viernes, 1 de julio de 2011

Creo en las CEBS (Parte 1)

Creo en las CEBS (I)
P. Celestino Sainz, cmf - Jueves 25 de Febrero del 2010
"Las CEBs me enseñaron a ser obispo"

En 1997 celebrando los 25 años de las CEBs y de mi ordenación sacerdotal me atreví afirmar en esa asamblea de más de 300 personas que las CEBs me habían hecho misionero sacerdote. Aunque uno exprese lo que siente, le queda la duda de ser un tanto exagerado, de haberse pasado un pelín. Parece que no me extralimité, porque diez años más tarde, conmemorando el 35 aniversario de las CEBs, Mons. Carlos Mª Ariz cmf en la eucaristía oficiada en la catedral de Colón dijo con todo aplomo y sinceridad: “las comunidades eclesiales de base me enseñaron a ser obispo”. Los presentes nos quedamos boquiabiertos. Sabíamos del cariño y la comunión existente entre las CEBs y el “hermano obispo”, pero desconocíamos esa hermandad y maternidad ministerial.

Un modelo de iglesia latinoamericano reconocido universalmente

Desde Medellín (1968) a Aparecida (2007), pasando por Puebla y Santo Domingo, se ha mantenido en todos los documentos del episcopado latinoamericano este modelo de Iglesia inserto entre los pobres y sencillos. De los obispos de Panamá citamos nada más una resolución de 1983: “Optamos por la promoción de las CEBs para que dentro de las parroquias, y de la diócesis, integren la estructura básica de la Iglesia en Panamá, comunidad de comunidades”. De América Latina traemos una frase del cardenal de Brasil Mons. Aloisus Lorscheider: “Las Cebs son la mejor manera de de vivir el evangelio”. Y terminamos con una intuición del cardenal Kim: “Las Cebs son la única alternativa para el futuro de la misión en Corea”. También acreditan esta manera de ser y sentirse iglesia los documentos papales: E. nuntiandi nº58, Redentoris missio nº51 y C. laici nº26. No conozco otro modelo de Iglesia, no digo movimiento, propuesto tan ampliamente como las CEBs.

Una zona misionera dura y bella

He tenido el privilegio de nacer y crecer con las CEBs en el Vicariato apostólico de Darién, república de Panamá. Este comprendía, en aquellos tiempos de 1972, la provincia de Darién, la intendencia de San Blas y Colón. Dentro de esta última provincia, además de la capital, había tres grandes zonas: la Costa Arriba, la Costa Abajo-Lago y la Transistmica. La mayor parte de mi vida la pasé entre las CEBs de los 115 pueblos de la zona Costa Abajo-Lago. Las giras misioneras permanentes y prolongadas a través de los ríos, el mar, la selva y el lago eran sumamente arriesgadas y fatigosas, no aptas para timoratos ni endebles. Sé que significa pasar hambre, agotamiento y mal dormir en tablas encorvadas. Las Cebs nacieron en la pobreza e inseguridad de la gente y de los misioneros. En contraste, se podía contemplar la belleza de los crepúsculos y amaneceres sobre la jungla o el Caribe; son de tal calibre que, al recordarlos, quedo tan embelesado como entonces. Sin duda, una tierra dura y linda.

Con arroz pincho y mochila al hombro

Cuando me preguntan cómo nacieron las CEBs en la Costa Abajo-Lago, suelo decir: “con arroz pincho y mochila al hombro”. Es decir, compartiendo con los cholos y playeros un arroz seco, sin aceite y sin condimento; aceptando su vida, el mejor de sus bienes; y, a la vez, caminando muchas horas con la mochila al hombro, por caminos de barro y lomas y bajo soles tropicales o aguaceros interminables. Fue posible el surgimiento de esta experiencia de fe profunda, comprometida y comunitaria internándose en lo profundo de la montaña y en lo hondo de las personas. Una historia de salvación que fue cuajando lenta y constantemente. Las Cebs se forjaron en una itenerancia geográfica, humana y teológica. Cuánto páramo y peligro para llegar a los seminarios de formación en los distintos centros donde se impartían los seminarios. Mujeres con niños desplazándose durante un día y más. Un proyecto del reino que se hizo marginalidad, periferia y osadía.

María y los rasgos que dan carácter a las CEBs

En nuestra experiencia de 38 años laborando apostólicamente con las CEBs, manera singular de vivir la eclesialidad entre los laicos y sencillos, resaltaría los 10 rasgos más vividos. Sacramento y vida, Biblia y realidad, Fe y liberación, espiritualidad y compromiso, María y mujer-pueblo, evangelio y cultura, religiosidad popular y acompañamiento, ministerios y organización, universal y particular, clerical y laical. Es un conjunto de rasgos vivenciados desde el anuncio, la celebración, el servicio a los pobres y la comunión. Y cada uno de ellos conlleva todo un programa de aplicación pastoral. Es digno de resaltar, como claretianos y cordimarianos, la dimensión mariana de las CEBs. Más que un simple rasgo, es todo un paradigma, un horizonte azul impregnado de magníficas maternales. La acogida, el afecto y la ternura de nuestras CEBs dimanan de esa presencia familiar de María.

La Iglesia grande dentro de una Iglesia pequeña

Mi identidad y pertenencia cristiana y eclesial se han alimentado y desarrollado dentro de la experiencia de fe celebrada y compartida en las CEBs. No dudo de la presencia de la iglesia pequeña en la Iglesia grande, los que desde aquí miran lo podrán atestiguar, yo si puedo confirmar que la iglesia universal se vive desde las CEBs, porque son iglesia, la más pequeña estructura eclesial. El Papa, los documentos del magisterio latinoamericano, la presencia del obispo y el equipo misionero, somos parte de su oración, caminar y cuestionamientos. Como sacerdote mi tarea es la de santificar, formar evangelizadores, y animar y fortalecer en la debilidad, el resto es de la comunidad. Las catequesis de infancia, pre-co-y poscomunión, así como de confirmación y adultos las llevan los ministerios de la evangelización. La celebraciones de la palabra como la dominical, novenas, posadas, velorios etc.. son propias de delegados. Todo lo que es organización: de la mujer, jóvenes, pastoral social, salud, por la tierra, la cultura... es decir, todo lo que abarca la dimensión del servicio al prójimo y a la sociedad, lo ejercen distintos ministerios de las CEBs. La coordinación en sectores dentro de la zona misionera y la preparación para los sacramentos del bautismo y matrimonio son otras tantas tareas que la CEBs asume.

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