Vigil – María de Nazaret. Materiales pastorales para la comunidad cristiana.
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El Papa: Dar más espacio a los laicos en la Iglesia
En el prefacio del libro "Sinfonía de los Ministerios" de Monseñor Fabio Fabene, Francisco pide que se reanude el camino para reconocer la vocación específica de los laicos. En el volumen, el autor, que es Subsecretario del Sínodo de los Obispos, resume el camino sinodal que ha reavivado el liderazgo laico en las últimas décadas
Fabio Colagrande – Città del Vaticano
11dic. 2020
A través del camino sinodal la Iglesia, en las últimas décadas, ha llegado a identificar nuevos ministerios que concretan el protagonismo de los laicos en la vida eclesial. Los recientes Sínodos dedicados a la familia, a la juventud y a la Amazonía han sugerido nuevos ministerios laicales como el de la caridad, el de la protección de la creación, el del acompañamiento de la familia o de la juventud o el de la orientación pastoral de la comunidad. Pero, como escribe el Papa Francisco en el prefacio del libro "Sinfonía de los Ministerios", de Monseñor Fabio Fabene:
"Debemos verificar si somos fieles a esta identidad laica, reiniciando el reloj que parece haberse detenido. El tiempo es ahora"
Monseñor Fabene, quien desde el año 2014 es Subsecretario del Sínodo de los Obispos, retrata en el libro, publicado por la Librería Editora Vaticana y San Pablo, el camino eclesial que ha llevado a la expansión de los ministerios laicales y a una nueva conciencia de su centralidad en una Iglesia misionera y en salida. Así es como el autor presentó el libro ante los micrófonos de Radio Vaticano Italia.
Una Iglesia sinodal y misionera
En la entrevista, el Obispo Fabio Fabene afirma que el Santo Padre, desde el comienzo de su ministerio, en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, habla precisamente del protagonismo que los laicos deben tener en una Iglesia sinodal y misionera. Francisco escribe que los laicos representan la abrumadora mayoría del pueblo de Dios y son una mayoría que no debe callar, sino ser protagonista. Porque el Espíritu Santo da a todos los bautizados carismas y ministerios para la construcción de la Iglesia y para la evangelización del mundo.
Ministerios instituidos
En cuanto al tema de los ministerios laicales – llamados también "ministerios instituidos" como decía Pablo VI para distinguirlos de los "ordenados" – que se recordó en diversas oportunidades en las recientes asambleas sinodales de 2018 y 2019, cabe destacar que este libro surge, precisamente, de la experiencia directa que tuvo en su calidad de Subsecretario del Sínodo de los Obispos.
"Ya antes, en el Sínodo dedicado precisamente a los laicos y en la Exhortación Apostólica Christifideles Laici de San Juan Pablo II, en 1988, se habló de la vocación y misión de los laicos y de sus ministerios. Fue una ocasión muy fructífera para que toda la Iglesia reflexionara sobre la vocación, sobre la misión de los laicos, pero también sobre el ministerio laical que San Pablo VI había reformado abriendo el camino ministerial, no sólo para los que iban camino al sacerdocio, sino también para los laicos, permitiéndoles el acceso a ser lector y acólito. Además, en el reciente Sínodo amazónico, se habló mucho del tema del ministerio y, en particular, de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Ministeria quaedam, el documento con el que el Papa Montini, en 1972, reformó los ministerios".
Una nueva estación ministerial
Y afirmó que en su opinión habría que empezar desde ahí para una nueva estación "ministerial", para una nueva creatividad en este sector.
"El Sínodo Panamazónico me estimuló ciertamente en este sentido, porque – como escribo en el libro – en el aula sinodal, así como en los grupos de estudio de los círculos menores, las palabras `ministerialidad' y ministerio resonaban, casi como un estribillo, de un punto a otro del aula y esto me impulsó a profundizar un aspecto que concierne no sólo a la región amazónica sino a toda la Iglesia. Los laicos, de hecho, no están llamados a realizar un trabajo de sustitución porque, como sucede en ese territorio, hay falta de vocaciones al sacerdocio y de sacerdotes"
Y añadió que la obra de los laicos no es de sustitución, sino que su acción y su presencia, es verdaderamente necesaria para la construcción de la "Iglesia comunión" y para su misma naturaleza misionera.
Al considerar que en la Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonia de este año, tal como Monseñor Fabio Fabene lo recuerda en su libro, el Papa Francisco incluso habla de "inculturación de la `ministerialidad'", le hemos preguntado qué significa esto y si es un paso decisivo, a lo que respondió:
Un paso adelante
"Este es un paso muy importante. Creo que es un paso adelante que el Papa está dando en esta área al instar a las diferentes partes del mundo, a las diferentes culturas a arraigar la `ministerialidad' en sus propios contextos sociales, culturales y eclesiales. Esto significa que, según las necesidades de la Iglesia en los diferentes territorios y culturas, hay que saber escrutar el tiempo y las necesidades de esas Iglesias y suscitar nuevos ministerios precisamente al servicio de la diversidad".
"Recordemos siempre que los dos principios fundamentales de la Iglesia son la unidad y la diversidad. Y es precisamente en la diversidad donde encontramos el poder y la creatividad del Espíritu Santo. Si todos somos iguales en virtud del Bautismo, es el mismo Espíritu el que da lugar a la diversidad, incluso la diversidad ministerial, para el servicio de la Iglesia encarnada en cada continente, en cada lugar y en cada cultura, según las necesidades de esas comunidades eclesiales"
A la pregunta de qué tienen que ver con este tema la presencia y la acción del Espíritu Santo en la Iglesia, Monseñor Fabene afirmó que "son fundamentales, porque la 'ministerialidad' no es un hecho sociológico o empírico, sino que proviene de los carismas que el Espíritu da a cada bautizado en la comunidad eclesial. El Concilio Vaticano II habla claramente de esta riqueza carismática y ministerial. Podríamos decir que el ministerio es el carisma puesto en acción. Por eso es necesario el discernimiento de los pastores que deben saber escrutar y captar el carisma de los laicos para luego instituirlo en un ministerio de servicio a sus comunidades".
Un pueblo rico en esa diversidad que es el don del Espíritu
"Es el Espíritu quien da abundantemente a la Iglesia carismas, ministerios y servicios precisamente para construir el Cuerpo de Cristo. Este último no es una masa uniforme sino un pueblo rico, evidentemente, en esa diversidad que es el don del Espíritu"
Todos nosotros somos partícipes del sacerdocio de Cristo
Por otra parte, Monseñor Fabene explicó que "todos los bautizados participamos del sacerdocio de Cristo: el llamado 'sacerdocio común'. Luego está el sacerdocio ministerial que reciben los que son llamados en la Iglesia a este ministerio específico y que participan, precisamente, en el ministerio de 'Cristo sacerdote cabeza' y actúan en la persona misma del Señor. Pero todos nosotros somos partícipes del sacerdocio de Cristo, y los laicos actúan en la Iglesia justamente porque están injertados en el sacerdocio de Cristo, que es el sacerdocio bautismal".
En toda comunidad hay una riqueza carismática
Por último le hemos preguntado al Subsecretario del Sínodo de los Obispos qué quiere decir la expresión "Sinfonía de Ministerios" que da título a su libro. A lo que respondió: "Quería referirme a la 'pluriformidad' que existe en la Iglesia por obra del Espíritu Santo y al mismo tiempo a su unidad. Como dije antes, los pilares fundamentales de la Iglesia son la unidad, la comunión y la diversidad ministerial, que no es uniformidad, sino una 'Iglesia pluriforme' que manifiesta la riqueza que el Espíritu Santo da a todo el pueblo de Dios".
"En este sentido espero que este libro sea una propuesta, una ayuda, precisamente para que los pastores puedan sacar a relucir esta riqueza carismática que hay en cada comunidad"
La filosofía debería ser la columna vertebral de todo proyecto educativo
La filosofía y las artes tienen la facultad de mejorar la calidad de vida de las personas y sociedades. Durante años, han sido consideradas como herramientas fundamentales para impulsar el desarrollo emocional e intelectual de quienes encuentran en la expresión artística, una ventana desde la cual comprender el mundo y conectarse con los otros.
Sin embargo, las múltiples expresiones de la cultura todavía no logran escapar de los efectos de la desigualdad. La actividad destinada al pensamiento parece ser un beneficio de las clases altas y adineradas, mientras que los excluidos se encuentran lamentablemente marginados de participar en la construcción simbólica.
Las barreras de acceso a la cultura son múltiples, y en el ámbito educativo se ven dramáticamente reflejadas. El sistema educativo tradicional privilegia las -mal- llamadas “artes duras”, ocasionando que los niños carezcan de formación artística y no puedan acceder al goce estético y la expresión artística.
La filósofa Ana María Vicuña, conocida por ser una de las precursoras en Chile del ‘Programa de Filosofía para Niños’ instaurado por Lipman desde 1969, plantea que: “la educación muchas veces hace que los niños pierdan interés porque está pensada desde la estructura adulta y no debería ser así porque los niños están dotados de una extraordinaria curiosidad. Muchas veces les matamos esa curiosidad con una educación tan esquemática”.
El Programa de Filosofía, busca responder al desafío de escuchar a niños y niñas para que estos se conecten con sus intereses e inquietudes a través del aprendizaje. Para eso, debe darse lugar a tiempos destinados a la reflexión, desarrolladas por Lipman a través de novelas con contexto narrativo y personajes que son niños de su misma edad.
Para la profesora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la estructura ideal para seguir la propuesta de Lipman es que la base del aprendizaje esté puesta en el debate y que la filosofía, sea la columna vertebral de todo programa educativo.
La filósofa explica los múltiples beneficios de incorporar las expresiones de la cultura dentro del campo educacional. (La filosofía) “brinda apertura y tolerancia, desde estos espacios se puede trabajar, por ejemplo, el bullying, porque se abre un espacio para mostrar la opiniones diferentes y un respeto básico por las normas y acuerdos, un sentido de comunidad”.
Además, hace referencia a los beneficios a largo plazo para nuestra sociedad y nuestras instituciones democráticas, “para sustentar la democracia y hacerla progresar, se requiere un sentido de participación y de responsabilidad, eso es lo que brindan estos debates, estos espacios, la filosofía”.
“Es maravilloso todo lo que se puede lograr con la filosofía y todo lo que podríamos lograr llevándola más allá”
https://youtu.be/QIWn3RJydPo
Jordi Nomen, Licenciado en Historia Contemporánea y Profesor de Filosofía en la Escuela Sadako de Barcelona. Señala en su libro ‘El niño filósofo’ la importancia de las Humanidades en la educación de los niños.
Nomen hace referencia a la Filosofía como un elemento básico de la ciudadanía que debería estar presente en todas las escuelas para potenciar el pensamiento “crítico, creativo y cuidadoso”. Para Nomen, este último tipo de pensamiento es de especial importancia para tener en cuenta el impacto que nuestras acciones tienen sobre otros.
“Debemos pasar del ‘yo’ al ‘nosotros’ para buscar el bien común y crear algo juntos. Ese es el sentido de la educación”, afirma el filósofo.