Iglesias por la paz asumen compromiso público por la justicia y la dignidad del país
Iglesias por la paz asumen compromiso público por la justicia y la dignidad del país.
Se reúnen con el Movimiento por la Paz y expresan solidaridad con las víctimas de la violencia. Saludan a la Caravana del Sur e invitan a participar activamente en ella.
Hacen firme denuncia a las causas estructurales de la inseguridad y llaman a vencer el temor y salir a las calles y espacios públicos con acciones de resistencia pacífica.
Hacen firme denuncia a las causas estructurales de la inseguridad y llaman a vencer el temor y salir a las calles y espacios públicos con acciones de resistencia pacífica.
El pasado 2 de septiembre, alrededor de 100 líderes religiosos e integrantes de más de 40 confesiones cristianas e instituciones de inspiración creyente se reunieron, en la iglesia de El Altillo, con miembros del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, para un diálogo abierto y ecuménico sobre los principales desafíos que el contexto de violencia e inseguridad hace a las iglesias y personas de fe, y sobre la urgencia de impulsar caminos no-violentos de resistencia civil, en un escenario nacional marcado por el dolor y el desastre nacional.
En franca solidaridad con las víctimas, las iglesias e instituciones presentes asumieron un compromiso público por abatir el miedo y la inseguridad que hoy imperan en el país, al reconocer en primer lugar que no han respondido con la suficiente fuerza a esta situación, toda vez que las personas y comunidades de fe son portadoras de un mensaje y una propuesta ética que mucho puede ayudar a sanar el tejido social herido por la violencia, la injusticia y la impunidad.
Con la participación de Araceli Magdalena Rodríguez (víctima), Emilio Álvarez Icaza, Pietro Ameglio y otros integrantes del Movimiento por la Paz, la mesa de diálogo Iglesias por la paz hizo un firme llamado de justicia a las autoridades gubernamentales y pidió a las jerarquías de sus iglesias no permanecer en el silencio ante la violencia e inseguridad que vive nuestro país.
Participaron integrantes de iglesias bautistas, presbiterianas, menonitas, anglicana; de diversas comunidades y congregaciones religiosas católicas, de las comunidades eclesiales de base; así como de diversos organismos de inspiración cristiana como Centro de Estudios Ecuménicos (convocantes del diálogo) Observatorio Eclesial, Comunidad Teológica de México, Grupo Ecuménico de México, Conferencia de Religiosas y Religiosos de México, Comunidad Ecuménica Magdala; entre otros.
Como gesto de solidaridad y testimonio cristiano, las y los presentes se comprometieron a emprender una serie de acciones conjuntas de resistencia civil pacífica desde la fe y a firmar un posicionamiento público que refleje este compromiso con la sociedad mexicana, mismo que a continuación presentamos (con las firmas recibidas hasta el momento, las que siguen llegando) y en el que están contenidos los principales frutos del diálogo del 2 de septiembre:
En franca solidaridad con las víctimas, las iglesias e instituciones presentes asumieron un compromiso público por abatir el miedo y la inseguridad que hoy imperan en el país, al reconocer en primer lugar que no han respondido con la suficiente fuerza a esta situación, toda vez que las personas y comunidades de fe son portadoras de un mensaje y una propuesta ética que mucho puede ayudar a sanar el tejido social herido por la violencia, la injusticia y la impunidad.
Con la participación de Araceli Magdalena Rodríguez (víctima), Emilio Álvarez Icaza, Pietro Ameglio y otros integrantes del Movimiento por la Paz, la mesa de diálogo Iglesias por la paz hizo un firme llamado de justicia a las autoridades gubernamentales y pidió a las jerarquías de sus iglesias no permanecer en el silencio ante la violencia e inseguridad que vive nuestro país.
Participaron integrantes de iglesias bautistas, presbiterianas, menonitas, anglicana; de diversas comunidades y congregaciones religiosas católicas, de las comunidades eclesiales de base; así como de diversos organismos de inspiración cristiana como Centro de Estudios Ecuménicos (convocantes del diálogo) Observatorio Eclesial, Comunidad Teológica de México, Grupo Ecuménico de México, Conferencia de Religiosas y Religiosos de México, Comunidad Ecuménica Magdala; entre otros.
Como gesto de solidaridad y testimonio cristiano, las y los presentes se comprometieron a emprender una serie de acciones conjuntas de resistencia civil pacífica desde la fe y a firmar un posicionamiento público que refleje este compromiso con la sociedad mexicana, mismo que a continuación presentamos (con las firmas recibidas hasta el momento, las que siguen llegando) y en el que están contenidos los principales frutos del diálogo del 2 de septiembre:
“No tengan miedo” (Mc 6,50)
Posicionamiento público de las iglesias por una paz con justicia y dignidad
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone sobre la mesa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” MATEO 5: 14 – 16.
La nación entera gime de dolor (Rm 8,22)
Hoy México vive uno de los momentos más dolorosos de su historia, momento histórico caracterizado por una violencia e inseguridad estructurales, cuyas raíces más profundas son sin duda la pobreza y la desigualdad generadas por un modelo económico y político que ha sumido a nuestra nación en una guerra absurda que ha cobrado la vida de más de 50 mil personas los últimos tres años.
Ante este momento histórico de dolor y de gran quebranto, integrantes de diversas iglesias cristianas y organizaciones de fe, reunidas en diálogo con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el pasado 2 de septiembre, queremos hacernos visibles como una expresión espiritual ecuménica emergente para denunciar con firmeza la injusticia hoy imperante y anunciar la Buena Noticia que traen los mensajeros de paz (Is 52,7).
Con un enérgico reclamo a las autoridades de los tres poderes de gobierno de nuestro país, denunciamos:
<! Que los graves problemas sociales que hoy vivimos no estén en vías de solución adecuada, por centrarse la estrategia de seguridad del gobierno federal en la militarización como único camino de combate al crimen organizado y careciendo de una visión integral, que considere la desigualdad y la pobreza y que vaya acorde a las dimensiones de la problemática.
< Que la clase política falta continuamente a su compromiso con la sociedad ante la indignante situación de desastre nacional, ya que legisla a su beneficio y mina cada vez más nuestras instituciones democráticas, en particular el sistema electoral.
<! Que la publicidad en los medios masivos de comunicación esté orientada a favorecer los intereses de un pequeño grupo de poder y pretenda desvirtuar y satanizar cualquier enfoque distinto al del gobierno en la lucha por la seguridad ciudadana.
<! Que se criminalice a las víctimas y a los defensores de derechos humanos, al desacreditar su labor y al no respetar su dolor.
<! Que todo lo anterior apunte a una clara intención de nuestras autoridades de entregar el territorio y la soberanía nacional, mediante la privatización y la militarización que ocasiona la creciente pérdida de libertades individuales y colectivas.
Ante este momento histórico de dolor y de gran quebranto, integrantes de diversas iglesias cristianas y organizaciones de fe, reunidas en diálogo con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el pasado 2 de septiembre, queremos hacernos visibles como una expresión espiritual ecuménica emergente para denunciar con firmeza la injusticia hoy imperante y anunciar la Buena Noticia que traen los mensajeros de paz (Is 52,7).
Con un enérgico reclamo a las autoridades de los tres poderes de gobierno de nuestro país, denunciamos:
<! Que los graves problemas sociales que hoy vivimos no estén en vías de solución adecuada, por centrarse la estrategia de seguridad del gobierno federal en la militarización como único camino de combate al crimen organizado y careciendo de una visión integral, que considere la desigualdad y la pobreza y que vaya acorde a las dimensiones de la problemática.
< Que la clase política falta continuamente a su compromiso con la sociedad ante la indignante situación de desastre nacional, ya que legisla a su beneficio y mina cada vez más nuestras instituciones democráticas, en particular el sistema electoral.
<! Que la publicidad en los medios masivos de comunicación esté orientada a favorecer los intereses de un pequeño grupo de poder y pretenda desvirtuar y satanizar cualquier enfoque distinto al del gobierno en la lucha por la seguridad ciudadana.
<! Que se criminalice a las víctimas y a los defensores de derechos humanos, al desacreditar su labor y al no respetar su dolor.
<! Que todo lo anterior apunte a una clara intención de nuestras autoridades de entregar el territorio y la soberanía nacional, mediante la privatización y la militarización que ocasiona la creciente pérdida de libertades individuales y colectivas.
Bienaventuradas/os las y los hacedores de paz (Mt 5,9)
Ante esta realidad en apariencia desesperanzadora le decimos a toda la sociedad mexicana:
“No tengamos miedo”, levantémonos sin titubeos ni dudas, y salgamos con la lámpara de la fe, la esperanza y el amor extendida por encima de la mesa (Lc 11,33), con confianza en el Espíritu que habita la tierra y contribuyamos a poner un alto a la violencia, la injusticia y la impunidad.
Reconocemos con humildad y autocrítica que no hemos realizado nuestra misión evangelizadora con la fuerza y energía que hoy la situación amerita; y por ello las y los abajo firmantes pedimos perdón a las víctimas de la violencia y nos comprometemos a trabajar públicamente por la justicia, la verdad y el amor en el camino de la no-violencia y la resistencia civil pacífica:
“No tengamos miedo”, levantémonos sin titubeos ni dudas, y salgamos con la lámpara de la fe, la esperanza y el amor extendida por encima de la mesa (Lc 11,33), con confianza en el Espíritu que habita la tierra y contribuyamos a poner un alto a la violencia, la injusticia y la impunidad.
Reconocemos con humildad y autocrítica que no hemos realizado nuestra misión evangelizadora con la fuerza y energía que hoy la situación amerita; y por ello las y los abajo firmantes pedimos perdón a las víctimas de la violencia y nos comprometemos a trabajar públicamente por la justicia, la verdad y el amor en el camino de la no-violencia y la resistencia civil pacífica:
Colocamos por delante de nuestras acciones la defensa del oprimido y de las víctimas de la violencia en nuestro país, como sujetos activos de transformación.
<! Como hacedores de la Palabra que anunciamos: llamamos a nuestras iglesias (a sus jerarquías y comunidades) a que nuestro anuncio, y sobre todo nuestras acciones por la paz salgan de la comodidad de nuestros templos y sean escuchados en las plazas públicas, que llegue a todas las gentes en todos los rincones del país,
<! Desde el profetismo, la fe, la espiritualidad que nos comprometemos a hacer del Evangelio una acción para la paz que nazca de la justicia.
< Exigiendo desde ya una reforma política integral por parte del gobierno, que atienda a la verdadera causa de la inseguridad y la violencia en nuestro país, que es la injusticia social y económica.
Asumimos por ello el firme compromiso de emprender una serie de acciones conjuntas, organizadas como iglesias y personas de fe, para que la justicia y la paz se besen en nuestro adolorido territorio mexicano (Sal 85,10).
<! Como hacedores de la Palabra que anunciamos: llamamos a nuestras iglesias (a sus jerarquías y comunidades) a que nuestro anuncio, y sobre todo nuestras acciones por la paz salgan de la comodidad de nuestros templos y sean escuchados en las plazas públicas, que llegue a todas las gentes en todos los rincones del país,
<! Desde el profetismo, la fe, la espiritualidad que nos comprometemos a hacer del Evangelio una acción para la paz que nazca de la justicia.
< Exigiendo desde ya una reforma política integral por parte del gobierno, que atienda a la verdadera causa de la inseguridad y la violencia en nuestro país, que es la injusticia social y económica.
Asumimos por ello el firme compromiso de emprender una serie de acciones conjuntas, organizadas como iglesias y personas de fe, para que la justicia y la paz se besen en nuestro adolorido territorio mexicano (Sal 85,10).
Reconocemos que las acciones del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad son hoy una plataforma importante y pertinente para la reconstrucción de la nación, por lo que llamamos a todas y todos a sumar acciones pacíficas en pro de la causa que enarbola, y que es la causa de todas y todos. De manera especial saludamos a la Caravana del sur e invitamos a fortalecerla sintiéndonos partícipes y responsables de la misma y de las acciones por la paz y la justicia que se impulsan desde el Movimiento por la paz con justicia y dignidad y desde otros caminos no-violentos.
Nos dice el Evangelio que hay demonios (como el de la violencia y la inseguridad) que sólo se expulsan con ayuno y oración (Mc 9,29); por ello convocamos a todas las iglesias de México y a las personas de buena voluntad, a iniciar juntas una Jornada pública de Ayuno y Oración por la Paz, en el marco del día mundial de oración por la paz (el miércoles 21 de septiembre).
Estamos convencidos y convencidas que el cambio que requiere el país debe iniciarse al interior de la persona reconociendo toda forma de violencia en lo cotidiano y comprometiéndonos a erradicarla en nuestra familia, en la pareja, en el trabajo, en la sociedad; con acciones afirmativas y expansivas, como las hondas provocadas por la piedra en el agua, que logran transformar la realidad desde la fe, desde la relación profunda con el Señor de la historia y en íntima relación con los más pobres, con las víctimas, mis hermanos y hermanas.
México, D.F., a 12 de septiembre de 2011
Nos dice el Evangelio que hay demonios (como el de la violencia y la inseguridad) que sólo se expulsan con ayuno y oración (Mc 9,29); por ello convocamos a todas las iglesias de México y a las personas de buena voluntad, a iniciar juntas una Jornada pública de Ayuno y Oración por la Paz, en el marco del día mundial de oración por la paz (el miércoles 21 de septiembre).
Estamos convencidos y convencidas que el cambio que requiere el país debe iniciarse al interior de la persona reconociendo toda forma de violencia en lo cotidiano y comprometiéndonos a erradicarla en nuestra familia, en la pareja, en el trabajo, en la sociedad; con acciones afirmativas y expansivas, como las hondas provocadas por la piedra en el agua, que logran transformar la realidad desde la fe, desde la relación profunda con el Señor de la historia y en íntima relación con los más pobres, con las víctimas, mis hermanos y hermanas.
México, D.F., a 12 de septiembre de 2011
Firmas recibidas al 12 de septiembre (en orden alfabético):Ángel Roldán Parrodi
Ángel Saldaña Zamarrón
Arturo Carrasco Gómez, Parroquia Anglicana de la Sagrada Familia
Carmen Gallegos, Comunidades Eclesiales de Base-Derechos Humanos
Católicas por el Derecho a Decidir
Cecilia Castañeda
Centro de Estudios Ecuménicos
Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos
Dr. José Ramón Alcántara Mejía, Pastor Luterano, Presidente del Consejo Directivo de la Comunidad Teológica de México
Dr. Moisés Pérez Espino –Pastor Luterano, Vicerrector Académico de la Comunidad Teológica de México
Edna Mercado Ortiz, Iglesia Bautista Shalom de la Ciudad de México, A.R.
Elizabeth Martínez Ramírez
Faustina Mateos
Gabriela Juárez Palacios
Grupo Ecuménico de México
Ing. Victoriano Báez-Camargo –Bautista, Vicerrector Administrativo de la Comunidad Teológica de México
Ivan Ricardo Pérez Vitela, Integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y miembro de la Iglesia Metodistas de México A.R.
Jaime Laines Potisek
José Guadalupe Sánchez Suárez
Juan Machín
Leticia Portillo
Lic. Joel Roldán Parra –Pastor Pentecostal, Director del Instituto Palabra de Sabiduría (Comunidad Teológica de México)
Lucila Servitje
Luisa Guzmán Aguirre
M.V.Z. Eugenio Araiza Bahena –Menonita, Director General de la Asociación Mexicana de Transformación Rural y Urbana, A.C. (Comunidad Teológica de México)
María Alicia Puente Luteroth
María de Jesús Zamarripa Guardado – Comité de Derechos Humanos, Parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe Evangelizadora de América”.
Mariana Gómez Alvarez Icaza, Colectivo ALAS
Mtro. Alberto Arenas Mondragón –Pastor Presbiteriano, Coordinador de la Facultad Latinoamericana de Teología Reformada (Comunidad Teológica de México)
Mtro. Javier Ulloa Castellanos –Pastor Bautista, Coordinador del Seminario Bautista de México (Comunidad Teológica de México)
Noe Amezcua
Observatorio Eclesial
Pablo Ramos –Pastor Anglicano, Deán del Seminario Anglicano de “San Andrés” (Comunidad Teológica de México)
Pbro. Edgar Gutiérrez Torres –Pastor Metodista, Rector del Seminario Metodista “Gonzalo Báez-Camargo” (Comunidad Teológica de México)
Rebeca Montemayor, Pastora Bautista
Rev. Ángela Trejo Haager –Pastora Luterana, Coordinadora del Seminario Luterano Augsburgo (Comunidad Teológica de México)
Rev. Dan González Ortega –Pastor Presbiteriano, Rector de la Comunidad Teológica de México
Rosa María Reyes Salazar, franciscana Misionera de María
Rosamaría Hernández Martínez
Sara San Martín
Secretariado Social Mexicano
Sergio Alfonso Castillo Beltrán
Verónica Domínguez García
Ángel Saldaña Zamarrón
Arturo Carrasco Gómez, Parroquia Anglicana de la Sagrada Familia
Carmen Gallegos, Comunidades Eclesiales de Base-Derechos Humanos
Católicas por el Derecho a Decidir
Cecilia Castañeda
Centro de Estudios Ecuménicos
Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos
Dr. José Ramón Alcántara Mejía, Pastor Luterano, Presidente del Consejo Directivo de la Comunidad Teológica de México
Dr. Moisés Pérez Espino –Pastor Luterano, Vicerrector Académico de la Comunidad Teológica de México
Edna Mercado Ortiz, Iglesia Bautista Shalom de la Ciudad de México, A.R.
Elizabeth Martínez Ramírez
Faustina Mateos
Gabriela Juárez Palacios
Grupo Ecuménico de México
Ing. Victoriano Báez-Camargo –Bautista, Vicerrector Administrativo de la Comunidad Teológica de México
Ivan Ricardo Pérez Vitela, Integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y miembro de la Iglesia Metodistas de México A.R.
Jaime Laines Potisek
José Guadalupe Sánchez Suárez
Juan Machín
Leticia Portillo
Lic. Joel Roldán Parra –Pastor Pentecostal, Director del Instituto Palabra de Sabiduría (Comunidad Teológica de México)
Lucila Servitje
Luisa Guzmán Aguirre
M.V.Z. Eugenio Araiza Bahena –Menonita, Director General de la Asociación Mexicana de Transformación Rural y Urbana, A.C. (Comunidad Teológica de México)
María Alicia Puente Luteroth
María de Jesús Zamarripa Guardado – Comité de Derechos Humanos, Parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe Evangelizadora de América”.
Mariana Gómez Alvarez Icaza, Colectivo ALAS
Mtro. Alberto Arenas Mondragón –Pastor Presbiteriano, Coordinador de la Facultad Latinoamericana de Teología Reformada (Comunidad Teológica de México)
Mtro. Javier Ulloa Castellanos –Pastor Bautista, Coordinador del Seminario Bautista de México (Comunidad Teológica de México)
Noe Amezcua
Observatorio Eclesial
Pablo Ramos –Pastor Anglicano, Deán del Seminario Anglicano de “San Andrés” (Comunidad Teológica de México)
Pbro. Edgar Gutiérrez Torres –Pastor Metodista, Rector del Seminario Metodista “Gonzalo Báez-Camargo” (Comunidad Teológica de México)
Rebeca Montemayor, Pastora Bautista
Rev. Ángela Trejo Haager –Pastora Luterana, Coordinadora del Seminario Luterano Augsburgo (Comunidad Teológica de México)
Rev. Dan González Ortega –Pastor Presbiteriano, Rector de la Comunidad Teológica de México
Rosa María Reyes Salazar, franciscana Misionera de María
Rosamaría Hernández Martínez
Sara San Martín
Secretariado Social Mexicano
Sergio Alfonso Castillo Beltrán
Verónica Domínguez García
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