18.07.11 - Chile
Adital

El religioso sostuvo también que "es la hora de los laicos. Estoy muy convencido de eso porque tal vez dentro de los miembros del pueblo de Dios, los que más necesitan estar presentes en la vida del mundo son justamente los laicos con identidad cristiana"."La fuerza la dan el Espíritu Santo, el bautismo y la confirmación, pero naturalmente de parte de la comunidad eclesial se requiere una atención muy especial al laicado, al hombre y a la mujer, con una formación adecuada y reconociendo el don que han recibido del espíritu para construir la única Iglesia de Cristo", afirmó.
Para el arzobispo Ezzatti,el Concilio Vaticano II inició un camino de mayor conciencia de lo que significa, en primer lugar, la palabra de Dios, lo que significa ser pueblo de Dios en la comunión de vocaciones y ministerios, lo que significa la presencia de la Iglesia en el mundo y del evangelioque transforma el mundo.
El arzobispo destacó también lo que significa una oración realmente vivida desde esta conciencia de ser don de Dios.
"Creo que a lo largo de estos 50 años, a través de varias iniciativas, la iniciativa del CELAM, que es una gran bendición de Dios y sobre todo a través de la experiencia de las comunidades, se ha buscado hacer un camino que haga presente en el contexto de América Latina el mensaje salvador que Jesucristo nos trajo", subrayó.
Ezzatti destacó, asimismo, el aporte de Aparecida que, a su juicio, abrió una nueva perspectiva.
"Aparecida insiste en una idea que es del Concilio Vaticano II: que todos somos discípulos y misioneros, que tienen un componente común a todo el pueblo de Dios", finalizó.
*Por Orlando Milesi, periodista
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