lunes, 24 de noviembre de 2025

Voces que resisten, manos que se encuentran: Tejiendo respuestas en tiempos de crisis global - ssm

 

Voces que resisten, manos que se encuentran:

Tejiendo respuestas en tiempos de crisis global


Síntesis del 1er. Círculo de Diálogo y Acción Compartida

20 de octubre de 2025

 

Reunidos recientemente en el primero de nuestros círculos de diálogo y acción, para abrir un espacio de escucha, reflexión y discernimiento colectivo, sostuvimos no un evento académico, sino un encuentro vivo, urgente y necesario entre luchas que laten desde los territorios, desde el dolor, desde la esperanza y desde la dignidad.

Llegamos con una pregunta abierta —una que atraviesa a los movimientos sociales, a las organizaciones, a quienes defendemos derechos, territorio, memoria y vida—:

¿Cómo construir estrategias comunes en un tiempo donde el neoliberalismo muta y los autoritarismos resurgen con nuevos rostros y nuevas violencias?

La discusión partió de una constatación dolorosa pero lúcida: vivimos una coyuntura donde los proyectos progresistas —incluyendo los de nuestra región— enfrentan límites estructurales, presiones geopolíticas y contradicciones internas; mientras el modelo neoliberal sigue vivo en instituciones, leyes, corporaciones y mentalidades. La disputa por el sentido del futuro está lejos de haberse resuelto.


Escuchar las luchas concretas

Las palabras más fuertes del taller no vinieron de análisis abstractos, sino de los testimonios:

La defensa del bosque y del territorio en la Malintzi, Tlaxcala —con arrestos injustos, criminalización, miedo impuesto por el poder, pero también con organización comunitaria, amor a la tierra y victoria colectiva en la liberación de compañeros injustamente detenidos.

La voz de familiares de personas desaparecidas en Guerrero, que cargan once años de lucha por verdad y justicia en el caso Ayotzinapa, enfrentándose a la indiferencia, al ocultamiento y a estructuras criminales enquistadas en las instituciones del Estado.

La palabra espiritual que recordó que el territorio no solo se habita: se cuida, se honra, se escucha. Que la lucha no es solo política: es ética, afectiva, ancestral.

Cada testimonio habló desde un dolor particular, pero también desde una fuerza que nace cuando el miedo pierde dominio y la palabra se hace camino.


Aprendizajes compartidos

Del encuentro surgieron resonancias profundas:

La violencia no solo mata cuerpos: busca quebrar organización, memoria, confianza y comunidad.

Las resistencias no se construyen solo con consignas: nacen de vínculos, de tejido humano persistente, de la convicción de que no podemos normalizar el horror ni renunciar al sueño de justicia.

No basta acumular luchas: es urgente articularlas.

Una frase quedó flotando en el aire, como síntesis y advertencia:

La fragmentación es una herramienta del poder; la organización, una herramienta del pueblo.

Ante ello reconocimos con honestidad: estamos dispersas, dispersos; cada quien defendiendo su trinchera. Pero algo cambió en este encuentro: dejamos de ver nuestras luchas como islas. Descubrimos la posibilidad —y la necesidad— de caminar juntas y juntos.


Hacia un horizonte común

Las acciones inmediatas acordadas —movilizar, acompañar, encontrarnos de nuevo, amplificar voces— no son solo tareas logísticas: son pasos para tejer un proceso mayor.

Estamos convocadas y convocados a construir: 

  • un espacio estable de formación política colectiva,
  • una articulación de luchas territoriales,
  • una red de acompañamiento mutuo frente a la criminalización y el aislamiento,
  • y una visión de país donde la defensa de la vida sea el núcleo ético y político.

 

Este círculo-taller no fue una meta: fue un punto de partida.

Palabras finales desde la memoria y la rebeldía

Terminamos con silencios, abrazos y preguntas abiertas. Pero también con certeza:

No estamos solas. No estamos solos.

 

Y desde esa convicción levantamos nuestra voz, no como consigna sino como compromiso:

  1. Con Palestina, porque ningún pueblo debe ser masacrado ni expulsado de su tierra. Denunciamos el genocidio sostenido por los poderes imperiales, y abrazamos la resistencia que guarda dignidad incluso bajo escombros y ceniza.
  2. Con nuestras hermanas y hermanos migrantes, porque ningún ser humano es ilegal. Frente a la maquinaria xenófoba y las políticas fascistas que pretenden convertir el miedo en frontera, afirmamos: la tierra es de todas y todos, y la hospitalidad es un derecho humano y espiritual.
  3. Con los pueblos de América Latina, hoy amenazados por autoritarismos de derecha y fundamentalismos políticos que buscan desmovilizar, dividir y silenciar. Acompañamos sus caminos con la certeza de que la memoria rebelde de nuestros pueblos es más antigua que cualquier régimen y más fuerte que cualquier tiranía.


Hoy reafirmamos lo que la historia nos ha enseñado una y otra vez:

  • Cuando el poder destruye, los pueblos resisten.
  • Cuando intentan silenciarnos, tejemos palabra.
  • Cuando intentan dividirnos, tejemos comunidad.
  • Cuando quieren miedo, elegimos esperanza organizada.

 

Seguimos. Porque lo que defendemos —la vida, la dignidad, la justicia— está en grave riesgo.


© Secretariado Social Mexicano.

Fondo Memorial Menllacar.

Fundación Don Sergio Méndez Arceo.

Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad 

con América Latina “Oscar Arnulfo Romero” – Sicsal México.

Casanicolás. Casa del Migrante.

Mujeres para el Diálogo.

Red de Solidaridad Sacerdotal.

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