“El 70% de las comunidades están
privadas de la Eucaristía
dominical. La Iglesia
es la responsable de esta situación".
Entrevista especial a Paulo Suess
(Traducción de Juan Ángel
Dieuzeide – San Carlos de Bariloche – Argentina.-)
“Francisco sabe que no
puede ser autor, director, coreógrafo y actor en la misma obra. Él sabe también
que cada héroe necesita su villano. Si el villano es más fuerte que el héroe, la
obra se convierte en tragedia”, anota el teólogo.
En compañía de Dom Erwin Kräutler, Paulo
Suess acompañó la audiencia del obispo
de Xingu con el Papa Francisco, a principios de mes,
en Roma. Con el objeto de llevar las causas importantes de la
comunidad brasileña a Bergoglio, Paulo Suess se manifiesta
entusiasmado con la visita, aunque critique la burocracia ceremonial de la
ocasión.
Además de las demandas de los
indígenas de la Amazônia, tema debatido ayer en la entrevista a D. Erwin Kräutler, Suess
llamó la atención sobre la responsabilidad de la Iglesia ante
su comunidad eclesiástica. “La Iglesia, que es sacramento de vida,
puede y debe asumir colectivamente la carencia de curas y sanarla colectivamente. Michel
de Certeau, un jesuita francés, muy estimado por el Papa, habla
de una ‘ruptura innovadora’ (rupture instauratrice) de vida nueva
que nace de las ruinas. Podemos imaginar un grupo de viri probati (varones
probados) que celebra en conjunto la Eucaristía ”, sostiene. “La Iglesia los
convoca y les encarga hacer comunitariamente lo que ninguno de ellos puede hacer
solo. El vínculo con la comunidad y para la comunidad, al interior de una diócesis
y parroquia, puede hacer de la
Iglesia local una ‘comunidad de comunidades’”, complementa.
Paulo Suess nació en Alemania.
Es doctor en Teología Fundamental con un trabajo sobre Catolicismo
popular en Brasil. En 1987 fundó el curso de Posgrado en
Misiología, en la Pontificia Facultad Nuestra Señora de la Asunción , en São
Paulo, donde fue coordinador hasta fines de 2001. Recebió el título de Doctor
honoris causa de las Universidades de Bamberg (Alemania, 1993) y Frankfurt
(2004). Es asesor teológico del Consejo Indigenista Misionero –CIMI-
y profesor en el ciclo de Posgrado en Misiología, en el Instituto
Teológico de São Paulo – ITESP.-. Entre sus publicaciones, citamos Diccionario
de Aparecida. 40 palavras-clave para una lectura pastoral del
Documento de Aparecida (São Paulo: Paulus, 2007).
Concede la entrevista.
IHU On-Line - ¿Cómo fue la
visita al Papa Francisco? ¿Cuáles son sus impresiones acerca de ese encuentro?
Paulo Suess - La
visita fue el día 4 de abril, a pedido de D. Erwin Kräutler que,
además de ser obispo de Altamira, también es Secretario de la Comisión para Amazônia,
de la CNBB, y presidente del Consejo Indigenista Misionero
– CIMI. Yo era solo un acompañante en el evento: una especie de papagayo de
pirata. Para el ceremonial del Vaticano, esa distinción entre el
titular de la audiencia y su acompañante era importante, a pesar de las
tentativas de D. Erwin por dar un upgrade (relevancia)
verbal de status al asesor teológico del CIMI. Al abrirse la puerta
del Palacio Apostólico, yo ya sabía que estaría pocos segundos, quizá
minutos, cara a cara con el Papa Francisco. Formalmente ocurrió todo
según lo previsto en el protocolo y con la cronometría del sistema fordista
(trabajo en serie): el Papa saluda al obispo, el obispo presenta al
asesor, el Papa saluda al asesor, el asesor entrega un librito
(“Diccionario de Aparecida”, en castellano) y un documento sobre la
situación del 70% de comunidades sin Eucaristía dominical al interior de este
país-continente, rápidamente comentados por el Papa. Todo acompañado
por un frenético fotoshooting de profesionales que a la tarde venderán sus
productos en un fotoshop, 8 euros por foto.
Agraciado con un rosario por
el Papa (todavía tengo uno de Juan
Pablo II); fui acompañado al portal por donde entré. Después de 15 minutos,
se abrió el portal nuevamente, D. Erwin salió, y un grupo de obispos
de Mozambique entró. Al volver a Casa Santa Martha,
donde nos hospedamos por dos días, comentamos la atención dispensada por el Papa
Francisco y la exactitud fordista del ritual. Misión cumplida. Nuestras
causas en la mesa del Papa. Nuestro corazón ardiente, en la “Alegría
del Evangelio” (Evangelii gaudium).
IHU On-Line - ¿Cuáles fueron
los asuntos centrales que trataron?
Paulo Suess - D. Erwin, presidente del CIMI por
muchos mandatos, trató, obviamente, de la cuestión indígena, la omisión del gobierno
en la demarcación de las tierras, los casos de violación de los derechos
elementales conquistados por los pueblos indígenas y la situación,
particularmente delicada, de los 90 grupos de pueblos indígenas que viven en
situación de aislamiento, huyendo del contacto con la sociedad nacional
(cf. sítio del CIMI). Como secretario
de la Comisión para la
Amazônia y con su experiencia de 40 años vividos en Xingu, D.
Erwin es un testigo cualificad para hablar sobre la amenaza de vida
que el modelo de desarrollo autoritario, con sus hidroeléctricas (¡Belo Monte!), mineras y
madereras, significa para la población local.
Yo le entregué un texto de dos
páginas “Carencia Eucarística – Altares sin Celebrantes” y mi “Diccionario
de Aparecida” (en castellano), que en la palabra “Eucaristía” recuerda
la “Vª Conferencia de Aparecida”, de la cual el Papa, todavía
obispo de Buenos Aires, participó, particularmente en la redacción
del documento final: “Sin una participación activa en la celebración
eucarística dominical y en las fiestas de precepto, no existirá un discípulo
misionero maduro” (DAp 252).
IHU On-Line - ¿Podría
comentar más detalles sobre el texto que le entregó al Papa sobre las
comunidades sin Eucaristía dominical?
Paulo Suess - Después
de 50 años de cura, de los cuales pasé diez en la Amazônia, me preocupa
la situación del 70% de nuestras comunidades privadas de la Eucaristía dominical. En
documentos oficiales, la Iglesia
registra esa injusticia, acumulando lamentos, sin “conversión pastoral”.
Aparecida lamenta:
“El número insuficiente de sacerdotes y su no equitativa distribución imposibilitan
que muchísimas comunidades puedan participar regularmente en la celebración de
la Eucaristía. Recordando que la Eucaristía
hace a la Iglesia ,
nos preocupa la situación de miles de esas comunidades privadas de la Eucaristía dominical
por largos períodos de tiempo” (DAp 100e). En su “Carta del
Primer Encuentro de la
Iglesia Católica en la Amazônia legal”, del 2 de noviembre de 2013,
también los obispos de la región lamentan: “Nos causa un profundo dolor ver a miles
de nuestras comunidades excluidas de la Eucaristía dominical”. El Vaticano II, en el Decreto “Presbyterorum
Ordinis”, es taxativo: “Ninguna comunidad cristiana se edifica sin tener su
raíz y su centro en la celebración de la santísima Eucaristía, a
partir de la cual, por tanto, debe comenzar toda la educación del espíritu comunitario” (PO
6).
La Iglesia es
la responsable de esta situación. Ella debe hacer todo lo posible para que
miles de comunidades, privadas del pan de cada día, no sean también privadas de
la celebración del Sacramentum caritatis (SCa), de la celebración del
amor, de la cruz y de la resurrección que vive cada día. El apóstol Pablo,
misionero y fundador de muchas comunidades, nunca dejó una comunidad sin
Eucaristía. Reclutó, de las propias comunidades, “presbíteros”, ancianos, con la
incumbencia de celebrar la
Eucaristía con la comunidad. Forma parte de la “ética
pastoral” corregir esa evolución histórica que excluye a tantas comunidades de la Eucaristía dominical. Aunque
no sea el motivo más fuerte para corregir ese malestar eclesial, la carencia
sacramental es una invitación facilitadora para que francotiradores del campo
religioso, con su palabra fundamentalista y sus promesas de prosperidad, invadan
las comunidades católicas abandonadas.
La Iglesia, que es
sacramento de vida, puede y debe asumir colectivamente esa carencia y sanarla
colectivamente. Michel de
Certeau, un jesuita francés,
muy estimado por el Papa, habla de una “ruptura innovadora” (rupture
instauratrice) de vida nueva que nace de las ruinas.
Podemos imaginar un grupo
de viri probati que celebra en conjunto la Eucaristía.
La Iglesia los convoca y les encarga hacer comunitariamente lo
que ninguno de ellos puede hacer solo. El vínculo con la comunidad y para la
comunidad, al interior de una diócesis y parroquia, puede hacer de la Iglesia local una “comunidad
de comunidades”(DSD 58, DAp 99e, 309).
IHU On-Line - ¿Cómo fue la
reacción del Papa?
Paulo Suess - Cuando hablé
de las comunidades sin Eucaristía, el Papa respondió inmediatamente:
“Yo les dije a los obispos en Río de Janeiro (JMJ). Ellos tienen
que hacer propuestas audaces para que podamos enfrentar esa situación”. Me
acordé del “Sínodo para América” (Roma, 1997), del cual
participé como asesor teológico externo. En esa época, sentí de cerca que se
desvirtuaba la idea del Sínodo, pensado y creado por Pablo
VI para practicar la colegialidad y la subsidiariedad en la Iglesia.
En los largos años del papado de Juan Pablo II, el Sínodo se
volvió un instrumento de confirmación de decisiones de la Curia Romana.
Circuló, durante ese Sínodo de 1997, una lista de temas que los
oradores tenían prohibido tocar, y si los tocaron, obviamente, su exposición no
apareció en ninguna síntesis o documento final.
Con las palabras del Papa
Francisco: “Los obispos tienen que hacer propuestas audaces”, entendí que en
la Iglesia católica se acabó el tiempo de discursos y pensamientos
prohibidos sobre materias pastoralmente relevantes. El Papa Francisco nos
está invitando a deconstruir con él el centralismo que hiere la colegialidad. Lo
que el Papa les dijo a los obispos durante la Jornada
Mundial de la Juventud
- JMJ - está en los discursos a los obispos brasileños y al Comité de
Coordinación del CELAM. Todas las Conferencias Episcopales Nacionales deberían
dedicar días de estudio a esos textos preciosos: “Queridos Obispos,
sacerdotes, religiosos y también ustedes, seminaristas, que se preparan para el
ministerio, ¡tengan el coraje de ir contra la corriente!”.
De esta delegación de las
propuestas de reformas a las regiones (¡principio de subsidiariedad!), en que
se siente el dolor causado por la cristalización de estructuras caducas, emergen
tres tareas: sentir nuevamente el dolor del pueblo de Dios, causad
por estructuras rígidas y leyes complementarias distantes del Evangelio;
reaprender el coraje pastoral por la escucha del pueblo; y hacer propuestas
teológico-pastorales que puedan sustentar los cambios dentro de los límites de
la “ruptura innovadora”, capaz, con todo, de romper con el continuismo de
la autorreferencia que aisló a la
Iglesia cada vez más.
Devemos também perguntar se
questões fechadas pelo antecessor, como é o caso do sacerdócio da mulher,
impossibilitam mudanças posteriores. Contra o “Roma locuta, causa
finita”, caso exemplar da autorreferencialidade, deve-se ponderar que a
salvação das “almas” é a lei suprema da Igreja.
IHU On-Line - En
términos generales, ¿cuál ha sido la repercusión del papado de Francisco en
Europa?
Paulo Suess - Con el Papa
Francisco, América Latina “exportó” su versión más simpática, autónoma
y emancipada del “bien vivir” a Roma y Europa.
Digo eso para no idealizar al continente latinoamericano y a su Iglesia, como si
ya hubiese superado toda forma de colonización y alienación. La Mafia existe
no sólo en Sicilia. Ruiseñores y aves de rapiña se encuentran por
todas partes. Con todo, con el Papa del fin del mundo, la Iglesia de América
Latina, hasta ahora tratada con muchas sospechas, llegó a Roma con
la posibilidad de mostrar los avances de una Iglesia testimonial con autoridad
para proponer una pastoral a partir de las periferias. En el acierto de la elección
de Jorge Mario Bergoglio hay
factores geográficos, personales y providenciales. Después de una época de prohibiciones
y olvidos, el Papa Francisco representa el eslabón perdido
entre el Vaticano II y
la Iglesia
contemporánea.
Francisco es un
productor de signos intercontinentales que garantizan su liderazgo mundial y
que explicitan sus opciones pastorales para el pueblo de Dios y
el mundo, sin tener necesidad de recurrir al populismo o a la propaganda engañosa.
IHU On-Line - ¿Em qué
temáticas específicamente considera que Francisco esté innovando y proponiendo
nuevos rumbos a la Iglesia ?
Paulo Suess - El
recurso del Papa Francisco al Vaticano II, su
capacidad de discernir entre lo esencial del Evangelio y las cargas
eclesiales, su carisma de comunicarse de
una manera directa y sencilla con el pueblo y su mirada atenta a las periferias
humanas crearon nuevas perspectivas de referencialidad eclesial.
Este papa vive la teología del
pueblo de Dios co gran libertad (después de su elección, en la primera aparición
pide la bendición del pueblo reunido en la Plaza San Pedro);
incentiva la colegialidad (G8 de los cardenales, ida de la Curia
Romana, en ómnibus, a la casa de retiro); practica la pastoral del encuentro
(bajó de los aposentos del Palacio Apostólico para vivir en la Casa
Santa Martha); opta por una Iglesia pobre en medio de los pobres (opción
por carros sencillos, viaje a Lampedusa, medidas disciplinares
contra obispos por ostentación de confort personal); enfatiza el método inductivo
(cuestionario dirigido a las familias y comunidades para la preparación del Sínodo
sobre la familia).
Para muchos funcionarios curiales y también para parte del episcopado mundial, el fenómeno Bergoglio es una “locura”. El que sale después de muchos años del calabozo necesita un buen tiempo para ver de nuevo la luz del día.
El día 6 de abril, asistí,
con un grupo de brasileños con un cartel de la Campaña de la Fraternidade , al Angelus,
en la Plaza San Pedro. Allá arriba, en la famosa ventana del Palacio
Apostólico, que para Bergoglio es sólo un palco, no su
habitación, el Papa-pastor y el pueblo en la Plaza se entienden. Pero los pisos intermedios están
habitados por gente que hicieron carrera en ese edificio. Cuentan con la
misericordia de Francisco, pero vacilan entre resistencia
clandestina y adaptación.
IHU On-Line - ¿Cuál es su
percepción sobre la recepción respecto del Sínodo Extraordinario para la Familia en Europa y en
Brasil?
Paulo Suess - Creo que
la recepción del Sínodo acontece con cierto sincronismo mundial. Las distintas “brigadas de
pensamiento” atraviesan todas las geografías. Un sector de laicos y laicas
comprometidos recibió los cuestionarios en la esperanza de que, finalmente, serán
escuchados en Roma. Ya un párroco, en Alemania, me dirigió una pregunta
retórica: “¿Será que ahora la verdad depende de encuestas de opinión?”. Por
todas partes sentí cierta desconfianza de la base clerical o laical sobre los direccionamientos
de esas propuestas. El miedo de que, nuevamente, se trate de una escucha
simulada, para el cesto de basura, el grande. Conozco a un párroco brasileño
que mandó registrar el sobre con las respuestas en la Nunciatura , temiendo
que el obispo no las enviase correctamente. Con todo, considero un gran avance
que el sínodo se aboque, en un primer momento, a aquello que el pueblo de Dios
vive y pide.
Al mismo tiempo, el Papa
Francisco llamó al cardenal Walter Kasper, que durante el
Consistorio Extraordinario, los días 20 y 21 de febrero de 2014, en Roma, habló
sobre “El Evangelio de la
Familia ”. Nuevamente se trata del método inductivo: el Papa pide
que el pueblo opine sobre el tema del Sínodo: “Desafíos pastorales de la familia
en el contexto de la evangelización” y, concomitantemente, procura con los
cardenales esclarecer las márgenes de la “ruptura innovadora”. Está desencadenado un proceso
sinodal. El Consistorio Extraordinario está
integrado en el Sínodo Extraordinario en que se encontrarán realidad pastoral y
doctrina eclesial. Sólo un año después, por lo tanto en 2015, va a acontecer el Sínodo
para tomar decisiones. El Papa Francisco muestra de una
manera ejemplar lo que significa “comunión y participación” (Puebla,
1979), articulando colegialidad y pueblo de Dios, jerarquía de las verdades y
pastoral, tradición y conversión pastoral.
IHU On-Line - ¿Cómo evalúa
usted las resistencias internas que el Papa Francisco encuentra y cuál es su
estrategia para responder?
Paulo Suess - Con los
nuevos vientos de la costa argentina en Roma, no sólo parte de la Curia Romana, también obispos,
curas y agentes pastorales, no preparados para este cambio de clima, de Iglesias locales,
se van a pescar un tremendo resfriado. Poner al Banco del Vaticano en
orden, moralizar al sector corrupto de la Curia Romana y simplificar
rituales heredados desde la era del Emperador Constantino — hasta
aquí, todo bien. Pero desinstalar a la Iglesija toda a través
de la exigencia de una misionalidad programática (ad gentes) y
paradigmática (toda pastoral es misionera), ese supuesto y real retorno a la
era postapostólica tiene para muchos rasgos de u fundamentalismo anacrónico y
causa el medo de pérdida de seguridades.
Otro sector eclesial tiene miedo
de que el Papa no logre asegurar los cambios, simbólicamente apuntadas por medio
de una restruturación eclesiológico-pastoral con los cuatro ejes de una Iglesia:
programáticamente y paradigmáticamente misionera; pobre, para los pobres en medio de los pobres; pueblo de Deus en
marcha con real igualdad entre hombres y mujeres; y descentralizada y
participativa.
Hasta ahora, los nombramientos
del Papa muestran un rumbo; evitan, sin embargo, el favorecimiento
de un pensamiento único. No es sólo a misericordia, muy enfatizada por Francisco,
sino también la prudencia pastoral que hace que el Papa no
excluya a ningún sector del conjunto de las funciones eclesiales. Él confía en
su carisma de convencimiento por la autenticidad y, en último caso, en su poder
de bajar el martillo. Francisco sabe que no puede ser autor,
director, coreógrafo y actor en la misma obra. Sabe también que cada héroe
necesita su villano. Si el villano es más fuerte que el héroe, la obra se
hace tragedia. Durante una vida larga, Francisco adquirió gracia
y astucia suficientes para controlar a los villanos que lo rodean. Para el resto,
él pede a sus visitantes constantemente: “¡Recen por mí!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario