Tenebrosa Historia de la USAID CONTRA CUBA (Parte II)
El Plan Bush
El Plan Bush en 2004 brindó una especial prioridad al incremento de nuevos grupos mercenarios, a los que envió computadoras laptops, celulares, radios de onda corta, medios de comunicación vía satélite, equipos de fax, impresoras y otros medios técnicos de propaganda. En estrecha relación con esta ofensiva contrarrevolucionaria, los planes 2004 y 2006 del gobierno de George W Bush, apretaban aun más las clavijas del bloqueo económico y financiero, como lo harían más tarde con igual o mayor saña sus sucesores Barack Obama y Donald Trump.
Aquellas maniobras sediciosas formaban parte de un nuevo programa subversivo que se adentraba también en Latinoamérica. No debe sorprendernos el crecimiento entre 2000-2006 de proyectos de la USAID, que ascendieron a unos 2000 millones USD para Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
El imperio y sus aliados mercenarios en Venezuela promovieron un golpe de estado en abril de 2002. Esto se correspondía con la ofensiva restauradora de la derecha neoliberal que se proyectaba abiertamente por el imperialismo en América Latina.
Sus servicios de inteligencia reaccionaron con prontitud a esta estrategia creando en agosto 2006 una "Mission Manager" para Cuba y Venezuela, como parte de los seis temas y países de máxima prioridad de la comunidad de inteligencia norteamericana para "integrar y analizar toda la información sobre Cuba y Venezuela obtenida por la Comunidad de Inteligencia, identificar y cubrir las dudas sobre inteligencia, y asegurarse de implementar estrategias, entre otras funciones […] los formuladores de política están cada vez más concentrados en los retos que representan Cuba y Venezuela para la política exterior americana.
Actualmente, los gobernantes estadounidenses no hacen mención a tan poderoso dispositivo operacional contra Cuba y Venezuela, pero la intensidad de su política de hostilidad contra estas dos naciones revela que son sometidas al más riguroso accionar de la CIA y demás agencias de espionaje, en la búsqueda de nuevas variantes agresivas.
En cuanto a Cuba, cualquier información les resulta útil; ya sean negociaciones de suministros de petróleo, transporte marítimo, nuevos contratos o acciones económicas o financieras con el extranjero que puedan ser saboteadas.
Promover una «Primavera cubana»
Una creciente asignación de 316 proyectos del Programa Cuba entre los años 2007 y 2013 alcanzó la cifra de 120,639,795 USD. Estados Unidos habló por primera vez de promover una "Primavera Cubana", al estilo de los sucesos que tenían lugar en el Medio Oriente.
Sucesivas operaciones encubiertas contra Cuba en el área de las telecomunicaciones saldrían a la luz pública en esos años, dando lugar a escándalos internacionales.
El estadounidense Allan Gross, sub-contratista de la USAID, arribó a Cuba en marzo de 2009, e introdujo ilegalmente medios de telecomunicaciones para crear y entrenar redes internas independientes y promover acciones desestabilizadoras, que permitieran difundir una imagen de caos social y político en el país, lo que quedó demostrado ante los tribunales cubanos.
En esta misma línea de acción fue denunciado públicamente poco después por las autoridades cubanas el nuevo proyecto subversivo "ZunZuneo", subvencionado también con la USAID con similar expectativa futura de provocar internamente una «Primavera cubana».
Con el tiempo conocimos que el proyecto "ZunZuneo" o "ZZ" fue diseñado especialmente para Cuba, con participación directa de varias ONGs extranjeras. Su objetivo era establecer, sin ser detectada, lo que llamaron una "plataforma de comunicación horizontal" entre grupos de usuarios de celulares en Cuba, capaz de movilizarlos en una coyuntura apropiada, aprovechando su ingenuidad política, a favor de los intereses subversivos de EEUU. La operación de la USAID se desarrolló bajo un estricto protocolo de seguridad tecnológica para lograr lo que denominaron "mantenerse por debajo del radar" con el fin de evadir los controles de la empresa CUBACEL.
Tras el fracaso de "ZunZuneo", la Radio y TV Martí anunciaron en 2013 la operación «Piramideo». El propósito era también crear una red social de «amigos», mediante la manipulación y la mentira, con fondos secretos provenientes de la USAID y estructurar una nueva plataforma subversiva de mensajería contra Cuba. Al año siguiente se pondría al descubierto el programa "Commotion", pagado también por el gobierno de Estados Unidos, que proyectaba establecer ilegalmente una amplia conexión inalámbrica WIFI dentro de Cuba, con iguales fines subversivos.
El 10 de julio de 2013, la USAID mostró un programa subversivo de seis millones de dólares contra Cuba al usar por error una línea desprotegida para enviar documentos a diplomáticos norteamericanos en La Habana. Los materiales detallan que dicha entidad lanzó su iniciativa SOL-OAA-13-000110 y al menos 20 organizaciones no gubernamentales solicitaron los fondos para entrenar a presuntos "disidentes" en Cuba.
El plan incluía propuestas de presupuesto, formas de observar y evaluar el progreso, organigramas y experiencia de otros proyectos desestabilizadores diseñados para Cuba bajo la Ley Helms-Burton de 1996.
La iniciativa tenía como objetivo brindar oportunidades a los llamados opositores para que viajen al exterior, aprendan habilidades técnicas y se adiestren en una "serie de campos considerados importantes para el desarrollo de la democracia y la sociedad civil", en abierta subversión del orden político.
Estas millonarias operaciones de un poderoso basamento tecnológico, perseguían incidir sobre miles de jóvenes a través de una atracción gradual cercana a sus intereses, crear la simiente de pequeños grupos organizados y contribuir en lo posible a su influencia y futura manipulación.
El peligroso programa de la USAID sigue vigente
El peligro del Programa Cuba de la USAID se cierne actualmente sobre nuestra nación. Ideólogos norteamericanos, como Thomas Carothers, ha declarado que el impacto político de los programas de la USAID dirigidos a nuestro país es a largo plazo, pues están diseñados para «sembrar en Cuba los fundamentos de una transición y no pueden medirse en fase de «implementación» […] muchos de los resultados importantes de los programas de Democracia son psicológicos, morales, subjetivos, indirectos y retardados en el tiempo […]».
Entre 1997 y 2018, el Programa Cuba de la USAID aprobó unos 900 proyectos y actividades de un amplio carácter subversivo y contrarrevolucionario. Solo en estos últimos cinco años la cantidad de programas ascendió a más de 500, lo que evidencia un crecimiento exponencial, resultado de la enorme ofensiva subversiva a que es sometido nuestro país.
La prioridad principal continuó siendo el abastecimiento de la llamada «prensa independiente», incluidos sus medios de colaboración y difusión en el extranjero. Los programas impulsaron eventos o talleres dentro o fuera del país para el entrenamiento y la capacitación de reporteros y miembros de grupúsculos mercenarios; financiar boletines informativos o la entrega de medios técnicos digitales; ampliar el contacto de estos grupos con la red, facilitar el uso del correo electrónico y brindar apoyo logístico a la programación radial enemiga contra Cuba desde la Florida.
El peligro de una baja percepción de riesgo
Algunas personas son escépticas ante la peligrosidad potencial de estos programas encubiertos. Algunos "emisarios" extranjeros que visitaron el país en estos trajines sediciosos con el disfraz de ONGs humanitarias y asignaciones "enmascaradas" de la USAID, expresaron haber ingresado como falsos turistas, convirtiéndose en un barrio o dentro de un grupo de jóvenes estudiantes o artistas, en una especie de misionero de nuevo tipo, fingiendo una acción humanitaria, como las que realizan dentro de Cuba otras personas y ONGs honestas y de una definida conducta humanitaria.
Existen algunos antecedentes de ofrecimientos realizados por emisarios pagados por la USAID a vecinos en un barrio para financiar privadamente proyectos independientes de rehabilitación de viviendas en muy mal estado, creación de bibliotecas y salas de video, ayuda económica para cuentapropistas, entrega de computadores y celulares, propuesta de becas en el exterior o la organización de talleres de jóvenes en temas humanitarios tan diversos como el SIDA, la orientación sexual, el género, los derechos humanos, por citar algunos ejemplos.
Los nuevos desafíos
Los programas subversivos de la USAID y la NED contra Cuba no cesaron en el último año fiscal 2018 – 2019. Según sus documentos oficiales se calculan en más de 70 proyectos contrarrevolucionarios promovidos dentro y fuera del país con una asignación superior a los 14 millones USD.
En el 2019, la USAID anunció su programa denominado "Apoyo a los derechos humanos de los trabajadores médicos cubanos", que se relaciona con una nueva patraña dirigida contra los cooperantes internacionalistas cubanos. El llamamiento de la USAID a otras ONGs o personas para "investigar, recopilar y analizar sistemáticamente información" sobre supuestas violaciones de los derechos humanos, se refiere no solo a los trabajadores de la salud, sino a todo el personal cubano "exportado al extranjero". Podría entenderse que incluye también a maestros, instructores de deportes y cualquier otro cooperante. La información a que aspiran recopilar de sus espías e informantes incluye también "los efectos de estas prácticas en la isla", por lo que su carga contrarrevolucionaria pretende incidir también internamente sobre estos sectores.
En la continuidad de su política de subversión en contra de Cuba, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) entregó a la organización Directorio Democrático Cubano, que dirige el terrorista cubano Orlando Gutiérrez-Boronat, un total de 97 mil 321 dólares para financiar un programa llamado "La verdad sobre la explotación en el turismo cubano". La organización es una de las tantas con base en la Florida y otros lugares de EE.UU. que integran la llamada "industria anticastrista", que pretende el derrocamiento de la Revolución cubana con el soporte y apoyo de instituciones oficiales del gobierno norteamericano, y cuyos integrantes como vulgares mercenarios se han enriquecido con el dinero que le entregan las administraciones de la Casa Blanca.
Gutiérrez-Boronat expresó el pasado 4 de diciembre su apoyo a una invasión armada a Cuba para derrocar al gobierno socialista, si los soldados cubanos usan fuerza letal contra los cubanos que se oponen al gobierno. "Si hay una represión mortal, el uso de la fuerza militar para reprimir al pueblo de Cuba, es legítimo y pedimos una intervención internacional liderada por Estados Unidos para derrocar ese régimen y acabar con él", declaró el connotado terrorista, también coordinador de una llamada Asamblea de la Resistencia Cubana, según refieren variadas fuentes.
El Directorio Democrático Cubano ha recibido al menos seis millones 970 mil 939 dólares de manos de la USAID y el Departamento de Estado en el período del 2006 al 2019, con el único fin de agredir a la Revolución cubana, de acuerdo con el recuento año a año de los informes públicos que tiene que ofrecer esa agencia por las propias leyes norteamericanas. "El proceder del DDC reúne todas las características de grupos similares concebidos por entidades especializadas norteamericanas dedicadas a la subversión, y a los distintos tipos de propaganda, que en sus matices se orientan a la desestabilización de gobiernos que no son afines a los intereses de Estados Unidos. "Su limitada membresía, su carácter elitista, el hecho de que la parte ejecutiva sólo la desarrolle su núcleo directivo, por los ilimitados recursos disponibles que son canalizados por entidades gubernamentales de Estados Unidos, por la forma profesional de actuar, la selección de los países y situaciones donde influir, el desarrollar sus misiones fuera del territorio norteamericano, y los antecedentes de sus principales directivos, conforman un perfil que califica para constituir una entidad ejecutiva de los servicios estadounidenses de espionaje".,
Entre las acciones subversivas más recientes de la USAID contra Cuba se incluyen las incitaciones a la violencia, las provocaciones frente al Ministerio de Cultura (Mincult) para buscar confrontaciones, y las acciones de diferentes plataformas comunicativas, que según revelaron medios del país, han sido alentadas y patrocinadas desde territorio estadounidense.
Muestra de ello es la cobertura realizada por Nelson Julio Álvarez para el sitio ADN Cuba sobre los sucesos del 27 de enero en el Mincult, por la cual recibió entre 150 y 200 dólares, de acuerdo con un video del propio Álvarez publicado en el grupo de Facebook Telescopio Cubano.
El sitio Cuba Money Project, del periodista estadounidense Tracey Eaton, afirma que solo en 2020 agencias como la USAID dedicaron alrededor de 2,5 millones de dólares a las actividades subversivas. El dato corresponde a la información pública que manejan en sus portales digitales esas organizaciones norteamericanas, pero es considerada una cifra parcial, debido a que hay muchos programas secretos sobre los cuales no se conocen los destinatarios de los fondos.
Añade que desde que Donald Trump asumió la presidencia en 2017, al menos 54 grupos operaron contra Cuba programas con dinero proveniente de la Usaid o de la NED.
La combinación de estas acciones con las presiones económicas generadas por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, y con el establecimiento de otras medidas coercitivas unilaterales contra Cuba, fue la apuesta de esa administración para destruir el sistema social de nuestro país.
Resumiendo lo expuesto, la USAID, pregona de ser el instrumento que a lo largo de los años ha ayudado a los países del mundo a desarrollarse económicamente y a resolver problemas humanitarios. En la práctica, es uno de los instrumentos de la Casa Blanca que utiliza los servicios de inteligencia para obtener información sobre países de la región e influir en su política interna y externa.
Se trata de un instrumento de la política exterior imperial, surgido a raíz del Triunfo de la Revolución Cubana, basada en la ideología desarrollista de W. Rostow (Stages of Economic Growth), y ha pretendido impedir una repetición de la Revolución Cubana en América Latina y el Tercer Mundo en general.
En síntesis, no parece exagerado coincidir con quienes han denominado a USAID como ¡la agencia estadounidense para la subversión terrorista en el planeta!.
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