Emir Olivares Alonso | lunes, 18 feb 2019
La Jornada
Artesanos de Tenango de Doria, Hidalgo denunciaron por plagio a Nestlé y Mango por comercializar con su iconografía. Foto de Twitter @MiMuseoIndigena
Empresas textileras de confección y alimentarias se han apropiado y han reproducido de manera indebida diseños e imágenes desarrolladas de manera ancestral por pueblos indígenas de México y los despojan de su patrimonio cultural inmaterial, indicó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
El organismo emitió la recomendación general 35 en la que documenta que esas compañías han explotado comercialmente –sin permisos ni consentimientos previos e informados– diseños, patrones, pinturas y dibujos que forman parte de las costumbres de las comunidades originarias, de su universo simbólico, saberes ancestrales e identidad, lo que les ha dejado cuantiosas ganancias.
El despojo del patrimonio cultural inmaterial a través de la reproducción sin consentimiento de los saberes, valores, artes, dibujos, utensilios, patrones y ceremonias tradicionales que sufren los pueblos y comunidades indígenas por parte de las empresas es el resultado de la falta de protección, de la ineficacia de políticas públicas por parte del Estado mexicano para que difundan y preserven el patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas, señaló la comisión.
En su investigación, enlistó cuatro casos trascendentales para documentar el uso inadecuado que diseñadores de moda y compañías como Mango, Nestlé, Zara y Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, entre otras, han dado a estos diseños patrimoniales de las etnias.
Uno es el de artesanos de Tenango de Doria, Hidalgo, que denunciaron por plagio a Nestlé y a Mango por comercializar productos con iconografía de esa cultura, pero desconocieron la propiedad intelectual de las comunidades generadoras.
En julio de 2018, artesanas tejedoras de la comunidad de Aguacatenango, Chiapas, denunciaron a Zara por el plagio de sus bordados tradicionales, mismos que se comercializaron y afectaron sus derechos y patrimonio culturales, así como la economía de las creadoras.
En junio de 2015 se dio a conocer en varios medios que la diseñadora francesa Isabel Marant incluyó en su colección primavera-verano de ese año patrones gráficos idénticos a los bordados realizados por artesanas mixes de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.
En julio de 2016, las comunidades totonacas de Papantla de Olarte, Veracruz, señalaron a la Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma por daño moral por usar, sin el debido consentimiento la ceremonia de los Voladores en el distintivo comercial de la cerveza, esto con fines comerciales y con una representación equivocada del contenido cultural que entraña esa práctica.
La CNDH advirtió que estos ejemplos reflejan la falta de recursos institucionales y mecanismos adecuados y que funcionen de forma efectiva para proteger el patrimonio indígena en el país en cuanto a esos elementos.
Otro aspecto a destacar es que el uso de elementos iconográficos por parte de esas grandes compañías –que cuentan con medios económicos, infraestructura, capacidad de difusión masiva y publicidad– les generan un recurso económico, a diferencia de los pueblos indígenas que no obtienen ningún beneficio.
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