martes, 22 de abril de 2014

“El 70% de las comunidades están privadas de la Eucaristía dominical. La Iglesia es la responsable de esta situación". Entrevista especial a Paulo Suess

“El 70% de las comunidades están privadas de la Eucaristía dominical. La Iglesia es la responsable de esta situación".
Entrevista especial a Paulo Suess
(Traducción de Juan Ángel Dieuzeide – San Carlos de Bariloche – Argentina.-)

“Francisco sabe que no puede ser autor, director, coreógrafo y actor en la misma obra. Él sabe también que cada héroe necesita su villano. Si el villano es más fuerte que el héroe, la obra se convierte en tragedia”, anota el teólogo.

En compañía de Dom Erwin Kräutler, Paulo Suess acompañó la audiencia del  obispo de Xingu con el Papa Francisco, a principios de mes, en Roma. Con el objeto de llevar las causas importantes de la comunidad brasileña a Bergoglio, Paulo Suess se manifiesta entusiasmado con la visita, aunque critique la burocracia ceremonial de la ocasión.

Además de las demandas de los indígenas de la Amazônia, tema debatido ayer en la entrevista a D. Erwin KräutlerSuess llamó la atención sobre la responsabilidad de la Iglesia ante su comunidad eclesiástica. “La Iglesia, que es sacramento de vida, puede y debe asumir colectivamente la carencia de curas y sanarla colectivamente. Michel de Certeau, un jesuita francés, muy estimado por el Papa, habla de una ‘ruptura innovadora’ (rupture instauratrice) de vida nueva que nace de las ruinas. Podemos imaginar un grupo de viri probati (varones probados) que celebra en conjunto la Eucaristía”, sostiene. “La Iglesia los convoca y les encarga hacer comunitariamente lo que ninguno de ellos puede hacer solo. El vínculo con la comunidad y para la comunidad, al interior de una diócesis y parroquia, puede hacer de la Iglesia local una ‘comunidad de comunidades’”, complementa.

Paulo Suess nació en Alemania. Es doctor en Teología Fundamental con un trabajo sobre Catolicismo popular en Brasil. En 1987 fundó el curso de Posgrado en Misiología, en la Pontificia Facultad Nuestra Señora de la Asunción, en São Paulo, donde fue coordinador hasta fines de 2001. Recebió el título de Doctor honoris causa de las Universidades de Bamberg (Alemania, 1993) y Frankfurt (2004). Es asesor teológico del Consejo Indigenista Misionero –CIMI- y profesor en el ciclo de Posgrado en Misiología, en el Instituto Teológico de São Paulo – ITESP.-. Entre sus publicaciones, citamos Diccionario de Aparecida. 40 palavras-clave para una lectura pastoral del Documento de Aparecida (São Paulo: Paulus, 2007).

Concede la entrevista.

IHU On-Line - ¿Cómo fue la visita al Papa Francisco? ¿Cuáles son sus impresiones acerca de ese encuentro?

Paulo Suess - La visita fue el día 4 de abril, a pedido de D. Erwin Kräutler que, además de ser obispo de Altamira, también es Secretario de la Comisión para Amazônia, de la CNBB, y presidente del Consejo Indigenista Misionero – CIMI. Yo era solo un acompañante en el evento: una especie de papagayo de pirata. Para el ceremonial del Vaticano, esa distinción entre el titular de la audiencia y su acompañante era importante, a pesar de las tentativas de D. Erwin por dar un upgrade (relevancia) verbal de status al asesor teológico del CIMI. Al abrirse la puerta del Palacio Apostólico, yo ya sabía que estaría pocos segundos, quizá minutos, cara a cara con el Papa Francisco. Formalmente ocurrió todo según lo previsto en el protocolo y con la cronometría del sistema fordista (trabajo en serie): el Papa saluda al obispo, el obispo presenta al asesor, el Papa saluda al asesor, el asesor entrega un librito (“Diccionario de Aparecida”, en castellano) y un documento sobre la situación del 70% de comunidades sin Eucaristía dominical al interior de este país-continente, rápidamente comentados por el Papa. Todo acompañado por un frenético fotoshooting de profesionales que a la tarde venderán sus productos en un fotoshop, 8 euros por foto.

Agraciado con un rosario por el Papa (todavía tengo uno de Juan Pablo II); fui acompañado al portal por donde entré. Después de 15 minutos, se abrió el portal nuevamente, D. Erwin salió, y un grupo de obispos de  Mozambique entró. Al volver a Casa Santa Martha, donde nos hospedamos por dos días, comentamos la atención dispensada por el Papa Francisco y la exactitud fordista del ritual. Misión cumplida. Nuestras causas en la mesa del Papa. Nuestro corazón ardiente, en la “Alegría del Evangelio” (Evangelii gaudium).

IHU On-Line - ¿Cuáles fueron los asuntos centrales que trataron?
Paulo Suess - D. Erwin, presidente del CIMI por muchos mandatos, trató, obviamente, de la cuestión indígena, la omisión del gobierno en la demarcación de las tierras, los casos de violación de los derechos elementales conquistados por los pueblos indígenas y la situación, particularmente delicada, de los 90 grupos de pueblos indígenas que viven en situación de aislamiento, huyendo del contacto con la sociedad nacional (cf. sítio del CIMI). Como secretario de la Comisión para la Amazônia y con su experiencia de 40 años vividos en XinguD. Erwin es un testigo cualificad para hablar sobre la amenaza de vida que el modelo de desarrollo autoritario, con sus hidroeléctricas Belo Monte!), mineras y madereras, significa para la población local.

Yo le entregué un texto de dos páginas “Carencia Eucarística – Altares sin Celebrantes” y mi “Diccionario de Aparecida” (en castellano), que en la palabra “Eucaristía” recuerda la “Vª Conferencia de Aparecida”, de la cual el Papa, todavía obispo de Buenos Aires, participó, particularmente en la redacción del documento final: “Sin una participación activa en la celebración eucarística dominical y en las fiestas de precepto, no existirá un discípulo misionero maduro” (DAp 252).

IHU On-Line - ¿Podría comentar más detalles sobre el texto que le entregó al Papa sobre las comunidades sin Eucaristía dominical?

Paulo Suess - Después de 50 años de cura, de los cuales pasé diez en la Amazônia, me preocupa la situación del 70% de nuestras comunidades privadas de la Eucaristía dominical. En documentos oficiales, la Iglesia registra esa injusticia, acumulando lamentos, sin “conversión pastoral”. 

Aparecida lamenta: “El número insuficiente de sacerdotes y su no equitativa distribución imposibilitan que muchísimas comunidades puedan participar regularmente en la celebración de la Eucaristía. Recordando que la Eucaristía  hace a la Iglesia, nos preocupa la situación de miles de esas comunidades privadas de la Eucaristía dominical por largos períodos de tiempo” (DAp 100e). En su “Carta del Primer Encuentro de la Iglesia Católica en la Amazônia legal”, del 2 de noviembre de 2013, también los obispos de la región lamentan: “Nos causa un profundo dolor ver a miles de nuestras comunidades excluidas de la Eucaristía dominical”. El Vaticano II, en el Decreto “Presbyterorum Ordinis”, es taxativo: “Ninguna comunidad cristiana se edifica sin tener su raíz y su centro en la celebración de la santísima Eucaristía, a partir de la cual, por tanto, debe comenzar toda la educación del espíritu comunitario” (PO 6).

La Iglesia es la responsable de esta situación. Ella debe hacer todo lo posible para que miles de comunidades, privadas del pan de cada día, no sean también privadas de la celebración del Sacramentum caritatis (SCa), de la celebración del amor, de la cruz y de la resurrección que vive cada día. El apóstol Pablo, misionero y fundador de muchas comunidades, nunca dejó una comunidad sin Eucaristía. Reclutó, de las propias comunidades, “presbíteros”, ancianos, con la incumbencia de celebrar la Eucaristía con la comunidad. Forma parte de la “ética pastoral” corregir esa evolución histórica que excluye a tantas comunidades de la Eucaristía dominical. Aunque no sea el motivo más fuerte para corregir ese malestar eclesial, la carencia sacramental es una invitación facilitadora para que francotiradores del campo religioso, con su palabra fundamentalista y sus promesas de prosperidad, invadan las comunidades católicas abandonadas.

La Iglesia, que es sacramento de vida, puede y debe asumir colectivamente esa carencia y sanarla colectivamente. Michel de Certeau, un jesuita francés, muy estimado por el Papa, habla de una “ruptura innovadora” (rupture instauratrice) de vida nueva que nace de las ruinas.

Podemos imaginar un grupo de viri probati que celebra en conjunto la Eucaristía. La Iglesia los convoca y les encarga hacer comunitariamente lo que ninguno de ellos puede hacer solo. El vínculo con la comunidad y para la comunidad, al interior de una diócesis y parroquia, puede hacer de la Iglesia local una “comunidad de comunidades”(DSD 58, DAp 99e, 309).

IHU On-Line - ¿Cómo fue la reacción del Papa?

Paulo Suess - Cuando hablé de las comunidades sin Eucaristía, el Papa respondió inmediatamente: “Yo les dije a los obispos en Río de Janeiro (JMJ). Ellos tienen que hacer propuestas audaces para que podamos enfrentar esa situación”. Me acordé del “Sínodo para América” (Roma, 1997), del cual participé como asesor teológico externo. En esa época, sentí de cerca que se desvirtuaba la idea del Sínodo, pensado y creado por Pablo VI para practicar la colegialidad y la subsidiariedad en la Iglesia. En los largos años del papado de Juan Pablo II, el  Sínodo se volvió un instrumento de confirmación de decisiones de la Curia Romana. Circuló, durante ese Sínodo de 1997, una lista de temas que los oradores tenían prohibido tocar, y si los tocaron, obviamente, su exposición no apareció en ninguna síntesis o documento final.

Con las palabras del Papa Francisco: “Los obispos tienen que hacer propuestas audaces”, entendí que en la Iglesia católica se acabó el tiempo de discursos y pensamientos prohibidos sobre materias pastoralmente relevantes. El  Papa Francisco nos está invitando a deconstruir con él el centralismo que hiere la colegialidad. Lo que el Papa les dijo a los obispos durante la Jornada Mundial de la Juventud - JMJ  - está en los discursos a los obispos brasileños y al Comité de Coordinación del CELAM. Todas las  Conferencias Episcopales Nacionales deberían dedicar días de estudio a esos textos preciosos: “Queridos Obispos, sacerdotes, religiosos y también ustedes, seminaristas, que se preparan para el ministerio, ¡tengan el coraje de ir contra la corriente!”.

De esta delegación de las propuestas de reformas a las regiones (¡principio de subsidiariedad!), en que se siente el dolor causado por la cristalización de estructuras caducas, emergen tres tareas: sentir nuevamente el dolor del pueblo de Dios, causad por estructuras rígidas y leyes complementarias distantes del Evangelio; reaprender el coraje pastoral por la escucha del pueblo; y hacer propuestas teológico-pastorales que puedan sustentar los cambios dentro de los límites de la “ruptura innovadora”, capaz, con todo, de romper con el continuismo de la autorreferencia que aisló a la Iglesia cada vez más.

Devemos também perguntar se questões fechadas pelo antecessor, como é o caso do sacerdócio da mulher, impossibilitam mudanças posteriores. Contra o “Roma locuta, causa finita”, caso exemplar da autorreferencialidade, deve-se ponderar que a salvação das “almas” é a lei suprema da Igreja.

IHU On-Line - En términos generales, ¿cuál ha sido la repercusión del papado de Francisco en Europa?
Paulo Suess - Con el Papa Francisco, América Latina “exportó” su versión más simpática, autónoma y emancipada del “bien vivir” a Roma y Europa. Digo eso para no idealizar al continente latinoamericano y a su Iglesia, como si ya hubiese superado toda forma de colonización y alienación. La Mafia existe no sólo en Sicilia. Ruiseñores y aves de rapiña se encuentran por todas partes. Con todo, con el Papa del fin del mundo, la Iglesia de América Latina, hasta ahora tratada con muchas sospechas, llegó a Roma con la posibilidad de mostrar los avances de una Iglesia testimonial con autoridad para proponer una pastoral a partir de las periferias. En el acierto de la elección de Jorge Mario Bergoglio hay factores geográficos, personales y providenciales. Después de una época de prohibiciones y olvidos, el  Papa Francisco representa el eslabón perdido entre el Vaticano II y la Iglesia contemporánea.

Francisco es un productor de signos intercontinentales que garantizan su liderazgo mundial y que explicitan sus opciones pastorales para el pueblo de Dios y el mundo, sin tener necesidad de recurrir al populismo o a la propaganda engañosa.

IHU On-Line - ¿Em qué temáticas específicamente considera que Francisco esté innovando y proponiendo nuevos rumbos a la Iglesia?

Paulo Suess - El recurso del Papa Francisco al Vaticano II, su capacidad de discernir entre lo esencial del Evangelio y las cargas eclesiales, su carisma de  comunicarse de una manera directa y sencilla con el pueblo y su mirada atenta a las periferias humanas crearon nuevas perspectivas de referencialidad eclesial.

Este papa vive la teología del pueblo de Dios co gran libertad (después de su elección, en la primera aparición pide la bendición del pueblo reunido en la Plaza San Pedro); incentiva la colegialidad (G8 de los cardenales, ida de la  Curia Romana, en ómnibus, a la casa de retiro); practica la pastoral del encuentro (bajó de los aposentos del Palacio Apostólico para vivir en la Casa Santa Martha); opta por una Iglesia pobre en medio de los pobres (opción por carros sencillos, viaje a  Lampedusa, medidas disciplinares contra obispos por ostentación de confort personal); enfatiza el método inductivo (cuestionario dirigido a las familias y comunidades para la preparación del Sínodo sobre la familia).

Para muchos funcionarios curiales y también para parte del episcopado mundial, el fenómeno Bergoglio es una “locura”. El que sale después de muchos años del calabozo necesita un buen tiempo para ver de nuevo la luz del día.
El día 6 de abril, asistí, con un grupo de brasileños con un cartel de la Campaña de la Fraternidade, al Angelus, en la Plaza San Pedro. Allá arriba, en la famosa ventana del Palacio Apostólico, que para Bergoglio es sólo un palco, no su habitación, el Papa-pastor y el pueblo en la Plaza se entienden. Pero los pisos intermedios están habitados por gente que hicieron carrera en ese edificio. Cuentan con la misericordia de Francisco, pero vacilan entre resistencia clandestina y adaptación.

IHU On-Line - ¿Cuál es su percepción sobre la recepción respecto del Sínodo Extraordinario para la Familia en Europa y en Brasil?
Paulo Suess - Creo que la recepción del  Sínodo acontece con cierto sincronismo  mundial. Las distintas “brigadas de pensamiento” atraviesan todas las geografías. Un sector de laicos y laicas comprometidos recibió los cuestionarios en la esperanza de que, finalmente, serán escuchados en Roma. Ya un párroco, en Alemania, me dirigió una pregunta retórica: “¿Será que ahora la verdad depende de encuestas de opinión?”. Por todas partes sentí cierta desconfianza de la base clerical o laical sobre los direccionamientos de esas propuestas. El miedo de que, nuevamente, se trate de una escucha simulada, para el cesto de basura, el grande. Conozco a un párroco brasileño que mandó registrar el sobre con las respuestas en la Nunciatura, temiendo que el obispo no las enviase correctamente. Con todo, considero un gran avance que el sínodo se aboque, en un primer momento, a aquello que el pueblo de Dios vive y pide.

Al mismo tiempo, el  Papa Francisco llamó al cardenal Walter Kasper, que durante el Consistorio Extraordinario, los días 20 y 21 de febrero de 2014, en Roma, habló sobre “El Evangelio de la Familia”. Nuevamente  se trata del método inductivo: el Papa pide que el pueblo opine sobre el tema del Sínodo: “Desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” y, concomitantemente, procura con los cardenales esclarecer las márgenes de la “ruptura innovadora”. Está desencadenado un proceso sinodal. El Consistorio Extraordinario está integrado en el Sínodo Extraordinario en que se encontrarán realidad pastoral y doctrina eclesial. Sólo un año después, por lo tanto en 2015, va a acontecer el Sínodo para tomar decisiones. El Papa Francisco muestra de una manera ejemplar lo que significa “comunión y participación” (Puebla, 1979), articulando colegialidad y pueblo de Dios, jerarquía de las verdades y pastoral, tradición y conversión pastoral.

IHU On-Line - ¿Cómo evalúa usted las resistencias internas que el Papa Francisco encuentra y cuál es su estrategia para responder?

Paulo Suess - Con los nuevos vientos de la costa argentina en Roma, no sólo  parte de la Curia Romana, también obispos, curas y agentes pastorales, no preparados para este cambio de clima, de Iglesias locales, se van a pescar un tremendo resfriado. Poner al Banco del Vaticano en orden, moralizar al sector corrupto de la Curia Romana  y simplificar rituales heredados desde la era del Emperador Constantino — hasta aquí, todo bien. Pero desinstalar a la Iglesija toda a través de la exigencia de una misionalidad programática (ad gentes) y paradigmática (toda pastoral es misionera), ese supuesto y real retorno a la era postapostólica tiene para muchos rasgos de u fundamentalismo anacrónico y causa el medo de pérdida de seguridades.

Otro sector eclesial tiene miedo de que el Papa no logre asegurar los cambios, simbólicamente apuntadas por medio de una restruturación eclesiológico-pastoral con los cuatro ejes de una Iglesia: programáticamente y paradigmáticamente misionera; pobre, para los pobres en  medio de los pobres; pueblo de Deus en marcha con real igualdad entre hombres y mujeres; y descentralizada y participativa.

Hasta ahora, los nombramientos del Papa muestran un rumbo; evitan, sin embargo, el favorecimiento de un pensamiento único. No es sólo a misericordia, muy enfatizada por  Francisco, sino también la prudencia pastoral que hace que el Papa no excluya a ningún sector del conjunto de las funciones eclesiales. Él confía en su carisma de convencimiento por la autenticidad y, en último caso, en su poder de bajar el martillo. Francisco sabe que no puede ser autor, director, coreógrafo y actor en la misma obra. Sabe también que cada héroe necesita su villano. Si el villano es más fuerte que el héroe, la obra se hace tragedia. Durante una vida larga, Francisco adquirió gracia y astucia suficientes para controlar a los villanos que lo rodean. Para el resto, él pede a sus visitantes constantemente: “¡Recen por mí!”.


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