Encuentro con la Divinidad en Monte Albán
de Centro De Estudios Ecuménicos, el Lunes, 12 de septiembre de 2011,
"Este recinto sagrado donde habita la fuerza de nuestros abuelos (dice una voz en off: la escuchamos, pero no se ve a la que habla), es tierra santa que construyeron nuestros ancestros. Intelectuales, sabios que edificaron esta morada. Ahora nosotros, herederos de ellos, queremos ser piedras vivas para construir la paz y la justicia y esa es también nuestra oración".
"Le damos la bienvenida a la Caravana de la Paz y a nuestro hermano mayor, Javier Sicilia, quien está construyendo conciencias para una nueva república, continúa la voz en off, que está dejando huella como lo hicieron nuestros antepasados.
"En este sitio sagrado, asiento de la cultura zapoteca, fueron vejados y agredidos los antiguos habitantes de esta tierra por quienes no los consideraban como sujetos de la Historia. Pero nuestros abuelos nos han dejado herencia de resistencia y tenacidad, y ahora 16 pueblos de estos lugares se alimentan de esa cultura milenaria".
"Ha terminado la larga noche del dolor y la injusticia, la luz que trae la Caravana ahora debe multiplicarse y que otros pueblos y movimientos se unan a una nueva conciencia y cultura de resistencia", nos sigue instruyendo LA VOZ.
"Reciban como ofrenda la purificación para ser ungidos y fortalecidos y su corazón no se canse y avance siempre hacia adelante con el copal y las plantas. Con mucho respeto y cariño les ofrecemos esa purificación".
"Este es un momento sagrado donde nos ponemos en contacto directo con la divinidad. Pedimos en oración que vengan tiempos nuevos de reconciliación y de tejer redes, que vengan tiempos de hermandad y de construcción de la paz".
Comienza el ritual, mágico, electrizante, todo mundo expectante y participativo, obedeciendo las indicaciones y respetuosos de la celebración. En el centro, varios símbolos que representan el acercamiento al Ser Divino. Las víctimas, con Javier Sicilia, conforman un primer círculo. Es a ellos a quienes se dedica en especial este ritual, para limpiarlos, para consolarlos. Suenan las conchas, huele a copal, todo se desarrolla de tal manera que en verdad Dios se aparece y LA VOZ dice: "Yo soy tú, tú eres yo", repitiéndolo varias veces, y que a continuación, casi para terminar el ritual, pide que tanto a los que conforman el primer círculo, como a los del segundo círculo, todos los demás participantes, que caminemos hacia la izquierda para recoger toda tristeza, angustia, miedo, dolor. Todos andando al sonar de las conchas.
Posteriormente nos pide que caminemos hacia la derecha para sembrar esperanza, gozo, amor, paz, reconciliación.
En la conclusión LA VOZ exhorta a que nos demos un abrazo fraterno y nos deseemos la paz, y nos comparten tortilla con miel y "agua de maguey" (que no podemos despreciar por ser parte del ritual) para que nos vaya bien.
VISIBILIZAR LA RABIA, VISIBILIZAR,EL DOLOR, VISIBILIZAR, LA PAZ
de Centro De Estudios Ecuménicos, el Lunes, 12 de septiembre de 2011, 8:05
En Cuernavaca, unos chavos de la UNAM en un performance cuasicircense ocupan el templete, cuando llega la caravana con Sicilia al frente, quien les agradeció el espacio, para efectuar un acto breve.
Ya en Iguala, la caravana fue recibida en un "antro" (el restaurante de uno de los organizadores...en la noche tiene otras funciones) para comer y al mismo tiempo se lleva a cabo una conferencia de prensa donde también participó la hija de Lucio Cabañas.
La caravana llegó después a la Plaza de las Tres Garantías donde habló el dolor, pero también la esperanza. Un padre desgarrado de Taxco, con la llaga abierta, narra que sus hijos fueron levantados por la policía estatal a las 10:30 de la noche, y para estos muchachos todavía era hora de trabajar...hace un año que no sabe de ellos y las autoridades...sordas, ciegas y mudas. Este padre sigue luchando hasta encontrar a sus hijos y abrazarlos otra vez. La caravana de la paz, dice, le dio nueva luz
VISIBILIZAR LA RABIA, VISIBILIZAR EL DOLOR, VISIBILIZAR LA PAZ (2a. parte)
de Centro De Estudios Ecuménicos, el Lunes, 12 de septiembre de 2011, 14:27
En Chilpancingo, en Acapulco, en Huajuapan de León se escuchan muchas otras historias de terror. En Huajuapan se recuerda a Bety Cariño. En una manta colocada en el lugar del acto público, pa' que se vea, para que muchos vean, para que el gobierno vea como gritan los hijos de la tierra caliente, un memorial con palabras dedicadas a Bety Cariño: "Pa' que la milpa se dé, es preciso sembrar...es necesario labrar, la segunda no debe faltar, el deshierve, el abono, la pisca...todo si quieres cosechar...JUSTICIA YA" Bety Cariño (1973-2010). Al final del acto una víctima más quiere que su caso sea visto: visibilizar su angustia y desesperación. A su hijo, mecánico de oficio, lo contrataron en Huajauapan para arreglar un carro en Matamoros, Tamaulipas. Un día antes de su planeado regreso para estar con su madre, se comunica con ella: "ya voy pa'allá"...pero nunca regresó.
Esta madre, que casi no sabe leer y escribir, que no tiene ya marido, que sólo tiene otra hija y que es inmensamente pobre tiene ya ocho meses que nos sabe nada de su hijo. No tiene dinero para ir a buscarlo. ¡Hasta el norte, en la frontera! Empujada por el amor y por un desesperado impulso por saber que es de su vástago quiere viajar a Matamoros...pero no tiene dinero...quiere viajar de aventón, vivir de lo que sea... hacer lo que sea... La convencen de no salir así... y entonces llega la caravana del sur a Huajuapan. Escucha que hay una mesa para oír casos de víctimas. Se acerca. Cuenta su caso, sube al templete y nos enteramos, lloramos, y alguien pide hacer una colecta para esta madre aplastada por el dolor. Pasan un sombrero y se junta algo para esta mujer...empieza para ella la esperanza, abraza a Javier Sicilia y gimen juntos...un buen rato. Otra de las víctimas, de ahí de Oaxaca y quien pasó el sombrero para la colecta, anuncia a los que estábamos cerca para escuchar: "Va a viajar con nosotros, se una a la caravana".
Se ve la rabia, se ve el dolor, pero también la luz de la caravana permite ver ya la esperanza, para que se vea la justicia para esta mujer, que se vea en esta madre que sufre un vislumbre de paz a su corazón.
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