domingo, 23 de diciembre de 2018

[ENTREVISTA] Pedro Trigo: “El principal problema de las CEBs es que muchos sacerdotes se sienten dueños de la parroquia”

Pedro Trigo: “El principal problema de las comunidades de base es que muchos sacerdotes se sienten dueños de la parroquia”



14 de diciembre de 2018
Angel Alberto Morillo

Pedro Trigo es un sacerdote jesuita, de origen español, radicado en Venezuela desde 1959, país donde ha desarrollado su ministerio y aportes a la teología de la liberación especialmente acompañando a las comunidades eclesiales de base. Su relación cercana con monseñor Leonidas Proaño y Gustavo Gutiérrez ha tenido una particular influencia en su pensamiento teológico, pero sin duda el Concilio Vaticano II (1962-1965) y la Conferencia de Medellín (1968) también han infundido renovados aires a su espíritu insurgente.

Es una de las voces que grita con los pobres desde hace muchos años, en su haber cuentan más más de cincuenta libros y artículos sobre teología latinoamericana, cristología, filosofía y literatura hispana, que encuentran tribuna en numerosos espacios internacionales.

Vida Nueva conversó con este reconocido teólogo abordandoimportantes temas de la actualidad de la Iglesia, especialmente los más controversiales como la homosexualidad, de la que considera “no condenar en absoluto, pero tampoco glorificar. La cosa es qué hago yo con eso, yo puedo ser un buen homosexual y muy mal heterosexual”. Sobre este asunto prevalece el tema de la dignidad al ser humano y el respeto.


Si soy cristiano no puedo abortar


PREGUNTA.- En cuanto al tema de la legalización del aborto, ¿cuál es su posición?

RESPUESTA.- Hay dos cosas distintas. Una qué opino yo del aborto. Yo estoy en contra totalmente del aborto fuera de casos que sean necesarios, pero estoy totalmente en contra porque estoy en favor de la vida.

Ahora, si en una sociedad democrática a la mayoría le parece bien que eso se apruebe, yo no tendría ningún problema, es totalmente distinto qué voy a hacer yo si soy cristiano a que en una sociedad democrática se pueda aprobar, son dos cosas distintas, no tengo que mezclarlas. Si yo vivo en esa sociedad y soy cristiano no puedo abortar, pero que esté legalizado ese no es el problema, hay que distinguir las dos cosas.

P.- Pero hay sectores de la misma Iglesia que afirman que al legalizar ya estás asesinando

R.- Para mí el problema es mi conducta, yo no puedo juzgar la conducta del otro, pero para mí en lo particular el aborto no está bien y si alguien me pregunta diré que no está bien, y si alguien es no creyente, igualito que el creyente, porque la vida es la vida, es igual para todos. Que me parezca mal a que haya una ley, eso es distinto porque estamos en una sociedad democrática y yo no puedo imponer mi criterio aunque no esté de acuerdo.


El problema del clericalismo

P.- Respecto a las comunidades eclesiales de base, ¿actualmente cuáles son sus desafíos?

R.- Lo que dice Medellín sobre las comunidades de base sigue siendo totalmente medular, es la primera fuente de eclesialidad, es el primer nivel de Iglesia, es el nivel más básico. Ahora qué presupone eso, lo que dice el Vaticano II que la iglesia somos todo el pueblo de Dios. Si la mayor parte de los curas piensan lo que desechó el Vaticano II, que la Iglesia solo es la comunidad eclesiástica, entonces no puede haber comunidades de base.

El principal problema de las comunidades de base es que mucha gente del clero, por ejemplo párrocos, piensa que ellos son los dueños de la parroquia, cuando por ejemplo el concilio plenario venezolano dice que la parroquia no es el párroco, sino los parroquianos a los que el párroco sirve, eso no se lo creen muchísimos curas, ese es un grave problema.

Pero cuál es el problema más de fondo y al que hace frente la comunidad de base y trata de resolverlo, es el problema de la ‘sociedad líquida’, el individualismo desaforado. En este sentido lo más importante de una comunidad es la lectura orante del Evangelio que da consistencia humana a la gente y le ayuda a vivir como hermanos en Jesús de Nazaret y de esa manera pueden tener como autonomía de vuelo respecto de cómo está la sociedad, porque su autonomía nace de ellos.

P.- Con respecto a la carta al Pueblo de Dios suscrita por el Papa ante los abusos sexuales en especial, ¿qué le diría a Francisco?

R.– Estoy totalmente de acuerdo con el Papa, me siento muy bien expresado en esa carta y me siento muy contento de poder tener este Papa que podemos decir es lo mejor que la ha pasado a América Latina, pero eso es todavía poco. Él es un cristiano y vive de las relaciones primarias con Dios y con Jesús, me alegro muchísimo de que eso sea así.


Capaces de enriquecer con su pobreza


P.- Usted que ha estado tanto tiempo en Venezuela, ¿cómo ve el futuro de este país?

R.- Tengo una sensación agridulce en Venezuela. Primero, y lo más obvio, es que ninguno de los viejos de Venezuela pudiéramos haber pensado que íbamos a caer tan bajo, es decir, la situación es terrible y que además sea tan torpe y mal hecho, que se hayan destruido todas las fuentes de producción que como decimos en Venezuela el gobierno ‘ni lava ni presta la batea’, eso es tristísimo.

Además hay una imposición violenta de un modelo político, una impunidad total, que no exista Estado, todo ello es tristísimo, pero con todo eso, nunca ha habido en Venezuela personas tan consistentes como las hay hoy, eso que dice Jesús al tentador, ‘no solo del pan vive el hombre’ estoy seguro de ello, porque conozco a mucha gente que no teniendo pan, viven humanamente y son capaces de enriquecer con su pobreza, eso es algo grandioso. Me alegro muchísimo de tener venezolanos así, es lamentable que haya tenido que pasar esta situación para que eso sea, pero tener hermanos y hermanas a personas así a mí me da mucha vida.

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lunes, 19 de noviembre de 2018

Homilía del Papa Francisco en la misa de la Jornada Mundial de los Pobres (2018)

Homilía del Papa Francisco en la misa de la Jornada Mundial de los Pobres

18 de noviembre de 2018
Homilía del Papa Francisco en la misa de la Jornada Mundial de los Pobres, domingo 18 noviembre 2018
Veamos tres acciones que Jesús realiza en el Evangelio.
La primera. En pleno día, deja: deja a la multitud en el momento del éxito, cuando lo aclamaban por haber multiplicado los panes. Mientras los discípulos querían disfrutar de la gloria, los obliga rápidamente a irse y despide a la multitud (cf. Mt 14,22-23). Buscado por la gente, se va solo; cuando todo iba “cuesta abajo”, sube a la montaña para rezar. Luego, en mitad de la noche, desciende de la montaña y se acerca a los suyos caminando sobre las aguas sacudidas por el viento. En todo, Jesús va contracorriente: primero deja el éxito, luego la tranquilidad. Nos enseña el valor de dejar: dejar el éxito que hincha el corazón y la tranquilidad que adormece el alma.
¿Para ir a dónde? Hacia Dios, rezando, y hacia los necesitados, Homilía del Papa Francisco en la misa de la amando. Son los auténticos tesoros de la vida: Dios y el prójimo. Subir hacia Dios y bajar hacia los hermanos, aquí está la ruta que Jesús nos señala. Él nos aparta del recrearnos sin complicaciones en las cómodas llanuras de la vida, del ir tirando ociosamente en medio de las pequeñas satisfacciones cotidianas. Los discípulos de Jesús no están hechos para la predecible tranquilidad de una vida normal. Al igual que su Señor, viven en camino, ligeros, prontos para dejar la gloria del momento, vigilantes para no apegarse a los bienes que pasan.
El cristiano sabe que su patria está en otra parte, sabe que ya ahora es -como nos recuerda el apóstol Pablo en la segunda lectura- «conciudadano de los santos, y miembro de la familia de Dios» (cf. Ef 2,19). Es un ágil viajero de la existencia. No vivimos para acumular, nuestra gloria está en dejar lo que pasa para retener lo que queda. Pidamos a Dios que nos parezcamos a la Iglesia descrita en la primera lectura: siempre en movimiento, experta en el dejar y fiel en el servicio (cf. Hch 28,11-14). Despiértanos, Señor, de la calma ociosa, de la tranquila quietud de nuestros puertos seguros. Desátanos de los amarres de la autorreferencialidad que lastran la vida, libéranos de la búsqueda de nuestros éxitos. Enséñanos a saber dejar, para orientar nuestra vida en la misma dirección de la tuya: hacia Dios y hacia el prójimo.
La segunda acción: en plena noche Jesús alienta. Se dirige hacia los suyos, inmersos en la oscuridad, caminando «sobre el mar» (v. 25). En realidad se trataba de un lago, pero el mar, con la profundidad de su oscuridad subterránea, evocaba en aquel tiempo a las fuerzas del mal. Jesús, en otras palabras, va hacia los suyos pisoteando a los malignos enemigos del hombre. Aquí está el significado de este signo: no es una manifestación en la que se celebra el poder, sino la revelación para nosotros de la certeza tranquilizadora de que Jesús, solo Jesús, vence a nuestros grandes enemigos: el diablo, el pecado, la muerte, el miedo. También hoy nos dice a nosotros: «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo» (v. 27).
La barca de nuestra vida a menudo se ve zarandeada por las olas y sacudida por el viento, y cuando las aguas están en calma, pronto vuelven a agitarse. Entonces la emprendemos con las tormentas del momento, que parecen ser nuestros únicos problemas. Pero el problema no es la tormenta del momento, sino cómo navegar en la vida. El secreto de navegar bien está en invitar a Jesús a bordo. Hay que darle a él el timón de la vida para que sea él quien lleve la ruta. Solo él da vida en la muerte y esperanza en el dolor; solo él sana el corazón con el perdón y libra del miedo con la confianza.
Invitemos hoy a Jesús a la barca de la vida. Igual que los discípulos, experimentaremos que con él a bordo los vientos se calman (cf. v. 32) y nunca naufragaremos. Y solo con Jesús seremos capaces también nosotros de alentar. Hay una gran necesidad de personas que sepan consolar, pero no con palabras vacías, sino con palabras de vida. En el nombre de Jesús, se da un auténtico consuelo. Solo la presencia de Jesús devuelve las fuerzas, no las palabras de ánimo formales y obligadas. Aliéntanos, Señor: confortados por ti, confortaremos verdaderamente a los demás.
Tercera acción: Jesús, en medio de la tormenta, extiende su mano (cf. v. 31). Agarra a Pedro que, temeroso, dudaba y, hundiéndose, gritaba: «Señor, sálvame» (v. 30). Podemos ponernos en la piel de Pedro: somos gente de poca fe y estamos aquí mendigando la salvación. Somos pobres de vida auténtica y necesitamos la mano extendida del Señor, que nos saque del mal. Este es el comienzo de la fe: vaciarnos de la orgullosa convicción de creernos buenos, capaces, autónomos y reconocer que necesitamos la salvación. La fe crece en este clima, un clima al que nos adaptamos estando con quienes no se suben al pedestal, sino que tienen necesidad y piden ayuda.
Por esta razón, vivir la fe en contacto con los necesitados es importante para todos nosotros. No es una opción sociológica, es una exigencia teológica. Ni es una moda de este pontificado. Es reconocerse como mendigos de la salvación, hermanos y hermanas de todos, pero especialmente de los pobres, predilectos del Señor. Así, tocamos el espíritu del Evangelio: «El espíritu de pobreza y de caridad -dice el Concilio- son gloria y testimonio de la Iglesia de Cristo» (Const. Gaudium et spes, 88).
Jesús escuchó el grito de Pedro. Pidamos la gracia de escuchar el grito de los que viven en aguas turbulentas. El grito de los pobres: es el grito ahogado de los niños que no pueden venir a la luz, de los pequeños que sufren hambre, de chicos acostumbrados al estruendo de las bombas en lugar del alegre alboroto de los juegos. Es el grito de los ancianos descartados y abandonados. Es el grito de quienes se enfrentan a las tormentas de la vida sin una presencia amiga.
Es el grito de quienes deben huir, dejando la casa y la tierra sin la certeza de un lugar de llegada. Es el grito de poblaciones enteras, privadas también de los enormes recursos naturales de que disponen. Es el grito de tantos Lázaros que lloran, mientras que unos pocos epulones banquetean con lo que en justicia corresponde a todos. La injusticia es la raíz perversa de la pobreza. El grito de los pobres es cada día más fuerte pero también menos escuchado, sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero más ricos.
Ante la dignidad humana pisoteada, a menudo uno permanece con los brazos cruzados o con los brazos caídos, impotentes ante la fuerza oscura del mal. Pero el cristiano no puede estar con los brazos cruzados, indiferente, o con los brazos caídos, fatalista; no. El creyente extiende su mano, como lo hace Jesús con él. El grito de los pobres es escuchado por Dios, ¿pero, y nosotros? ¿Tenemos ojos para ver, oídos para escuchar, manos extendidas para ayudar? «Es el propio Cristo quien en los pobres levanta su voz para despertar la caridad de sus discípulos» (ibíd.). Nos pide que lo reconozcamos en el que tiene hambre y sed, en el extranjero y despojado de su dignidad, en el enfermo y el encarcelado (cf. Mt 25,35-36).
El Señor extiende su mano: es un gesto gratuito, no obligado. Así es como se hace. No estamos llamados a hacer el bien solo a los que nos aman. Corresponder es normal, pero Jesús pide ir más lejos (cf. Mt 5,46): dar a los que no tienen cómo devolver, es decir, amar gratuitamente (cf. Lc 6,32- 36). Miremos lo que sucede en cada una de nuestras jornadas: entre tantas cosas, ¿hacemos algo gratuito, alguna cosa para los que no tienen cómo corresponder? Esa será nuestra mano extendida, nuestra verdadera riqueza en el cielo.
Extiende tu mano hacia nosotros, Señor, y agárranos. Ayúdanos a amar como tú amas. Enséñanos a dejar lo que pasa, a alentar al que tenemos a nuestro lado, a dar gratuitamente a quien está necesitado. Amén.
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jueves, 14 de junio de 2018

En reconocimiento hacia las mujeres, el Papa decreta fiesta de María Magdalena

En reconocimiento hacia las mujeres, el Papa decreta fiesta de María Magdalena




La decisión fue consagrada en un decreto emanado con el "expreso deseo" de Francisco por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano. Aunque el documento está fechado el 3 de junio, fue difundido apenas este día.
10 Jun 2016 - Notimex


Foto: El Papa Francisco en el Vaticano / Reuters

En un gesto de reconocimiento hacia las mujeres en la Iglesia católica, el Papa Francisco decretó elevar al nivel de "fiesta" la celebración de santa María Magdalena y la equiparó con el resto de los apóstoles.

La decisión fue consagrada en un decreto emanado con el "expreso deseo" de Francisco por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano. Aunque el documento está fechado el 3 de junio, fue difundido apenas este día.

"El Papa tomó esta decisión en el contexto del Jubileo de la Misericordia para demostrar la relevancia de esta mujer que mostró un gran amor a Cristo y fue por Cristo muy amada", indicó Arthur Roche, secretario de esa congregación.

Insistió que la medida se inscribe en el actual contexto eclesial que "exige reflexionar más profundamente sobre la dignidad de la mujer".

María Magdalena es un personaje muy presente en los relatos sobre la vida de Jesús. Ella formó parte del grupo de los discípulos, los siguió incluso al pie de la cruz, allí donde Pedro y los demás desertaron, salvo la Virgen María y el joven Juan.

Ella fue la primer testigo de la resurrección porque encabezó el grupo de mujeres que, al tercer día, fueron a limpiar con aceites el cuerpo de Cristo y al llegar al sepulcro lo encontraron vacío.

Exactamente esta cualidad de "primera testigo que vio el resucitado y primera mensajera que anunció a los apóstoles la resurrección", fue lo que convenció al Papa Francisco de su importancia.

"Por eso es justo que la celebración litúrgica de esta mujer tenga el mismo grado de fiesta dado a la celebración de los otros discípulos en el Calendario Romano General y que resalte la especial misión de esta mujer, que es ejemplo y modelo para cada mujer en la Iglesia", añadió Roche.

"Esta importancia prosigue hoy en la Iglesia que quiere acoger, sin distinción alguna, hombres y mujeres de cualquier raza, pueblo, lengua y nación, para anunciar a ellos la buena noticia del evangelio de Jesucristo", apuntó.

Según explicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, existen tres niveles de ceremonias litúrgicas: la celebración ordinaria, la fiesta y la solemnidad.

Entre otras cosas, cuando es fiesta, los sacerdotes deben decir la misa del día, ya que se trata de un nivel superior de consideración atribuido a esa circunstancia o persona.

María Magdalena no es la primera mujer en tener una fiesta, otras cuentan con esa distinción como las protectoras de Europa, entre ellas Santa Catalina de Siena o Santa Brígida.
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viernes, 16 de marzo de 2018

LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS Y SU COMPAÑERA MIRIAM DE MAGDALA - Lboff, 2018


LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS Y SU COMPAÑERA MIRIAM DE MAGDALA 

Leonardo Boff - 9 de marzo 2018


Jesús es judío, y no cristiano, pero rompió con el anti-feminismo de su tradición religiosa. Considerando su gesta y sus palabras se percibe que se mostraba sensible a todo lo que pertenece a la esfera de lo femenino, en contraposición a los valores de lo masculino cultural, centrado en la sumisión de la mujer. En él encontramos, con frescor originario, sensibilidad, capacidad de amar y perdonar, ternura con los niños, con los pobres y compasión con los sufridores de este mundo; apertura indiscriminada a todos, especialmente a Dios, al que llama Papá (Abba ). Vive rodeado de discípulos,(hombres y mujeres). Desde que inicia su peregrinación de predicador, ellas lo siguen (Lc 8,1-3; 23,49; 24,6-10).


En razón de la Utopía que predica –el Reino de Dios, que es la liberación de todo tipo de opresión–, rompe varios tabús que pesaban sobre las mujeres. Mantiene una profunda amistad con Marta y María (Lc 10,38). Contra el ethos del tiempo, conversa públicamente y a solas con una hereje samaritana, causando asombro a los discípulos (Jn 7,53-8,10). Se deja tocar y ungir los pies por una conocida prostituta, Magdalena (Lc 7,36-50). Son varias las mujeres que se beneficiaron de su cuidado: la suegra de Pedro (Lc 4,38-39); la madre del joven de Naín, resucitado por Jesús (Lc 7,11-17); la hijita muerta de Jairo, un jefe de la sinagoga (Mt 9,18-29); la mujer encorvada (Lc 13,10-17); la pagana sirofenicia, cuya hija psíquicamente enferma fue liberada (Mc 7,26); y la mujer que sufría de un flujo de sangre desde hacía doce años (Mt 9,20-22). Todas fueron curadas.

En sus parábolas aparecen muchas mujeres, especialmente mujeres pobres, como la que perdió la moneda (Lc 15,8-10), la viuda que echó dos centavos en el cofre del templo y era todo lo que tenía (Mc 12,41-44), la otra viuda, valiente, que se enfrentó al juez (Lc 18,1-8)... Nunca son presentadas como discriminadas, sino con toda su dignidad, a la altura de los varones. La crítica que hace de la práctica social del divorcio por los motivos más fútiles y la defensa del lazo indisoluble del amor (Mc 10,1-10) tienen su sentido ético de salvaguarda de la dignidad de la mujer.

Si admiramos la sensibilidad femenina de Jesús (la dimensión anima), su profundo sentido espiritual de la vida, hasta el punto de ver su acción providente en cada detalle de la vida como en los lirios del campo, entonces debemos también suponer que él profundizó esta dimensión a partir de su contacto con las mujeres con las que convivió. Jesús aprendió, no sólo enseñó. Las mujeres con su anima completaron su masculino, el animus.

En resumen, el mensaje y la práctica de Jesús significan una ruptura con la situación imperante y la introducción de un nuevo tipo de relación, fundado no en el orden patriarcal de la subordinación, sino en el amor como mutua donación que incluye la igualdad entre el hombre y la mujer. La mujer irrumpe como persona, hija de Dios, destinataria del sueño de Jesús y convidada a ser, junto con los varones, también discípulas y miembros de un nuevo tipo de humanidad.

Un dato de la investigación reciente viene a confirmar esta constatación. Dos textos, llamados evangelios apócrifos, el Evangelio de María (edición de Vozes 1998) y el Evangelio de Felipe (Vozes 2006) muestran una relación claramente afectiva de Jesús. Como varón él vivió profundamente esta dimensión.
Allí se dice que él mantenía una relación especial con María de Magdala, llamada “compañera” (koinónos ). En el evangelio de María, Pedro confiesa: “Hermana, nosotros sabemos que el Maestro te amó de modo diferente a las otras mujeres” (op. cit., p. 111) y Leví reconoce que “el Maestro la amó más que a nosotros”. Ella es presentada como su interlocutora principal, comunicándole enseñanzas no disponibles para los discípulos. De las 46 preguntas que los discípulos hacen a Jesús después de su resurrección, 39 son hechas por María de Magdala (cf. Traducción y comentario de J.Y. Leloup, Vozes 2006, p. 25-46).

El Evangelio de Felipe dice todavía: “Tres acompañaban siempre al Maestro, María su madre, la hermana de su madre y Miriam de Magdala, que es conocida como su compañera porque Miriam es para Él una hermana, una madre y una esposa” (koinónos: Evangelio de Felipe, Vozes 2006, p. 71). Más adelante particulariza afirmando: “El Señor amaba a María más que a todos los demás discípulos y la besaba frecuentemente en la boca. Los discípulos, al ver que la amaba, le preguntaban: ¿por qué la amas a ella más que a todos nosotros? El Redentor les respondió diciendo: ¿Y qué?, ¿no debo amarla a ella tanto como a vosotros?” (Evangelio de Felipe, op. cit., p. 89).

Aunque tales relatos puedan ser interpretados en el sentido espiritual de los gnósticos, pues esa es su matriz, no debemos –dicen reconocidos exégetas (cf. A. Piñero, El otro Jesús: la vida de Jesús en los apócrifos, Córdoba 1993, p. 113)–, excluir un fondo histórico verdadero, a saber, una relación concreta y carnal de Jesús con María de Magdala, base para el sentido espiritual. ¿Por qué no? ¿Hay algo más sagrado que el amor efectivo entre un hombre (el Hijo del Hombre, Jesús) y una mujer?

Un antiguo dicho de la teología afirma «todo aquello que no es asumido por Jesucristo no está redimido». Si la sexualidad no hubiese sido asumida por Jesús, no habría sido redimida. La dimensión sexuada de Jesús no quita nada de su dimensión divina. Antes bien, la hace concreta e histórica. Es su lado profundamente humano.

https://amerindiaenlared.org/contenido/12270/las-mujeres-en-la-vida-de-jesusy-su-companeramiriam-de-magdala/ 


domingo, 11 de marzo de 2018

15° ENC. REG. DE SALUD POPULAR CEBMx - 19 y 20 de mayo 2018 Cadereyta | Región 9 Noreste

Las CEBs de México, Región 9 Noreste, y la Parroquia Santuario Ntra. Sra. de Guadalupe en Cadereyta Jiménez NL, les invitamos al:

15° ENCUENTRO REGIONAL DE SALUD POPULAR 
los días 19 y 20 de Mayo de 2018 (Sáb y Dom)


LUGAR
Instituto Cadereyta, ubicado en Hidalgo y Fco. I. Madero, Centro de Cadereyta. 

TALLERES
1) ACUPUNTURA con Claudia Chávez
2) AURICULOTERAPIA con Ana María Pesci
3) BIOMAGNETISMO con Marisela Álvarez
4) CREMAS para LA BELLEZA con Silvia Puente
5) ENFERMEDADES DE LA MUJER con Marilú Rojas y Alba Fdz
6) FLORES DEL ALBA con J. Gerardo Camacho
7) HERBOLARIA en Microdosis con Juan Manuel Zepeda
8) HUERTOS ECOLÓGICOS FAMILIARES con
9) MAGNETOTERAPIA con Teresita Ríos
10) MASAJE TERAPÉUTICO con Mario Sánchez
11) MASAJE TRADICIONAL con Francisca Yáñez
12) OSTEOPATÍA con Yolanda T.
13) QUIROPRAXIS con Rodolfo Treviño
14) REFLEXOLOGÍA con María Concepción Morales
15) TEMAZCAL con Francis Alvizo

* Para ver un poco más sobre los talleres: https://sites.google.com/view/15ersp-cebmx-2018/talleres

INSCRIPCIÓN
Te puedes inscribir y pagar en la oficina parroquial, personalmente o llamando al (81) 828- 2843043.
pero también se puede por Internet (http://goo.gl/forms/DReJ9bFH7d), 
o escribiendo al email: parremedios@gmail.com 
o por WhatsApp al cel. 8123848712. 
Una vez pre-inscrito, el pago correspondiente se puede hacer incluso hasta el día del Encuentro.

APORTACIÓN
Pre-inscripción antes del encuentro:
- $400 para cinco promotores de salud popular por diócesis y que presenten carta de envío de su Animador Regional CEB y de su párroco.
- $500 para estudiantes y personas de 60 años en adelante. Presentar su credencial de estudiante o de elector, según. 
- $700 para el resto.
- $800 para todos los que se registran el mero día del evento o un día anterior.
Incluye un taller, y las comidas del sábado y domingo.

HORARIO
- Sábado: 8 am Inscripciones; 9 am Conferencia; 10:30 am Talleres hasta las 6:30 pm. 
- Domingo: 9 am: Talleres; 2:00 pm: Entrega de constancias en salones; 2:30 pm: Comida, durante la cual se hace la entrega de constancias y el sorteo de una cama portátil de masaje.

HOSPEDAJE
El hospedaje puede ser en casas de la comunidad (habrá límite) o en hotel, los cuales se publicarán por Internet: https://sites.google.com/view/15ersp-cebmx-2018/hoteles

INFORMES
Tel. Ofic. (01-828) 2843043 y Cel. 8123848712 por mensajes. Email: parremedios@gmail.com

* ¡Comparte esta invitación con tus amigos!

"Por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios. 
Ya no se distinguen judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, 
porque todos ustedes son uno con Cristo Jesús."
(Gal 3, 26.28)


ME QUIERO, LUEGO ME CURO
La salud a tu alcance

sábado, 3 de marzo de 2018

[BoffSemanal] Las mujeres en la vida de Jesús y su compañera Miriam de Magdala

Las mujeres en la vida de Jesús
y su compañera Miriam de Magdala

2018-03-02



Jesús es judío, y no cristiano, pero rompió con el antifeminismo de su tradición religiosa. Considerando su gesta y sus palabras se percibe que se mostraba sensible a todo lo que pertenece a la esfera de lo femenino, en contraposición a los valores de lo masculino cultural, centrado en la sumisión de la mujer. En él encontramos, con frescor originario, sensibilidad, capacidad de amar y perdonar, ternura con los niños, con los pobres y compasión con los sufridores de este mundo; apertura indiscriminada a todos, especialmente a Dios, al que llama Papá (Abba ). Vive rodeado de discípulos, hombres y mujeres. Desde que inicia su peregrinación de predicador, ellas lo siguen (Lc 8,1-3; 23,49; 24,6-10; cf. E. Schlüsser-Fiorenza, Discipulado de iguales, 1995).

En razón de la Utopía que predica –el Reino de Dios, que es la liberación de todo tipo de opresión–, rompe varios tabús que pesaban sobre las mujeres. Mantiene una profunda amistad con Marta y María (Lc 10,38). Contra el ethos del tiempo, conversa públicamente y a solas con una hereje samaritana, causando asombro a los discípulos (Jn 7,53-8,10). Se deja tocar y ungir los pies por una conocida prostituta, Magdalena (Lc 7,36-50). Son varias las mujeres que se beneficiaron de su cuidado: la suegra de Pedro (Lc 4,38-39); la madre del joven de Naín, resucitado por Jesús (Lc 7,11-17); la hijita muerta de Jairo, un jefe de la sinagoga (Mt 9,18-29); la mujer encorvada (Lc 13,10-17); la pagana sirofenicia, cuya hija psíquicamente enferma fue liberada (Mc 7,26); y la mujer que sufría de un flujo de sangre desde hacía doce años (Mt 9,20-22). Todas fueron curadas.

En sus parábolas aparecen muchas mujeres, especialmente mujeres pobres, como la que perdió la moneda (Lc 15,8-10), la viuda que echó dos centavos en el cofre del templo y era todo lo que tenía (Mc 12,41-44), la otra viuda, valiente, que se enfrentó al juez (Lc 18,1-8)... Nunca son presentadas como discriminadas, sino con toda su dignidad, a la altura de los varones. La crítica que hace de la práctica social del divorcio por los motivos más fútiles y la defensa del lazo indisoluble del amor (Mc 10,1-10) tienen su sentido ético de salvaguarda de la dignidad de la mujer.

Si admiramos la sensibilidad femenina de Jesús (la dimensión anima), su profundo sentido espiritual de la vida, hasta el punto de ver su acción providente en cada detalle de la vida como en los lirios del campo, entonces debemos también suponer que él profundizó esta dimensión a partir de su contacto con las mujeres con las que convivió. Jesús aprendió, no sólo enseñó. Las mujeres con su anima completaron su masculino, el animus.

En resumen, el mensaje y la práctica de Jesús significan una ruptura con la situación imperante y la introducción de un nuevo tipo de relación, fundado no en el orden patriarcal de la subordinación, sino en el amor como mutua donación que incluye la igualdad entre el hombre y la mujer. La mujer irrumpe como persona, hija de Dios, destinataria del sueño de Jesús y convidada a ser, junto con los varones, también discípulas y miembros de un nuevo tipo de humanidad.

Un dato de la investigación reciente viene a confirmar esta constatación. Dos textos, llamados evangelios apócrifos, el Evangelio de María (edición de Vozes 1998) y el Evangelio de Felipe (Vozes 2006) muestran una relación claramente afectiva de Jesús. Como varón él vivió profundamente esta dimensión.

Allí se dice que él mantenía una relación especial con María de Magdala, llamada "compañera" (koinónos ). En el evangelio de María, Pedro confiesa: "Hermana, nosotros sabemos que el Maestro te amó de modo diferente a las otras mujeres" (op. cit., p. 111) y Leví reconoce que "el Maestro la amó más que a nosotros". Ella es presentada como su interlocutora principal, comunicándole enseñanzas no disponibles para los discípulos. De las 46 preguntas que los discípulos hacen a Jesús después de su resurrección, 39 son hechas por María de Magdala (cf. Traducción y comentario de J.Y. Leloup, Vozes 2006, p. 25-46).

El Evangelio de Felipe dice todavía: "Tres acompañaban siempre al Maestro, María su madre, la hermana de su madre y Miriam de Magdala, que es conocida como su compañera porque Miriam es para Él una hermana, una madre y una esposa" (koinónos: Evangelio de Felipe, Vozes 2006, p. 71). Más adelante particulariza afirmando: "El Señor amaba a María más que a todos los demás discípulos y la besaba frecuentemente en la boca. Los discípulos, al ver que la amaba, le preguntaban: ¿por qué la amas a ella más que a todos nosotros? El Redentor les respondió diciendo: ¿Y qué?, ¿no debo amarla a ella tanto como a vosotros?" (Evangelio de Felipe, op. cit., p. 89).

Aunque tales relatos puedan ser interpretados en el sentido espiritual de los gnósticos, pues esa es su matriz, no debemos –dicen reconocidos exégetas (cf. A. Piñero, El otro Jesús: la vida de Jesús en los apócrifos, Córdoba 1993, p. 113)–, excluir un fondo histórico verdadero, a saber, una relación concreta y carnal de Jesús con María de Magdala, base para el sentido espiritual. ¿Por qué no? ¿Hay algo más sagrado que el amor efectivo entre un hombre (el Hijo del Hombre, Jesús) y una mujer?

Un antiguo dicho de la teología afirma «todo aquello que no es asumido por Jesucristo no está redimido». Si la sexualidad no hubiese sido asumida por Jesús, no habría sido redimida. La dimensión sexuada de Jesús no quita nada de su dimensión divina. Antes bien, la hace concreta e histórica. Es su lado profundamente humano.


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[Novedades] BOFF / VIGIL / Agenda Latinaomericana / Portal de CASALDÁLIGA
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para novedades
2 de marzo de 2018
Saludos, amigos/as. 

• El artículo semanal de BOFF; esta vez con alguna cuestión llamativa, sobre «Las mujeres en la vida de Jesús y su compañera Miriam de Magdala», en la Página de Boff en Koinonía

• Desafíos de la nueva cosmología a las religiones, de J.M. VIGIL, publicado en la revista Anatéllein, de Córdoba, Argentina, diciembre 2017. Artículo notablemente ampliado sobre una versión anterior aparecida en la RELaT 411 hace ya tiempo. 

• Están disponibles las varias ediciones digitales, en 4 diferentes idiomas, de la AGENDA LATINOAMERICANA'2018

• El nuevo portal de Pedro CASALDÁLIGA, a sus 18 días de estar en línea, sobrepasa las 18.000 visitas y los 300 seguidores. 

• Ya están disponibles en su archivo digital los materiales de la edición de este año de la AGENDA LATINOAMERICANA, en tres idiomas (portugués, castellano y catalán). O en la casilla inferior izquierda del portal de Koinonía

Saludos del Equipo Koinonía.

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miércoles, 14 de febrero de 2018

El mayor desafío- Pbro. Alejandro Solalinde

Pbro. Alejandro Solalinde Guerra.


“El mayor desafío que tengo que superar es el de la intimidación, el acoso y la falta de respeto constantes de personas que no quieren que lleve a cabo mi labor de ayuda a los migrantes. Muchas autoridades locales, bandas de delincuentes y traficantes de droga quieren librarse de los defensores de los Derechos Humanos.” 

-- Padre Solalinde, octubre  2009.

domingo, 11 de febrero de 2018

El mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2018 en 30 frases

El mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2018 en 30 frases

10 de febrero de 2018


El mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2018 en 30 frases
«Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24, 12) es frase que titula este mensaje para la Cuaresma, que comenzó el 14 de febrero

Introducción

1.- Una vez más, nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de conversión», que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.
2.- Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría»  (Mt 24, 12).
3.- Esta frase se encuentra en el discurso que habla del final de los tiempos y que está ambientado en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor.

Los falsos profetas

4.- Escuchemos este pasaje y preguntémonos: ¿qué formas asumen los falsos profetas? Son como «encantadores de serpientes», o sea, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren.
5.-¡Cuántos hijos de Dios se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo, al que se confunden con la felicidad! ¡Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de los intereses mezquinos! ¡Cuántos viven pensando en sí mismos y caen presa de la soledad!
6.- Otros falsos profetas son esos «charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que, sin embargo, resultan ser completamente inútiles.
7.-¡Cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de «usar y tirar», de ganancias fáciles, pero deshonestas! ¡Cuántos se dejan cautivar por una vida completamente virtual, en que las relaciones parecen más sencillas y rápidas, pero que después resultan dramáticamente sin sentido!
8.-Estos estafadores no solo ofrecen cosas sin valor, sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. Es el engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos…, haciéndonos caer en el ridículo.
9.-Cada uno de los nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de los falsos profetas. Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien.

Un corazón frío

10.-Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?
11.-Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males»  (I Tm 6, 10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por lo tanto, el que no querer buscar consuelo en Él, prefiriendo quedarnos en nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su palabra y sus sacramentos.
12.-Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que corresponde a nuestras expectativas.
13.-También la creación es testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad: la tierra está envenenada a causas de los desechos arrojados por negligencia e interés; los mares, también contaminados, tiene que redescubrir por desgracia  los restos de tantos náufragos de las migraciones forzosas; los cielos –que en el designio de Dios cantan su gloria- se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.
14.-El amor se enfría también en nuestras comunidades. En la exhortación apostólica Evangelii gaudium, traté de descubrir las señales más evidentes de esta falta de amor. Son estas: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuar guerras fratricidas, la mentalidad mundana, que induce a ocuparse solo de los aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero.

¿Qué podemos hacer?

15.-Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina  a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.
16.-El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismo, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.
17.-El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano y que nunca lo que tengo es solo mío. ¡Cuánto desearía que la limosna para todos en un auténtico estilo de vida!
18.-Al igual que, como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia.
19.-Esto vale especialmente en la Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades.
20.-Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos.
21.-El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer.
22.-Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; y por otra parte,  expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios.
23.-El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios, que es el único sacia nuestra hambre.
24.-Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia católica para que llegara a todos vosotros, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios.
25.-Si os sentís afligidos como nosotros porque en el mundo se extiende la iniquidad; si os preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras; si veis que se debilita el sentido de una misma humanidad, uníos a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos.

El fuego de la Pascua

26.-Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración.
27.-Si en muchos corazones, a veces, da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.
27.-Una ocasión propicia será la iniciativa «24 horas para el Señor», que este año nos invita nuevamente a celebrar el sacramento de la reconciliación en un contexto de adoración eucarística.
28.-En 2018, tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándonos en las palabras del salmo 130,4: «De ti procede el perdón». En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental.
29.-En la noche de Pascua, reviviremos el sugestivo rito de encender el cirio pascual: la luz que proviene del «fuego nuevo»  poco a poco disipará la oscuridad e iluminará la asamblea litúrgica.
30.- Así, pues, «qué la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu», para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la palabra de Dios y de alimentarnos con el pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.
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