viernes, 2 de diciembre de 2016

Violentada por el estado [Aleida]

Violentada por el estado

Publicado: 01 Diciembre 2016

"Nunca imaginé formar parte de las estadísticas de violencia contra la mujer", comenta Aleida Quintana Ordaz, defensora de Derechos Humanos en el estado de Querétaro. Ella, que alza la voz por los desaparecidos, por las víctimas de trata y por las mujeres asesinadas, vive una situación de violencia por parte de autoridades estatales.

No se asume como víctima y señala que todas las manifestaciones de violencia que vive por parte de las autoridades queretanas, no van a parar su labor, pues a través de eso, se han dado a conocer los casos reales que existen en esos temas. El único motivo por lo que no lo haga será porque alguien le hizo algo.

"Pronto me convertí en esas cifras de violencia contra las mujeres, de represióncontra defensores y defensoras de derechos humanos, y que es algo sumamente violento", comentó.

A veces se mira, dice Aleida, como esas mujeres que viven violencia en casa, "Y veo que vivo violencia en mi propio hogar, Querétaro, como territorio, como un estado en donde desarrollo todas mis actividades; y que en algún momento, el Gobierno es ese agresor, ese hombre que no quiere que hable, que no quiere que salga, que no quiere que trabaje, que no quiere que diga qué es lo que está pasando al interior de este hogar, que me agrede y que incluso esas agresiones quedan impunes completamente como lo podría ser una agresión contra una mujer por parte de su pareja".
Estas condiciones, relata, la invitan a querer huir, a querer salir de su propio hogar, de su propio estado, y eso es a veces a lo único que se puede enfrentar una mujer violentada, a huir, a dejar su patrimonio, dejar todo.

"Lo que vivo es una réplica, tal vez en otro nivel, de la violencia que se puede vivir en un hogar; el agresor aquí tiene múltiples caras, múltiples cargos, en Gobierno", comenta.

Es sumamente contradictorio que ella defienda a las mujeres violentadas, y sea ella misma víctima de violencia por parte del Gobierno estatal queretano.

"No me asumo víctima, soy una mujer sumamente fuerte y creo que es justo lo que teme cualquier agresor. Siento que ejercen este tipo de violencia contra mí porque quieren callarme a través del miedo", comentó.

En 2013, Aleida, empieza a ser amenazada de muerte, de desaparición, de abuso sexual, por parte de servidores públicos. A estos se suma vigilancia constante en su domicilio y centros de trabajo, así como en la calle donde la seguía un hombre que la fotografiaba. También hay llamadas telefónicas de amenaza en donde le dicen que la están vigilando, que iba a ir por ella, que la iban a desaparecer y asesinar.

En 2015 denuncia públicamente ante las autoridades a servidores públicos por el delito de amenaza y lo que resulte; también pone una queja ante Derechos Humanos. Un mes después, se emprende una campaña de desprestigio en su contra, y desde entonces las agresiones no paran.

Jéssica Ignot/EL MUNDO DE ORIZABA

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