Una Iglesia que se construye "de abajo para arriba"
El padre José Marins, referente de la Iglesia Latinoamericana, estuvo en nuestra ciudad para participar en el encuentro diocesano de Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). El sacerdote es coordinador de un equipo puesto al servicio de las CEBs de todo el mundo y participó como asesor de Brasil en el Concilio Vaticano II, realizado entre los años 1963 y 1965. Marins indicó que el Concilio Vaticano II "falta ser inaugurado en muchas partes", "lo leyeron, aplaudieron y no lo tomaron en cuenta". Explicó, además, que "el grupo conservador se quedó encargado de propagarlo" y que entonces, obviamente, no funcionó.
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El Vaticano II "proclamó un cambio, resumió los 20 concilios anteriores y fue una especie de división de aguas, se retomó la Iglesia de los primeros seguidores de Jesús, la de los Hechos de los Apóstoles y las Cartas". Se escribieron documentos sobre la Liturgia, la Palabra, la Iglesia y la presencia en el mundo, y luego se elaboraron 9 decretos y 3 declaraciones para los problemas de urgente aclaración.
Uno de los puntos del Concilio destacado por Marins es que los ministros ordenados "están al servicio del pueblo de Dios y no al revés. Esto no aconteció, el derecho canónico no lo toma en cuenta. Por ejemplo, si cincuenta mil personas dicen que sí y el párroco dice que no, es no".
Además, "el seminarista no aprende a ser servidor del pueblo, tiene la comida servida en la mesa, no aprende a trabajar en equipo", sobre todo en el caso de los diocesanos, ya que esto suele mitigarse en los religiosos. "No saben trabajar con mujeres porque todo el seminario están con seminaristas", aseveró.
Francisco
En este sentido, el papa Francisco "es una gran bendición para la Iglesia". "Es muy experto, sabe exactamente dónde quiere llegar y está dando pasos. Tiene mucha capacidad de hacer cambios nuevos sin herir a nadie" y "prepara las cosas lentamente y cuando hace no toma de sorpresa"
Por otra parte, "está creando una imagen de la Iglesia de misericordia, cercana a la gente, sencilla". Para Marins, "es extraordinario por ser ordinario, por ser normal. Nunca menciona sus títulos y actúa como todos".
"La Iglesia no puede cambiar cosas profundas en poco tiempo", afirmó el sacerdote. "¿Se llegará a ordenar mujeres? Posiblemente no. El quiere que se facilite la cuestión del matrimonio y los vueltos a casar, pero los cardenales no están preparados. Tal vez, prepara el camino para otro papa".
Aportes latinoamericanos a la Iglesia
Para el padre Marins, en América Latina destaca la humanización, el pensar "la estructura en función de las personas", acercarse a estas como tales.
Otro aporte es que "no parte de arriba para abajo sino de abajo para arriba". Esto es lo que hacen las Comunidades Eclesiales de Base. "Desde allí, descubren lo que quiere Dios, van desde la humanidad de Jesús a la divinidad". "Jesús pasó dolor, tuvo amigas, tenía compañeros de diversas edades, partió de la gente que se encontró en el camino, no fue a buscarlos al templo. Pecadores, recaudadores de impuestos, nadie los conocía antes". En cambio, "la Iglesia europea partió de la doctrina para llegar a las personas".
Por otra parte, la Iglesia Latinoamericana aplica el "ver, pensar, actuar, evaluar y celebrar", que le permite estar muy cerca de lo que acontece. Para ella, "el mundo no es una amenaza, sino una gracia".
Además, hay un fuerte sentido de comunidad, no es individualista. En cambio, las iglesias de Europa y de Estados Unidos pasaron por la tentación del individualismo.
También se destaca el sentido de fiesta, ya que en América Latina se valora la alegría, no el miedo.
Por último, Marín señaló el ecumenismo como una contribución fundamental. Se trata de "la obligación de acercarse a los otros cristianos, no para convertirlos sino para respetarlos, para ver lo bueno que tienen y no lo malo". "Hay evangélicos a los que nos podemos acercar en función de los más necesitados, para defender la dignidad de las personas", aseveró. Ecumenismo "no es discutir religión, sino acoger lo bueno", podemos "reunirnos en torno al que sufre, rezar juntos, leer la Palabra de Dios juntos, ser amigos y descubrir lo bueno de cada uno".
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