miércoles, 29 de enero de 2020

Marco Politi: Hay una guerra civil subterránea alrededor del Papa

Marco Politi: Hay una guerra civil subterránea alrededor del Papa

IRENE SAVIO
20 agosto, 2019

ROMA (apro).- Dentro y fuera de la Iglesia hay en curso una guerra civil subterránea que se cuece en torno a las ideas sociales que defiende el papa Francisco, un conflicto que también se inspira en la propaganda política de los grupos de la ultraderecha estadounidense y europea, un método que está frenando las reformas del argentino y lo ha obligado a limitar sus propuestas.
Esta es una de las reflexiones de Marco Politi (Roma, 1947), veterano vaticanista y autor de un libro de reciente publicación, titulado La Solitudine di Francesco (La Soledad de Francisco), durante una entrevista que concede a Proceso sobre las tempestades que asechan al papado del ex-cardenal de Buenos Aires.

–¿Qué tan grave es este enfrentamiento? –se le pregunta a Politi.
–Francisco ha sido víctima de una campaña sistemática de deslegitimación similar a la que el (movimiento ultraconservador estadounidense) Tea Party desplegó en su momento contra Barack Obama en Estados Unidos. No es la primera vez en la historia que esto pasa, que un papa sufre protestas. Ya ocurrió con Pablo VI e incluso con Juan Pablo II. Sin embargo, como también ha dicho el historiador Andrea Riccardi, nadie como Francisco fue objeto de los virulentos ataques que le han llovido de sus obispos.

–¿Desde cuándo es objeto de esta campaña?
–Desde el Sínodo de la Familia de 2014. Desde entonces se ha producido una escalada de acciones violentas contra Francisco. El primer conflicto se remonta a las propuestas del papa para que los divorciados vueltos a casar pudiesen tener acceso a la eucaristía.
"Eso desató feroces manifestaciones de protesta del sector más tradicionalista contra el papa, que han ido creciendo con el paso de los años: se han producido colectas de firmas contra él, se organizaron encuentros y congresos para dar visibilidad a estos reproches, se le acusó de ser un hereje y que incluso cuatro cardenales llegaron a manifestar su desaprobación en una carta que fue hecha pública. Lo último fue lo del ex nuncio en Estados Unidos, Carlo María Viganò, quien el año pasado pidió que Francisco dimita.

–Y además todo circuló ampliamente en las redes sociales.
–Sí, esa es otra novedad de estos tiempos. La red contribuyó a amplificar estos mensajes, que fueron, insisto, muy violentos. Hace poco un obispo italiano denunció que hay prelados que han llegado a verbalizar que desean que el papa muera.

–¿Estos ataques siguen produciéndose en la actualidad?
–Sí, sobre todo en la red. Lo acusan de haberse desviado de la doctrina tradicional, de las enseñanzas de sus predecesores.

Francisco tiene enemigos dentro de la Iglesia, ¿pero también fuera?
–Existe, en efecto, una oposición externa a la Iglesia que también está en abierta confrontación con el papa. Esto se debe a que Francisco se mueve en un mundo en el que hay un auge del populismo xenófobo y racista, que hoy gobierna en países como Estados Unidos e Italia.

–¿Cree que los opositores políticos y religiosos de Francisco tienen un diseño en común, o lo único que comparten es su aversión por el papa?
–Existen algunas tramas en común. Por ejemplo, el cardenal Raymond Burke es uno de los líderes de la oposición al papa y a la vez habla muy bien de (el líder del partido italiano de ultraderecha, la Liga) Matteo Salvini.
"El cardenal Walter Kasper, que es uno de los sostenedores de Francisco, ha dicho que el objetivo es que este pontificado acabe pronto y no se vuelva a elegir a un papa como Francisco en el próximo cónclave. Por eso, por una parte, Francisco sufre los ataques del sector tradicionalista de la Iglesia. Por la otra, lo atacan grupos que representan intereses económicos y políticos que ven con malos ojos las denuncias de Francisco sobre la creciente desigualdad socioeconómica que afecta a muchas sociedades en el mundo."

–Otros papas antes de Francisco hicieron denuncias similares. ¿Qué cambia con Francisco?
–Es cierto. El papa puede considerarse en continuidad con la doctrina social de la Iglesia. Ya Benedicto XVI habló de la necesidad de un diálogo con los sindicatos y de que sería necesaria una autoridad financiera mundial para evitar las crisis económicas. Sin embargo, Francisco es radical en su denuncia. Dice sin tapujos que esta economía de las finanzas nos está matando. Y que él está a favor de una economía social de mercado. Su voz, además, es muy escuchada pues es el único líder internacional con cierta autoridad que hay en este momento en el mundo. No es fortuito que Salvini en uno de sus últimos mítines se presentara con un rosario y la Biblia en la mano.

¿Lo puede explicar mejor?
–Pues en Italia los estudios dicen que 30% de los católicos practicantes votaron por la Liga en las últimas elecciones.

–¿Cómo se llegó a esta situación?
–Los católicos se han dividido. Se está librando una guerra civil subterránea en el mundo católico. Por una parte, están los tradicionalistas, los fundamentalistas, los conservadores. Por la otra, está la política reformadora de Francisco.

–¿Esto está ocurriendo en Italia o en todo el mundo?
–En todo el mundo. Una parte de los obispos de Estados Unidos han entrado en conflicto con el papa. Y lo mismo ocurre en América Latina, África y Asia. En los últimos dos sínodos de la familia no hubo una mayoría de dos tercios. Eso puso en evidencia esta fractura, que también saca a la luz que muchos de sus detractores temen que la Iglesia Católica se convierta en una institución sin la estructura fuertemente jerárquica que posee hoy. Su aislamiento es muy evidente también porque muchos de sus sostenedores guardan silencio.

–¿Por qué el papa no reacciona de una manera más determinada? ¿Qué teme?
–El papa hace todo lo posible para que la Iglesia se mantenga unida. Eso se ve también en la prudencia que mantiene en no avanzar rápidamente en (la aceptación de) las diáconas mujeres. Él teme la ruptura y la quiere evitar.

–¿El papa Benedicto XVI es un enemigo del papa?
–No. Benedicto se ha comportado hasta la fecha de manera muy leal. Sin embargo, sus últimas notas sobre la cuestión de la homosexualidad, que alguien le pidió hacer públicas, han sido usadas por los enemigos de Francisco. Esas notas han evidenciado las distancias entre los dos papas, pues Francisco sostiene que una de las causas fundamentales de la "omertà" en los casos de pedofilia clerical ha sido el clericalismo, mientras que Benedicto XVI escribió que se debe a la fragilización de la moral tradicional católica y a la revolución sexual de 1968.

–¿No cree, sin embargo, que el papa subestimó la gravedad de la crisis de los abusos sexuales?
–Más bien diría que la crisis de los abusos nos ha sacado a la luz que los episcopados aún están lejos de la revolución que pretende llevar adelante el Papa argentino. En el comienzo de su pontificado Francisco fue muy duro al mandar a juicio y encarcelar al ex nuncio en República Dominicana Jozef Wesolowski.
"Sin embargo el caso chileno probó claramente que el clero de este país le mintió al papa (sobre las acusaciones por haber abusado y encubierto abusos a menores). Y también es una realidad que 95% del clero mundial aún no ha producido unos lineamientos serios sobre cómo proteger a los menores. Hay poquísimos países, como Estados Unidos, el Reino Unido, Austria, Alemania y Suiza, que han puesto en marcha el servicio de mostradores públicos para denunciar estos abusos."

–¿De esto también es responsable Francisco?
–Si Francisco tiene una culpa, es la de haber dejado pasar demasiado tiempo antes de solicitar que las conferencias episcopales asuman sus responsabilidades. Apenas este año el papa hizo un documento que también castiga a los obispos responsables de abusar o encubrir. Es evidente que si estas últimas novedades, introducidas este año, no se cumplen, pues todo escándalo tendrá consecuencias directas sobre Francisco.

Legionarios

–¿Qué opina de la gestión del papa de los escándalos de los Legionarios de Cristo, que siguen estando en la mira por las múltiples denuncias que hay contra ellos? –pregunta la reportera.
–Creo que el papa hará la limpieza cuando se produzcan escándalos. Sin embargo, creo que el papa y la mayoría de la jerarquía internacional no quieren disolver este movimiento. Dicho esto, yo, como observador, creo que hubiera sido justo disolverlos. Ahora, habrá que ver cómo actúa la conferencia episcopal mexicana. ¿Están poniendo en pie unas líneas guía muy severas que permitan que todas las víctimas denuncien y tengan un seguimiento?

–Usted habló de una guerra civil subterránea. ¿Qué daños está provocando este conflicto? ¿Hay una pérdida de consenso de la Iglesia?
–Sin duda la cuestión de los abusos sexuales ha provocado una pérdida de credibilidad de la Iglesia y ha puesto en entredicho la política de Francisco. Sin embargo, es paradójico que se critique al papa sobre las cuestiones sociales usando los escándalos de los abusos. Esto es un método.

–¿Es decir…?
–Es un método que está usando Steve Bannon (exasesor de Donald Trump). Él argumenta que el papa no está del lado del hombre común, sino que favorece a las élites globalistas y a la vez dice que el papa ha hecho muy poco para combatir los casos de abusos sexuales. Es muy raro que estas corrientes ultraconservadoras usen los escándalos de los abusos a menores para atacar al papa y fragilizar su pontificado.

–¿Quién va ganando este conflicto?
–Nadie ha ganado aún. Las consecuencias de esta guerra civil se verán en el próximo cónclave. El objetivo último es que no haya otro Francisco, sino que el próximo papa sea un moderado, un centrista, no uno de derecha, pero uno más tranquilo que Francisco.

–¿El papa está solo?
–El papa está solo porque sus opositores son muy ruidosos, mientras que los que lo apoyan son muy tímidos. Hay pocos cardenales y obispos que lo defiendan abiertamente. También cuando se produjo el ataque de Viganò no hubo un gran número de cardenales que lo defendieron en la inmediatez. Es algo peligroso que haya una gran masa de obispos que no hablen y tengan miedo de posicionarse. Por eso hablo de la soledad de Francisco.

–A esto se suman sus opositores políticos.
–Sí, como Trump, Bolsonaro, Salvini, los líderes de Polonia, Orbán, Netanyahu… líderes que están contra la doctrina social de la Iglesia y de la integración de los inmigrantes.

–¿Quiénes son sus aliados?
–Pues podría citar a esa parte de la sociedad que rechaza la xenofobia, el populismo, el racismo y la desigualdad. Pero también Francisco ha encontrado un inesperado apoyo en muchos ateos que lo sostienen pues reconocen que sus posturas son justas.

¿Y el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador?
–Sí, él, y también el primer ministro de Canadá y se podría también incluir a Macron y a Merkel.

–¿Cuáles desafíos le esperan ahora al papa?
–Hay dos grandes desafíos que tiene el papa. El primero es el plazo límite para que las conferencias presenten sus lineamientos para prevenir los abusos. Ahí tendremos una primera respuesta para entender si la Iglesia está siguiendo la política de tolerancia cero del papa.
"El segundo es la de ver cómo termina el próximo Sínodo Panamazónico, porque ahí se discutirá también el tema de poder ordenar a hombres casados para las comunidades locales de la Amazonia, y de reconocer también un papel de relevancia en la Iglesia de las mujeres. Ahí veremos si los conservadores lograrán de nuevo frenar a las políticas del papa o si Francisco ganará la pugna".


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miércoles, 15 de enero de 2020

Guerra abierta en el Vaticano desata autoría de libro sobre celibato que debilitaría a Francisco para ordenar sacerdotes a hombres casados


Guerra abierta en el Vaticano desata autoría de libro sobre celibato que debilitaría a Francisco para ordenar sacerdotes a hombres casados

by Editor 14 enero, 2020 in Global, Iglesia

Entorno de Benedicto XVI desmiente colaboración del expapa en libro del cardenal Robert Sarah, prefecto de los Sacramentos, sobre el celibato, quien lo contradice y muestra pruebas. Esto se genera justo en el momento en que Francisco alista documento final del Sínodo de la Amazonía donde consagraría la ordenación al sacerdocio de hombres casados. A continuación la información publicada por Vida Nueva en España.

VATICANO, 14 ENE (Vida Nueva).- Guerra abierta en el Vaticano a costa del libro ‘Desde lo profundo de nuestros corazones’ que mañana miércoles 15 de enero verá la luz en Francia. Al parecer, no cuenta con el visto bueno de Benedicto XVI. La obra, que se presenta como una obra trabajada a cuatro manos con el cardenal Robert Sarah, no tendría la aprobación explícita del Papa emérito, tal y como confirma el entorno cercano a Joseph Ratzinger. “Benedicto es totalmente ajeno a esta operación editorial y mediática evidente”, sentencian los colaboradores del Pontífice alemán sin dejar margen de dudas sobre su colaboración y la completa autoría del mismo, unas acusaciones que el purpurado africano desmiente.
En el texto que se adjudica al Papa emérito, se expresaba una defensa cerrada del celibato sacerdotal, justo en el momento en el que Francisco ultima la exhortación sobre el Sínodo de la Amazonía, que le instaba al Papa a dar pasos hacia adelante en la ordenación de hombres casados.

Exclusiva dominical

El diario Le Figaro publicaba el domingo último un adelanto del libro, en el se recoge cómo Ratzinger y el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos gritaban a una sola voz frente a las propuestas sinodales: “No nos podemos callar”. Esta prepublicación venía acompañada además de una entrevista con el ‘ministro’ vaticano en la que sostenía que “la crisis por la que atraviesa la Iglesia es impresionante”.
La denuncia sobre cómo se fraguó la obra que nace del círculo más estrecho del Papa emérito se daba a conocer en la noche de ayer. Apenas dos horas después de que diferentes medios internacionales compartieran esta versión -desde Il Corriere della Sera a La Nación argentina, pasando por ABC y Cope-, el ‘ministro’ vaticano de origen guineano respondía en redes sociales. “Unos ataques parecen hablar de una mentira por mi parte. Estas difamaciones son de gravedad extrema”, relataba en su cuenta de Twitter.

Las cartas de Sarah

“Esta noche doy las pruebas de mi estrecha colaboración con Benedicto XVI para escribir este texto a favor del celibato. Hablaré mañana si es necesario”, relata el purpurado, que adjunta tres imágenes de tres cartas del Papa emérito escritas a máquina y firmadas por él. En estas misivas, se corrobora que Ratzinger colaboró de alguna manera en el envío de unos textos al cardenal Sarah, pero no acabarían de confirmar si el Papa emérito dio su autorización expresa para publicarlos en un libro a cuatro manos ni conocería la versión definitiva de la obra conjunta.
Las tres cartas que Sarah presenta como prueba de la colaboración de Benedicto XVI

Las tres cartas que Sarah presenta como prueba de la colaboración de Benedicto XVI

En la primera carta, fechada en el 20 de septiembre, Benedicto XVI confiesa a Sarah que ha escrito “unas reflexiones sobre el sacerdocio”, pero admite que “mis fuerzas ya no me permiten escribir un texto teológico”. Aun así, promete hacerle llegar “unas notas” por si pueden serle útiles. En la segunda misiva, mucho más breve y con una firma prácticamente ilegible, correspondiente al 12 de octubre, Ratzinger simplemente notifica al prefecto que le envía “mis pensamientos sobre el sacerdocio”. “Se las dejo por si encuentra algún uso a mis pobres pensamientos”, le comenta.

Cierta autorización

La siguiente carta que Sarah presenta como prueba data del 25 de noviembre. En ella, se muestra agradecido “por la elaboración que han hecho” a partir de unos textos que Benedicto XVI le habría enviado. “Por mi parte, el texto puede publicarse en la forma que usted ha previsto”, le expresa Ratzinger. Eso sí, Sarah no revela cuales son esas condiciones de publicación y es ahí donde podría encontrarse la respuesta al desencuentro.
Según cuentan desde el entorno del Papa emérito, Benedicto XVI habría escrito hace meses una reflexión sobre el sacerdocio y Sarah le solicitó que la compartiera con él puesto que estaba trabajando en un libro al respecto. El Papa emérito llegó a poner a disposición del cardenal su texto, pero sin ser consciente de que acabaría formando parte de una obra conjunta. Según anuncian desde el entorno de Ratzinger, el Papa emérito tendría previsto solicitar en breve que se modifique el texto impreso para que se garantice que solo se le adjudica aquello que realmente ha sido aprobado por él.

Negar la mayor

El entorno de Ratzinger niega la mayor. Ni tan siquiera en la Santa Sede estaban al tanto ni de la preparación y menos aún de que vería la luz esta misma semana. Se habrían enterado el mismo domingo toda vez que Le Figaro se arrogó la exclusica mundial de su lanzamiento.
Con este desmentido, se confirmaría una estrategia en la que habría participado activamente el purpurado de Guinea Conakri, con el apoyo del lobby mediático ultracatólico, para condicionar y minar la credibilidad de Francisco sirviéndose para ello del Papa emérito. Así lo hacen ver desde el entorno de Benedicto XVI que se desmarca completamente, no solo de este libro promovido por Sarah, sino de cualquier campaña de injerencia en el Pontificado de Francisco.

Relación de largo recorrido

Es cierto que entre Ratzinger y Sarah hay una cierta relación intelectual de largo recorrido, con intercambio epistolar incluido y  que el purpurado africano ha visitado al anciano Papa en varias ocasiones, haciendo públicas las imágenes de sus visitas al monasterio vaticano donde reside.
Sin embargo, nunca se habría fraguado este proyecto editorial conjunto. Entre otras cosas, dado el delicado estado de salud del Papa alemán, de 92 años, que le impediría trabajar a pleno rendimiento para sacar adelante un libro de reflexiones de este calibre con la exquisitez con la que Benedicto XVI ha mimado cada uno de sus escritos a lo largo de toda su vida y que le ha valido el reconocimiento como uno de los teólogos más ilustres del siglo XXI, amén de su entrega como Obispo de Roma.

Lento debilitamiento

Como el propio Ratzinger ha reconocido en más de una ocasión, vive “en el lento debilitamiento de mi fuerza física, interiormente estoy en peregrinación hacia la Casa del Señor”. Así, se habría constatado en un reciente documental de la televisión bávara, en el que mantiene una extraordinaria lucidez, pero sí da muestras de sus limitaciones físicas: en silla de ruedas y con un hilo de voz. “No tiene fuerzas”, llegaba a afirmar ante las cámaras su secretario personal, Georg Gänswein.
Desde la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Jorge Mario Bergoglio como Sucesor de Pedro se ha especulado con la relación que ambos mantendrían, sobre todo, después de que el Papa emérito prometiera que guardaría silencio para evitar así cualquier injerencia en relación a los escritos y medidas que pudiera adoptar Francisco.

Respeto mutuo


Así se cumplió, salvo alguna reflexión en relación a la liturgia en 2017 y un polémico texto sobre abusos sexuales y mayo del 68 que se dio a conocer hace unos meses. De la misma manera, Francisco solo ha tenido comentarios de reconocimiento hacia la figura del Pontífice alemán y no ha hecho mención crítica alguna en lo que a la gestión heredada se refiere en cuestiones tan complejas como las finanzas vaticanas o los abusos sexuales.
Ambos han mantenido hasta ahora este “pacto de caballeros”, conscientes de lo inédito que supone para la historia de la Iglesia contar por primera vez con un Papa emérito que reside a unos metros del Papa en activo.
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Artículo publicado por la revista Vida Nueva de España. Título original: «Guerra abierta en el Vaticano: ¿Benedicto XVI dio su visto bueno al libro sobre el celibato con el cardenal Sarah?»

Sarah acepta borrar a Benedicto XVI como coautor del polémico libro sobre el celibato...


Sarah acepta borrar a Benedicto XVI como coautor del polémico libro sobre el celibato, como le ha pedido el secretario de Ratzinger


El arzobispo Georg Gänswein, prefecto de la casa pontificia y secretario personal de Benedicto XVI, habría telefoneado en la mañana de este martes al cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, según ha podido saber Vida Nueva. Gänswein habría pedido al cardenal guineano que hablara con los editores del libro ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’ (editorial Fayard), que está previsto que llegue mañana a las librerías de Francia, para que retiren el nombre del Papa emérito como coautor del volumen y de la introducción y la conclusión, que ambos firman a cuatro manos.
Según ha confirmado el propio purpurado en Twitter, acata la petición. “Considerando las controversias que provocaron la publicación del libro ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’, se decide que el autor del libro será para futuras publicaciones: Card. Sarah, con la contribución de Benedicto XVI. Sin embargo, el texto completo permanece sin cambios”, explicaba el purpurado.

El volumen, centrado en la defensa del celibato sacerdotal y cuyo contenido fue en parte adelantado el pasado domingo por el diario francés Le Figaro, ha levantado una gran polvareda en el Vaticano, porque en breve será publicada la exhortación apostólica de Francisco que recoja sus reflexiones tras el Sínodo de la Amazonia. En ese texto se espera que el Pontífice se pronuncie sobre la eventual ordenación sacerdotal de hombres casados en zonas remotas, como aprobaron la mayoría de padres sinodales en el documento final de la asamblea celebrada el pasado octubre.

Sarah da su versión

La llamada de Gänswein habría tenido lugar antes de que Sarah publicara un comunicado en las redes sociales en el que afirma que, el pasado 19 de noviembre, le envió al Papa emérito el “manuscrito completo” del libro, incluyendo “la portada, una introducción y una conclusión comunes, el texto de Benedicto XVI y mi propio texto”. El anterior pontífice le habría comunicado más adelante que el texto “puede ser publicado en la forma prevista por usted”.
Gänswein sostendría en cambio que Joseph Ratzinger no sabía que iba a aparecer en la portada de ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’ como coautor y utilizando además su nombre como obispo de Roma. Tampoco que la introducción y la conclusión serían firmadas por ambos a cuatro manos. El secretario personal de Ratzinger le habría pedido a Sarah que hablara con los editores del libro para que corrigieran estos puntos de manera que el Papa emérito apareciera solo como autor del texto que habría elaborado en solitario.
Fuentes vaticanas consideraron que la polémica habría estado en parte causada por la forma con que los editores del volumen han presentado la contribución del anterior Pontífice. Garantizaron además que no va a tener repercusión en la exhortación apostólica, cuya redacción ya habría sido concluida por Francisco.

martes, 14 de enero de 2020

El celibato sacerdotal según el Concilio


El celibato sacerdotal según el Concilio


El Decreto conciliar Presbyterorum Ordinis habla del "don precioso del celibato sacerdotal", pero también afirma que no es requerido "por la naturaleza misma del sacerdocio" y tiene palabras de estima para aquellos que son "excelentes sacerdotes casados"
VATICAN NEWS - 14 de enero de 2020
Los avances del libro escrito por el Papa emérito Benedicto XVI y por el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto divino, en defensa del celibato sacerdotal, han provocado numerosos comentarios. Ayer, el director de la Oficina de Prensa vaticana, Matteo Bruni, afirmó que la posición del Papa Francisco sobre el celibato es conocida, recordando lo que él dijo en el avión durante su regreso de Panamá: "Me viene a la mente una frase de San Pablo VI: 'Prefiero dar mi vida antes que cambiar la ley del celibato'".

Un don, no un dogma

En el debate se recordó también la posición del Concilio Vaticano II a este respecto. El Decreto conciliar Presbyterorum Ordinis sobre el ministerio y la vida sacerdotal, promulgado por San Pablo VI el 7 de diciembre de 1965, afirma:
"La perfecta y perpetua continencia por el reino de los cielos, recomendada por nuestro Señor, aceptada con gusto y observada plausiblemente en el decurso de los siglos e incluso en nuestros días por no pocos fieles cristianos, siempre ha sido tenida en gran aprecio por la Iglesia, especialmente para la vida sacerdotal. Porque es al mismo tiempo emblema y estímulo de la caridad pastoral y fuente peculiar de la fecundidad espiritual en el mundo. No es exigida ciertamente por la naturaleza misma del sacerdocio, como aparece por la práctica de la Iglesia primitiva y por la tradición de las Iglesias orientales, en donde, además de aquellos que con todos los obispos eligen el celibato como un don de la gracia, hay también presbíteros beneméritos casados; pero al tiempo que recomienda el celibato eclesiástico, este Santo Concilio no intenta en modo alguno cambiar la distinta disciplina que rige legítimamente en las Iglesias orientales, y exhorta amabilísimamente a todos los que recibieron el presbiterado en el matrimonio a que, perseverando en la santa vocación, sigan consagrando su vida plena y generosamente al rebaño que se les ha confiado”.

Más libres para servir a Dios y a los demás

El celibato – observa el Decreto – "tiene mucha conformidad con el sacerdocio. Porque toda la misión del sacerdote se dedica al servicio de la nueva humanidad, que Cristo, vencedor de la muerte, suscita en el mundo por su Espíritu”. Gracias al celibato, los presbíteros adhieren a Dios más fácilmente “con un corazón indiviso” y “se dedican más libremente en El y por El al servicio de Dios y de los hombres, sirven más expeditamente a su reino y a la obra de regeneración sobrenatural, y con ello se hacen más aptos para recibir ampliamente la paternidad en Cristo”. “De esta forma, pues, manifiestan delante de los hombres que quieren dedicarse al ministerio que se les ha confiado, es decir, de desposar a los fieles con un solo varón”, que es Cristo, y “se constituyen, además, en señal viva de aquel mundo futuro, presente ya por la fe y por la caridad, en que los hijos de la resurrección no tomarán maridos ni mujeres”.

Una legislación confirmada por la Iglesia latina

"Por estas razones – continúa el decreto conciliar – el celibato, que al principio se recomendaba a los sacerdotes, fue impuesto por ley después en la Iglesia Latina a todos los que eran promovidos al Orden sagrado. Este Santo Concilio aprueba y confirma esta legislación en cuanto se refiere a los que se destinan para el presbiterado”.

La gracia de la fidelidad

“Exhorta también este Sagrado Concilio a los presbíteros que, confiados en la gracia de Dios, recibieron libremente el sagrado celibato según el ejemplo de Cristo, a que, abrazándolo con magnanimidad y de todo corazón, y perseverando en tal estado con fidelidad, reconozcan el don excelso que el Padre les ha dado y que tan claramente ensalza el Señor, y pongan ante su consideración los grandes misterios que en él se expresan y se verifican. Cuando más imposible les parece a no pocas personas la perfecta continencia en el mundo actual, con tanto mayor humildad y perseverancia pedirán los presbíteros, juntamente con la Iglesia, la gracia de la fidelidad, que nunca ha sido negada a quienes la piden, sirviéndose también, al mismo tiempo, de todas las ayudas sobrenaturales y naturales, que todos tienen a su alcance. No dejen de seguir las normas, sobre todo las ascéticas, que la experiencia de la Iglesia aprueba, y que no son menos necesarias en el mundo actual”.

Apreciar el don del celibato

El Decreto concluye así el capítulo dedicado al celibato: "Ruega, por tanto, este Sagrado Concilio, no sólo a los sacerdotes, sino también a todos los fieles, que aprecien cordialmente este precioso don del celibato sacerdotal, y que pidan todos a Dios que El conceda siempre abundantemente ese don a su Iglesia”.

JOSE MARIA CASTILLO: Sobre el libro del celibato (Benedicto XVI - Card. Sarah)


"Es incomprensible que quien destituyó a tantos teólogos, por no someterse al magisterio papal, sea ahora él mismo quien se opone al Papa"


"En defensa del Papa Francisco" José María Castillo: "Es incomprensible que quien destituyó a tantos teólogos, por no someterse al magisterio papal, sea ahora él mismo quien se opone al Papa"
Libro de Benedicto y Sarah

"Me produce una profunda tristeza la noticia de la inminente publicación de un libro en el que el dimitido papa Joseph Ratzinger y otro clérigo importante, como el cardenal Sarah, se enfrentan al actual Sumo Pontífice de la Iglesia, el papa Francisco"

"El pensamiento y el criterio de gobierno, que ellos defienden, no puede oponerse al criterio fundamental de la fe y de la unidad de la Iglesia, que incluye esencialmente la comunión con el Vicario de Cristo en la tierra, el obispo de Roma"

"El tema y la obligatoriedad del celibato eclesiástico no ha sido nunca, ni lo es en este momento, un dogma de fe. Ni siquiera es un deber universal de la Iglesia"

"Cuando eso se presta a que hasta se pueda hablar de “dos papas” y dé motivo a situaciones de confusión y divisiones en la Iglesia, ¿no sería necesario y hasta urgente que el dimitido papa viva en otro sitio?"

Me produce una profunda tristeza la noticia de la inminente publicación de un libro en el que el dimitido papa Joseph Ratzinger y otro clérigo importante, como el cardenal Sarah, se enfrentan al actual Sumo Pontífice de la Iglesia, el papa Francisco. El motivo del enfrentamiento es el tema del celibato de los sacerdotes, que, según parece, a juicio del papa dimitido, la Iglesia tiene que mantener como obligación necesaria, aunque los cristianos de la Amazonía no puedan tener sacerdotes que presidan la misa par aquellas gentes y no puedan ayudar a aquellos cristianos en asuntos para los que la misma Iglesia exige la presencia de un sacerdote.
Si, efectivamente, es cierto que el dimitido papa J. Ratzinger y su socio Sarah quieren oponerse al actual Sumo Pontífice, por mantener (a toda costa) el celibato de los sacerdotes, tanto Ratzinger, como quienes coinciden con él en este asunto, deben tener siempre muy presente que la Fe y la Tradición secular de la Iglesia nos enseña que el pensamiento y el criterio de gobierno, que ellos defienden, no puede oponerse al criterio fundamental de la fe y de la unidad de la Iglesia, que incluye esencialmente la comunión con el Vicario de Cristo en la tierra, el obispo de Roma. Así lo definió, como cuestión de “fe divina y católica” el concilio Vaticano I Constitución “Dei Filius”, cap. 3º. Denz. – Hün., nº 3011; Constitución “Pastor aeternus”, cap. 3º, Denz. – Hün., nº 3060).
Por eso resulta incomprensible que quien destituyó a tantos teólogos, por no someterse incondicionalmente al magisterio papal, como fue el caso del cardenal Ratzinger, mientras estuvo en el cargo de Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, ahora sea él mismo quien se opone al papa Francisco, en un asunto que no afecta a la fe de la Iglesia.
Efectivamente, es de suma importancia tener presente que el tema y la obligatoriedad del celibato eclesiástico no ha sido nunca, ni lo es en este momento, un dogma de fe. Ni siquiera es un deber universal de la Iglesia. Ya que en las Iglesias Orientales nunca se ha mantenido, ni se mantiene, la obligatoriedad del celibato eclesiástico.
Además, la autoridad eclesiástica debería tener siempre presente que, en los diversos escritos del Nuevo Testamento, se mantiene exactamente la doctrina opuesta a la actual norma del celibato sacerdotal. Según los Evangelios, Jesús no lo impuso a sus apóstoles. San Pablo, afirmó que él, como los demás apóstoles, tenían “derecho” (“potestad” – exousia) para ir acompañados por una mujer cristiana (1 Cor 9, 5). Y en las cartas a Timoteo y a Tito se afirma que los candidatos al ministerio eclesiástico, incluso al episcopado, deben ser hombres casados con una mujer, que saben gobernar su familia, porque “quien no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo va a llevar el cuidado de la Iglesia de Dios?” (cf. 1 Tim 3, 2-5. 12; Tit 1, 6).
Por lo demás, se sabe que incluso en el concilio ecuménico de Nicea, el obispo Pafnucio, de la Tebaida Superior, célibe y venerado confesor de la fe, gritó ante la asamblea “que no se debía imponer a los hombres consagrados ese yugo pesado, diciendo que es también digno de honor el acto matrimonial e inmaculado el mismo matrimonio; y que no dañasen a la Iglesia exagerando la severidad; porque no todos pueden soportar la asthesis de la ‘apatheia’ ni se proveería equitativamente a la templanza de sus respectivas esposas” (Sócrates, Hist. Eccl. , I, XI. PG 67, 101-104).
Es evidente que no se puede privar a los cristianos de los sacramentos, sobre todo de la eucaristía, por mantener una disciplina cuyos orígenes fueron una evidente contradicción con lo que nos enseña el Nuevo Testamento.
Finalmente, si es que, efectivamente, las ideas de un papa dimitido se enfrentan al único Sumo Pontífice, que actualmente gobierna la Iglesia, esta misma Iglesia tiene que preguntarse seriamente y sacar las debidas consecuencias del significado y las consecuencias que puede tener – y está teniendo – la presencia, en el mismo Estado de la Ciudad del Vaticano, un obispo que fue Sumo Pontífice, pero que ya no lo es. Cuando eso se presta a que hasta se pueda hablar de “dos papas” y dé motivo a situaciones de confusión y divisiones en la Iglesia, ¿no sería necesario y hasta urgente que el dimitido papa viva en otro sitio?
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