trabajo en orden a la reconciliación y a la paz. No es posible que los que nos reconocemos como hijos del Padre vivamos enfrentados a causa de nuestra fe.
Desde la fe que profesamos se requiere practicar e impulsar actitudes y acciones basadas en el valor y la dignidad de la persona, en el respeto a las diferentes maneras de pensar, de sentir y de creer y de favorecer el diálogo y la colaboración
¿Qué pasos tendríamos que dar para que unidos desde la fé, seamos instrumento de reconciliación y de paz?
¿En qué forma podríamos organizarnos?
Pbro. Cosme Carlos Ríos
wreatic
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