#sentipensares ¿Qué significa para la iglesia tener una base trinitaria?
La relación entre padre, hijo y Ruah es sin subordinación, sin interés, ni jerarquía
15.06.2022 | Brenda García
Muchas iglesias hoy se caracterizan por pretender uniformidad discursiva y ética, como resultado se vuelven excluyentes y distantes de lo percibido como diferente. En tal sentido, el lugar de los sujetos es desigual y se basa en su nivel económico, social, etnia, género y cultura; las relaciones entre las personas que componen la iglesia son de carácter vertical, se ejerce la autoridad y el poder en un sentido vertical para oprimir y someter, el clima litúrgico genera dependencias basadas en el sentimiento de culpa, y deseos de tener. Es decir, relaciones interesadas y asimétricas que generan cantidad de divisiones al interior de las iglesias.
Sin embargo, el ser trinitario de la divinidad nos invita como comunidad de fieles e institución a reflexionar de manera consciente y evangélica esta actuación.
Desde la comprensión cristiana trinitaria de la divinidad se debe rescatar que la relación entre padre, hijo y Ruah es sin subordinación, sin interés, ni jerarquía, sino participación igualitaria de las personas divinas. Es decir, en un ejercicio de total común-unión; la relación que fluye entre ellos es de comunicación, de vida y amor desde la eternidad en una perijóresis, las diferencias entre cada una de las personas de la trinidad no las ponen en conflicto; más bien la diversidad enriquece el ser y actuar divino. La actividad trinitaria conjunta, no se limita a un período de la historia, más bien es carácter de Dios ser trinitario en su eternidad. En ese sentido, el Padre no solo actuó en la creación, el Hijo no solo operó salvación al morir en la cruz y la Ruah no es ajena; las personas trinitarias han actuado juntas y desde siempre y ninguna de sus acciones es considerada mayor o mejor que la de otra persona, porque actúan en tri-unidad.
Este día que el calendario litúrgico celebra la trinidad, debe ser más que una celebración fantástica, o una elaborada construcción teológica, debe ser una realidad palpable en las comunidades cristianas, donde los atributos de la trinidad se vuelven uno/a con el pueblo creyente, con la comunidad de fieles. Su actuación (trinidad) en la historia humana se debe reflejar en las condiciones de vida, de humanidad de los/as cristianos/as, AQUÍ Y AHORA.
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