domingo, 4 de diciembre de 2016

El rescate de lo femenino | Leonardo Boff

EL RESCATE DE LO FEMENINO DE LEONARDO BOFF

El rescate del principio femenino
Por Leonardo Boff

El poder es una de las características fundamentales de lo masculino en el hombre como en la mujer. El poder como dominación es una patología. Por esto, nuestra civilización, estigmatizada por la dominación en casi todas las áreas, produce una aumento de lo masculino, del patriarcado y del machismo. Son productos de éste: el tipo de ciencia que hacemos y el tipo de desarrollo que sustentamos. Ambos son reduccionistas, fragmentarios y excluyentes de la naturaleza y de la mujer. De esta forma, el “poder-dominación” no solo deshumanizó a los hombres, sino también a las mujeres. Los hombres acentuarton su dimensión de “ánima” y no permitieron que las mujeres realizaran su dimension de “animus”.

En razón de este equívoco, queda claro que la cuestión de lo masculino, en nuestros días, reside en lo femenino negado, reprimido o no integrado. Para ser plenamente humano, el hombre precisa reanimar en él su lado femenino y reeducar su lado masculino. Solo entonces podran ambos, hombres y mujeres, mantener relaciones civilizatorias, humanitárias y realizadoras del misterio humano femenino-masculino.

La gran tarea civilizatoria, tal vez sea la mas urgente en los dias que corren, consiste en el rescate del principio femenino. Llamo la atención con el hecho de que no hablo de una categoría femenino/masculino, sino del principio femenino/masculino. Me aparto decididamente de la ideología de género, sexísta, basada en el sexo biológico, que construye social y culturalmente las categorías de lo masculino y de lo femenino de forma dual (opuesta) y excluyente. Esta ideología atribuye los roles, los valores y antivalores: la creatividad, la actividad y la violencia como masculinos; y la pasividad, la receptividad y la no-violencia a lo femenino.

Debemos superar esta visión excluyente y entender la sexualidad en un nivel ontológico, no como algo que el ser humano posee, sino como algo que él es. Lo masculino, no solo se refiere al hombre, sino también a la mujer. Lo femenino no se concreta solo en la mujer, sino también en el hombre. Este femenino representa el principio de la vida, de la cretividad, de la receptividad, de la ternura, de la interioridad y de la espiritualidad EN el hombre y EN la mujer. Por lo tanto, se trata de un principio inclusivo y escencial que entra dentro de la constitución de la realidad humana.

La recuperación del principio femenino permite, genera, un proceso de liberación mas integral y verdaderamente inclusivo, pues parte de lo femenio oprimido. El oprimido tiene un privilégio histórico y epistemiológico por el hecho de poseer una percepción mayor que incluye al opresor en tanto que humano. El opresor, excluye al oprimido, pues lo considera una cosa o un ser humano menor, subordinado y dependiente. La liberación debe comenzar por el oprimido para terminar con el opresor. Solo entonces ambos se encontraran en el mismo plano, como humanos, construyendo juntos, en la igualdad y en la diferencia, la sociedad y la historia.

El rescate del principio femenino junto al del masculino propicia una nueva integridad a la humanidad, al trascender las distorciones en la relación hombre-mujer y al superar al sexo biológico de pertenencia. Significa no solamente la liberación de los humanos, especialemente de la mujer, sino también de la naturaleza y de las culturas no estructuradas sobre el eje de poder-dominación, equparadas a lo débil-frágil y por lo tanto a lo femenino cultural.

La inclusión del pricipio femenino obligará a toda la cultura masculinizante a cuestionar su paradigma fundacional, que radica en su poder de dominación, hoy vastamente en crisis. El pensamiento de la crisis, en el interior del mismo paradígma no puede aportar soluciones. El veneno que mata no puede ser el remédio que cura. Los únicos que pueden ofrecer algo alternativo y terapéutico son aquellos que eran vistos como incapaces de pensar, por no ser suficientemente racionales y productivos. Los que pretendían traer la luz (los iluministas) nos condujeron a las “oscuridades” actuales. Los que se proponían difundir la razón, la ciencia y la técnica por todas partes nos están conduciendo a lo peor, la destrucción y la desaparición.

El pricipio femenino es sanador y liberador, pues se mueve en otro paradigma y opera con otra lógica. Su paradigma básico es la vida y no el poder; el respeto y la veneración por la vida y no la agresión y la dominación. La lógica de la vida no es la reducción y el aislamiento, arrancando a los seres de su medio real y analizándolos en y por si mismos o manipulando células, genes y microorganísmos fuera de su ecosistema. La lógica de la vida es la complejidad, es la red de interacciones en todas las direcciones y en todos los lados, es la sinérgia y la “pan-relacionalidad”.

Lo femenino consiste en la capacidad de vivir lo complejo, de elaborar síntesis, de cultivar el estancamiento del universo, de cuidar de la vida, de venerar el mistério del mundo, de elaborar un desarrollo con la naturaleza y no contra ella, de alimentar el “esprit de la finesse” (la sofisticación) para balancear el “esprit de geométrie” (el de la geometría/racionalidad)

Lo femenino –porque obedece a la lógica de lo complejo y porque es, naturalmente, inclusivo- representa el único camino para la humanidad, para un planeta sustentable y para la convivencia pacífica y solidaria entre el Norte y el Sur.

La introducción del principio femenino representa un desafío al paradigma machista, cuyo desarrollo y prácticas técnico-científicas implicó el dominio, la destrucción, la violencia, la expropiación y la marginalización de la mujer y de la Naturaleza, hoy consideradas supérfluas. El principio femenino propicia una economía política de la vida, devuelve la importancia a la Naturaleza, rescata el sentido de la Tierra como “Gran Madre”, super-organismo vivo, Gaia y Pachamama. Él se reforzó con todos los proceso sinérgicos que respetan la diversidad y que busan en ella convergéncias que nos interesan a todos, el bien común y sociocósmico.

El hombre que evoca en si mismo, e integra su dimensión de alma, incorpóra junto a su vigor, su ternura; junto a su trabajo, la gratuidad; junto a la razón, la emoción; junto al “logos”, el “pathos” y el “eros”. El aparece mas humano, relacional y liberado de las redes que lo des-humanizaban y des-humanizan a la mujer y a la Naturaleza. Ahora, diversos y unidos, pueden construir al ser humano de forma mas dialéctica, tensa, dinámica, abierta a nuevas y sorprendentes síntesis.

DEL MURO DE UN AMIGO 

POR DONDE ME CONECTO CON LA TIERRA EN LA CIUDAD  EL LAGO DE PALERMO
POR DONDE ME CONECTO CON LA TIERRA EN LA CIUDAD EL LAGO DE PALERMO

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