Sinodalidad, diálogo, Palabra, discernimiento, comunicación y memoria, claves del Congreso Brasileño de Teología Pastoral

Luis Miguel Modino Brasil, Pastoral, Teología

Bogotá, D. C., 7 de mayo de 2021

Prensa Celam. El I Congreso Brasileño de Teología Pastoral, que a lo largo de cuatro días reflexionó sobre el tema "Discernir la pastoral en tiempos de crisis: realidades, desafíos y tareas" a través de conferencias, seminarios, paneles y comunicaciones, convocó a miles de personas de todos los rincones de Brasil, especialmente a estudiantes de muchas facultades de teología.

Horizontes Pastorales del Congreso

En la Conferencia de Clausura, tres representantes del comité organizador hicieron un primer balance, analizando los Horizontes Pastorales del Congreso. El primero fue el profesor Edward Guimarães, reconociendo la complejidad de la tarea, más aún ante lo que definió como "el torbellino de provocaciones de cada conferencia, seminario, panel, comunicación, relato de la experiencia pastoral, preguntas y comentarios en los chats".

En esta perspectiva, destacó tres elementos: el primero "concretar el paso de una 'fe que es una idea' a una 'fe que se convierte en una relación'", afirmando, y para ello recordó las palabras de Mons. Leonardo Steiner, que "la fe cristiana que se presenta o configura como una idea se convierte a menudo en una fe ideologizada, fundamentalista y subjetivista". Frente a esto, insistió en que "nuestro Dios es una relación de amor cuyo proyecto salvífico universal se revela en la experiencia de la gratuidad". Esto exige "diálogo, testimonio de justicia, opción por los pobres y por las periferias sociales y existenciales, cuidado y defensa de la vida humana y de la casa común", afirmó el profesor.

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Un segundo elemento destacado, "es a nivel de discernimiento de los signos de los tiempos", y junto a ello, "la creación de nuevos mecanismos y la resignificación de los ya existentes", destacando la importancia de la sinodalidad, que puede concretarse en la "creación de una Asamblea, más aún, de una Conferencia Eclesial de la Iglesia de Brasil". Una sinodalidad que ayude a superar las prácticas clericalistas y a hacer realidad una Iglesia ministerial. Un tercer elemento se situó en el reto de "pensar nuevos caminos para la Iglesia en la ciudad", apostando por "recuperar el sentido de la Iglesia como sacramento del Reino y de la vida cristiana como comunidad de fe compartida y vida fraterna".

Retos a ser enfrentados

Entre los retos, el teólogo destacó "promover la necesaria solidaridad de emergencia ante la grave crisis" provocada por el Covid-19. En esta perspectiva, "es urgente concretar una Iglesia proféticamente samaritana, capaz de ponerse enteramente al servicio de la vida", afirmando que "la crisis de la pandemia ha puesto de manifiesto que no hay evangelización impulsada por el dinamismo del Reino sin la opción de ponerse del lado de los más débiles, de los más pobres". Junto a ello, subrayó el reto de "estar con y en defensa de los pueblos originarios, que hoy se encuentran entre las mayores víctimas" como consecuencia de la violencia ejercida contra ellos y la pérdida de sus derechos tan duramente conquistados. Por ello, "es urgente concretar una Iglesia proféticamente en salida y en defensa de los derechos de los pueblos originarios".

Un tercer reto, según el profesor, es "una Iglesia que entienda que cerrar la puerta de los templos no significa cerrar la Iglesia, una Iglesia que alimente y sostenga obstinadamente la llama a la esperanza". En este punto, Edward Guimarães destacó la importancia de la Iglesia, inspirada por el Papa Francisco, que convoca con toda la humanidad "un pacto de emergencia para la educación global, una nueva economía, una economía que no mate, una economía que no se maneje por la lógica del lucro". Habló de "una Iglesia capaz de salir de sí misma, de no ser autorreferencial y de dar la mano".

Importancia de la Palabra

Lucimara Trevizan destacó en primer lugar la animación bíblica de la vida y de la pastoral, afirmando la Palabra como "alma de la acción pastoral y evangelizadora". Según ella "la Palabra es lo que anima toda la acción pastoral", definiéndola como una savia, la fuerza viva, el aliento de vida que viene de Dios. Lucimara insistió en que "la Palabra debe ser la savia que alimenta desde dentro toda la vida personal y eclesial", algo que se hace visible en "servicios, organizaciones y estructuras". Por ello, es necesario "hacer de la Palabra de Dios el alma de todo lo que somos y hacemos", escuchar y dejarse generar por la Palabra, destacando un elemento que impregnó varios momentos del Congreso, la Pastoral como escucha.

Iniciación a la Vida Cristiana

Un segundo elemento, especialmente destacado por Lucimara Trevizan, fue la Iniciación a la Vida Cristiana, definida como "un itinerario para ser y vivir como cristiano", como algo que no contempla sólo la catequesis, sino que se considera como una realidad mucho más amplia que la preparación para los sacramentos. Lucimara recordó las palabras del Padre Taborda, SJ, que decía que "iniciar es encantar al iniciado por la persona de Jesús, porque seguir a Jesús es abrirse a su misterio en una relación de amor. Y el amor se produce en un doble movimiento: recibir y dar". La iniciación expresa la gratuidad de la fe, es algo que "no es un mero conocimiento, la suma de conocimientos intelectuales, sino la aceptación de un mensaje que es inseparable de una determinada experiencia y práctica en la que hay que introducirse".

Comunicación

La comunicación y sus desafíos fue un tercer elemento destacado en la perspectiva de Lucimara Trevizan, haciendo referencia al seminario "La Iglesia y los desafíos de la comunicación", donde se destacó que no se debe confundir comunicación con información. La comunicación requiere una cultura del encuentro e implica una Iglesia en salida. La comunicación presupone también la planificación, y la constatación de la necesidad de una diversidad de lenguajes y contenidos, insistiendo en que es necesario comunicar con un lenguaje comprensible, ser profundo y sencillo, un lenguaje que comunique la vida, que es el lenguaje del Amor. Junto a esto, Lucimara Trevizan enfatizó que la comunicación necesita liberar, desde las periferias, para ser una comunicación profética, en red y que genere esperanza, una comunicación alineada a lo que la Iglesia comunica, para resolver la desalineación que existe entre los diferentes medios católicos.

Teología al servicio de la Iglesia y para evangelizar

Un tercer análisis fue realizado por Geraldo de Mori, SJ, que hizo su análisis partiendo de las ideas de un libro de Bruno Forte, "Teología como compañía, memoria y profecía". El miembro del comité organizador dijo que ve la teología como "una compañía en la vida con los hombres y mujeres de nuestro tiempo, con sus preguntas, esperanzas, conquistas, sufrimientos y dudas". Destacó, recordando las palabras de Agenor Brighenti en la conferencia inaugural, que "la teología es un servicio a la Iglesia y la Iglesia existe para evangelizar". Por lo tanto, debe "ser una teología pastoral". Más que la academia, su lugar "son los espacios, los procesos eclesiales".

Partiendo del tema del Congreso, el jesuita hizo una lectura de la realidad actual y de las raíces de las crisis presentes hoy en día. Junto a esto, recordó el concepto de "cambio de época", señalado por Mons. Leonardo Steiner, que tiene como origen el "pensamiento calculador". El Congreso también mostró muchas facetas de la presencia eclesial en el momento actual, con pistas señaladas y experiencias compartidas que ya apuntan a salidas de la crisis en la que estamos inmersos. En este sentido, el P. De Mori pide que se preste más atención en el futuro a algunos de los temas tratados, como los nuevos ministerios y la mujer, la pentecostalidad y la mística, la sinodalidad.

Nuevas lógicas en la Teología Pastoral

En su análisis reflexionó sobre la lógica del "desborde" y de la "salida", de la acogida de la lógica de Dios, que es la del "exceso", la del "mucho más" de la gracia, que nos hace entrar en la dinámica del Reino, elementos presentes en las reflexiones sobre la ministerialidad. También mostró la gran diversidad presente en el panorama eclesial brasileño, algo que se refleja al abordar la cuestión del pentecostalismo y la mística, un fenómeno presente en las periferias, entre personas que no han encontrado en la pastoral de la Iglesia una respuesta a sus anhelos. De Mori también habló de la sinodalidad, una dinámica por descubrir en la Iglesia, diciendo que "la experiencia de la Iglesia de la Amazonía puede enseñarnos mucho hoy". Todo ello en una Iglesia y una sociedad "fragmentada y pluralista, que tiende a crear 'burbujas', a construir 'muros' de todo tipo, haciendo del otro un enemigo".

La teología como memoria ha sido una reflexión presente en el Congreso, recordando la tradición bíblica y el Vaticano II. En este sentido, la recepción del Concilio en Brasil ha sido un tema de reflexión, así como las nuevas sensibilidades que han surgido. Según el jesuita, "algunos grupos, marcados por las inseguridades del mundo plural y fragmentado en el que vivimos, y muy articulados con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, recurren a modelos aparentemente más seguros del acto de hacer memoria", retomando ritos y doctrinas anteriores al Concilio Vaticano II, colocándose en contra del Papa Francisco y la CNBB. Frente a estos grupos, el padre De Mori ve necesario aprender de la actitud del Papa Francisco, "no promueve ni alimenta el deseo de ruptura, sino que trata por todos los medios de mantener abierto el diálogo".

Una pastoral desde la profecía

Finalmente, el profesor de la Facultad Jesuita de Belo Horizonte recogió los elementos reflexionados en torno a la profecía, desde una perspectiva bíblica y de la teología latinoamericana. En el caso de Brasil, esta dimensión profética estuvo presente durante el régimen de excepción, donde la Iglesia se convirtió entonces, como se dijo, en "voz de los sin voz", según el jesuita, lo que le dio credibilidad, pero también la llevó a ser perseguida. El Congreso ha sido un momento para presentar caminos de profecía hoy, que encarnen la opción preferencial por los pobres, una realidad también presente en el medio juvenil, marcado por un enorme pluralismo.

Recordemos las palabras del presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), en la apertura del Congreso, donde dijo que "necesitamos reflexiones lúcidas, indicaciones asertivas, respuestas configuradoras para el camino misionero de nuestra Iglesia". El Congreso, por la reacción de los participantes, expresada en los comentarios realizados en los diferentes eventos virtuales, ha ayudado en este sentido, mostrando "la importancia del cristianismo para un mundo que necesita recomponerse y para una sociedad brasileña que necesita una reconstrucción ante tantos desmantelamientos en el mundo de la política, de la economía, con la gravísima crisis sanitaria de Covid-19 y tantos otros desmoronamientos", como destacó Mons. Walmor Oliveira de Azevedo en el primer día. El desarrollo del Congreso ha logrado lo que él pedía, que "nuestros corazones se abran al diálogo, que es la tarea de la teología pastoral".

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