Aparecida ha sido en la historia de la Iglesia contemporánea “una novedad que llega desde las periferias”, en palabras de Emilce Cuda, una de las ponentes en el Congreso Internacional virtual “Aparecida, 15 años después, a la luz del Magisterio del Papa Francisco”, que se celebra de 12 a 14 de septiembre. Algo que se ha consolidado con la llegada a la Sede Pontificia de un Papa que “es la expresión de todo un continente”.
“Cultura de la vida, cultura de la muerte, cultura del encuentro”
La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina ha querido aportar en su intervención “una mirada hacia adelante”, mostrando la importancia de concretar todavía hoy lo recogido en el Documento de Aparecida. Su ponencia, que ha titulado “Cultura de la vida, cultura de la muerte, cultura del encuentro”, se ha centrado en los movimientos populares desde Aparecida, queriendo mostrar “todos los desafíos que nos presenta Aparecida, cómo esos movimientos populares se originan, y cómo atendiendo esos desafíos podemos contribuir a hacernos cargo de esos clamores de los cuales los movimientos populares son sujetos activos”.
En Aparecida, algo que asume el Papa Francisco, se presenta una contradicción entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte, y lo asume a través de la cultura del encuentro. Un Documento que gira en torno de la palabra vida, según la teóloga argentina, que los pueblos, un sujeto colectivo, tengan vida, y que esa vida la tengan en abundancia. Es más que supervivencia, que engloba “las necesidades naturales y culturales de nuestros pueblos”, insiste Cuda.
Muchos latinoamericanos y caribeños hoy no tienen vida
Una realidad que 15 años después continúa presente, pues muchos latinoamericanos y caribeños gritan hoy que no tienen vida, ha insistido la teóloga. Algo que es mucho más básico que cualquier “crítica iluminada al sistema”, que lleva a hablar de corrupción, de deuda externa, de medios hegemónicos, “palabras que nosotros los doctos utilizamos como si con eso pudiésemos dar la vida”, resaltó.
A partir de lo recogido en el Documento de Aparecida sobre los movimientos sociales, Emilce ha querido reflexionar en torno a cómo se organizan hoy estos movimientos, citando la lucha por identidades, preguntándose si ella busca la unidad o es manipulada para fomentar la división en busca del protagonismo de algún sector. También ha abordado la cuestión de los derechos ciudadanos, algo que se cuestiona ante las grandes mareas migratorias, en las que los migrantes son forzados a ello ante la falta de trabajo, y que en el futuro pueden ser consecuencia de factores climáticos y afectar no solo a los pobres, también a la clase media y a los ricos.
Movimientos populares y movimientos sociales
Un fenómeno, el de la migración, presente en la vida pastoral de la Iglesia, en las propias parroquias, en la misión, que hoy puede ser en el espacio virtual, que ya no es solo en las periferias, también en el centro. Algo que tiene que ver con el racismo; con la ideología, un concepto que ha cambiado con el paso de los años; con las economías solidarias. La teóloga reflexionaba sobre las diferencias entre movimientos populares y movimientos sociales, preguntándose si esos movimientos populares pueden dar el paso y ser movimientos políticos que reclaman por derechos, siendo “sujetos constructores de la historia nueva de la que habla Aparecida”.
Una pregunta que se hacía la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina es si fuera de las reuniones académicas, los católicos reconocen a los pueblos como sujeto. Desde el concepto de diversidad y diferencia, Cuda reflexionaba si esas diferencias son creadas para después explotar, segregar y excluir. También ha abordado la cuestión de la escucha, un concepto presente en el proceso sinodal, sobre las actitudes con que se escucha, sobre si esa escucha nos lleva a reconocer al otro como un interlocutor válido, condición para que el diálogo que propone Aparecida se torne una realidad.
Papel de los movimientos populares en las comunidades eclesiales
En relación con las comunidades eclesiales, Emilce Cuda se ha preguntado por el papel que en ellas desarrollan los movimientos populares, que no necesariamente son católicos, aunque en su práctica totalidad trabajan ecuménicamente. Citando al Papa Francisco, cuestionaba si estos movimientos populares “son experiencias de salvación comunitaria”, y si son vistos desde la mística y no solo desde la economía, si en ellos descubrimos la presencia de discípulos misioneros. Algo que tiene que ver con el concepto de evangelizar al pobre, y que tiene que llevar a descubrir que la periferia tiene que evangelizar al centro, un centro que está poniendo a la humanidad en riesgo de muerte.
Refiriéndose a Praedicate Evangelium, donde dice que “predicar el Evangelio es la tarea que el Señor Jesús encomendó a sus discípulos”, llamó a cuestionarse sobre lo que entendemos por predicar el Evangelio. Algo que tiene que ver con los gestos y obras en la vida cotidiana, tocar la carne sufriente, lo que reconoce presente en los católicos que participan de los movimientos populares, aunque haya quienes ven su labor como política.
Transformar la pasión en acción comunitaria
A la luz del Documento ha reflexionado sobre los conceptos de política partidaria, de familia y cómo se conforma en los espacios periféricos en relación con la sexualidad, la educación, las relaciones familiares, las familias poderosas, mafiosas, narcos, que pueden estar desplazando el rol del Estado vacío. También ha abordado la cuestión de los jóvenes discípulos misioneros, preguntándose si son solo aquellos que están en las comunidades eclesiales, o también los jóvenes universitarios, sindicalistas, militantes de partidos políticos.
Un Documento que también lleva a reflexionar sobre nuestro Credo, lo que la llevado a cuestionar si no estamos siendo engañados por los medios de comunicación masiva a la hora de profesar un credo. Por ello, recordando las palabras del Papa Francisco, mirando hacia el futuro y pensando en esta nueva organización política y católica que son los movimientos populares, la teóloga argentina ha recordado la necesidad de “transformar la pasión en acción comunitaria”, algo que a veces es amor, pero también bronca, que tiene que “convertirse en unión para buscar derechos para las personas en el Planeta”, lo que ve como sana política, como la mejor política.
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Unos movimientos populares que se harán presentes en Asís en el Encuentro sobre la Economía de Francisco, y lo harán de forma colectiva, mostrando que el concepto de pueblo y de sujeto colectivo está presente en los jóvenes de América Latina y el Caribe. Unos movimientos que también reflexionan sobre la crisis socioambiental, provocada por un sistema económico consumidor de las riquezas naturales y de personas, víctimas de la adicción al consumo. Son crisis que demandan soluciones colectivas, a nivel global, internacional, mecanismos políticos. En eso están los movimientos populares.
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